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Pompeo: de espía a diplomático

Tras un año en el cargo, ahora Trump quiere rodearse de hombres con quienes ha forjado una relación más personal y afín a sus posiciones · #ReporteTrump

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Escrito en OPINIÓN el

Después del sorpresivo twitter en el que Donald Trump anunció que el entonces director de la CIA, Mike Pompeo, ocuparía el lugar de Rex Tillerson como titular del Departamento de Estado en marzo pasado, lo único que hacía falta para que Pompeo se convirtiera en el nuevo jefe de la diplomacia estadounidense era la confirmación del Senado, la cual finalmente llegó a finales de abril pasado, tras una cerrada votación.

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El abogado de 54 años de edad, Mike Pompeo fue hasta la semana pasada el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), cargo que ocupó desde que Donald Trump asumió la presidencia en enero de 2017. Pompeo es un duro crítico del islamismo radical y considera que Irán y el terrorismo yihadista son las principales amenazas a la seguridad nacional de Estados Unidos.

Formado en la Academia Militar de West Point y en la Universidad de Harvard, Pompeo llegó a la Cámara de Representantes como parte del movimiento ultraconservador del Tea Party en 2011. Como legislador, se destacó por su fervor en contra el acuerdo nuclear con Irán y de la reforma migratoria, y en favor de la investigación del papel de Hillary Clinton en el atentado al consulado estadounidense en Bengasi, Libia en 2012.

Pompeo apoyó los nuevos programas de vigilancia de la CIA y de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), terreno en el que por cierto es experto, además de que se le reconoce su apoyo para la realización de operaciones encubiertas. Se comenta que durante sus catorce meses como director de la CIA, Pompeo llegó al círculo más cercano de Trump al elogiarlo frecuentemente, acción que le valió fuertes críticas por permitir que su lealtad a la Casa Blanca interfiera con su trabajo. De hecho, Pompeo evitó contradecir directamente a Trump respecto a la interferencia de Rusia en las elecciones estadunidenses de 2016, pese a las conclusiones de la propia CIA. A simple vista parece que Pompeo tendrá poca paciencia con consideraciones éticas, lo cual garantiza que siempre esté en sintonía con su jefe. Incluso, entre otras cuestiones controvertidas, se sabe que apoya la decisión de Trump de mantener abierta la prisión en Guantánamo y de fortalecer la seguridad fronteriza para frenar el cruce de migrantes indocumentados.

Irán

En el caso de Irán, como congresista Mike Pompeo se opuso a las negociaciones del acuerdo nuclear durante la administración de Barack Obama y como titular de la CIA solicitó un régimen de inspección más duro y una política más fuerte contra la influencia de Teherán en la región. Cabe recordar que el 12 de mayo próximo es la fecha límite para que Trump decida prolongar el acuerdo con Irán o abandonarlo e imponer nuevas sanciones unilaterales. Sin duda la llegada de Pompeo refuerza la idea de retirar a Estados Unidos del acuerdo nuclear, en cuyo caso las nuevas sanciones obstaculizarían las transacciones europeas con Irán, favoreciendo indirectamente a China, especialmente en aquellas relacionadas con el comercio de energéticos, al tiempo que aumenta el riesgo de un conflicto regional. 

Corea del Norte y Rusia

En el tema de Corea del Norte, Pompeo está en línea con la posición de Trump. Aunque si la desnuclearización del régimen norcoreano es el objetivo real de la administración actual de Estados Unidos, en principio Donald Trump no debería poner ningún obstáculo para dialogar directamente con Kim Jong-un, menos aún después de que Pompeo celebrara una “reunión diplomática secreta” con Jong-un y ahora que Corea de Sur ha logrado avanzar hacia la completa desnuclearización de la península 

Finalmente, algo que no está en duda es que la política de Trump hacia Rusia ha dejado de ser retórica: se reforzó la presencia militar estadounidense en Europa Oriental como una forma de fortalecer a la OTAN; ha continuado la venta de armas a Ucrania; expulsó a 60 diplomáticos y anunció nuevas sanciones. Con Pompeo en el Departamento de Estado esta dinámica podría acentuarse, pues desde la CIA reconoció la responsabilidad rusa en el robo de información durante las elecciones presidenciales de 2016.

A escasos días de su ratificación, Pompeo ya dio muestras del dinamismo que lo caracterizará como Secretario de Estado. Tan solo la semana pasada Pompeo visitó a los aliados estadounidenses de la OTAN, Israel, Arabia Saudita y Jordania para abordar temas en materia de seguridad, esfera en la cual Irán y Rusia son el binomio común.

México

En lo que se refiere a México, la postura de Pompeo ha sido críptica. Durante su visita a territorio mexicano en julio del año pasado solo trascendió que abordó la situación política en Venezuela. Sin embargo, para entender la visión de Pompeo sobre nuestro país, hay que tener presente su oposición a la reforma migratoria durante la era de Obama y su alineación con Trump respecto al fortalecimiento de la seguridad fronteriza. Es de esperarse que esté muy al pendiente de los acontecimientos políticos nacionales, pues afirmó, en enero pasado, que los riesgos políticos en México, y América Latina en general, se encuentran en el segundo nivel de prioridades de la CIA, razón por la cual Estados Unidos está atento a todo lo que ocurre al sur de su frontera. 

Está claro que tras un año en el cargo, ahora Donald Trump quiere rodearse de hombres con quienes ha forjado una relación más personal y afín a sus posiciones. Al estar Pompeo al mando de la política exterior, ahora que se aproxima el plazo límite para la nueva certificación del acuerdo nuclear con Irán y se afinan los preparativos para la reunión con el líder norcoreano, Trump manda un mensaje de fortaleza y unidad política a sus interlocutores internacionales, al fortalecerse con la postura dura de Pompeo, aunque ello implique una política exterior más hostil, incluso para México

Perforando el Ártico

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