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Políticos contra técnicos

Ojalá que no todo el esfuerzo de los políticos se dedique a conservar el poder sino a gobernar bien. | Octavio Díaz García de León

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Escrito en OPINIÓN el

Desde hace cien años el poder en México se lo han disputado principalmente tres grupos: los militares, los políticos y los técnicos. En los últimos 40 años la disputa se ha dado entre políticos y técnicos. Estos últimos se caracterizan por venir de escuelas de élite y tener una gran preparación académica tanto en México como en el extranjero. También a lo largo de los años que han estado en el gobierno, los técnicos han desarrollado capacidades y experiencia especialmente en el sector financiero y en algunas otras secretarías altamente especializadas.

En contraste, los políticos han llegado a sus puestos por su capacidad de conseguir votos para sus partidos y su habilidad para mover a la opinión pública y hacer política de masas. Su preparación técnica no es relevante para los puestos que ocupan, ya que estos se les asignan como pago de favores.

Si bien, hay políticos que tienen preparación técnica y técnicos con habilidades políticas, se puede apreciar que hay importantes diferencias entre las visiones de ambos grupos y de lo que han tratado de impulsar para nuestro país cuando han tenido el poder.

Los técnicos han tratado de modernizar al país impulsando reformas muy novedosas, aunque sin resolver algunos problemas de fondo como la desigualdad o la pobreza y mostrando poca sensibilidad ante el impacto de estas reformas en la mayoría de la población.

Los políticos se han enfocado más en obtener y conservar el poder impulsando programas clientelares, buscando el apoyo popular apelando a los sentimientos y emociones de la población y con una mirada puesta en el pasado tratando de revivir ideologías ya caducas.

A partir de la Revolución, fueron los militares quienes ejercieron el poder hasta 1946, no sin antes establecer un partido hegemónico inspirado en el fascismo de Mussolini y que dio origen a los antecesores del PRI, a través del cual le permitiera al grupo en el poder ejercerlo indefinidamente. Ya con el PRI en el sexenio de Miguel Alemán, los militares dieron paso a los políticos.

Posteriormente, a partir de 1958 durante el desarrollo estabilizador, políticos y técnicos convivieron de manera exitosa y lograron que en el país hubiera paz social y crecimiento económico. Díaz Ordaz se vio en la disyuntiva de escoger entre un político, Echeverría, y un técnico, Ortiz Mena, para que lo sucediera en la presidencia. Sin embargo, a raíz del movimiento del 68, se inclinó por Echeverría como su sucesor, un político de pura cepa que rompió con su antecesor e impulsó una agenda populista, nacionalista y supuestamente de izquierda, aunque en los hechos combatió con dureza a la guerrilla comunista que estuvo muy activa durante su sexenio.    

Si bien dentro del PRI convivían los dos grupos, fue en la sucesión de Miguel de la Madrid, al inclinarse este por un técnico que lo sucediera en la Presidencia, que se vino la escisión del PRI. Los políticos de viejo cuño, encabezados por Cárdenas, fundaron al PRD, llevándose a ese partido las ideas y formas del echeverrismo.  

Con De la Madrid inicia el predominio de los técnicos que termina en el sexenio de Peña. Prototipo de gobiernos tecnocráticos fueron los sexenios de Salinas de Gortari y Zedillo. El gobierno de Fox también se inclinó por tener a técnicos en su gabinete, especialmente provenientes de la iniciativa privada. Calderón dio acceso a los políticos del PAN, pero conservó algunos técnicos capaces. El gobierno de Peña fue nuevamente una mezcla de políticos de la vieja escuela del PRI junto con tecnócratas altamente capacitados, predominando estos últimos.

Hoy en día MORENA agrupa a los políticos que fueron desplazados del gobierno por los técnicos a partir del sexenio de De la Madrid, revirtiéndose ahora los papeles y expulsando a gran parte de los tecnócratas del gobierno.   

En cuanto a la oposición, hoy casi desparecida, deberá esperar a los tiempos en que nuevamente vuelva a existir un hartazgo con los políticos y los malos resultados que suelen entregar. ¿Volverán alguna vez los tecnócratas a unirse de nuevo con los políticos en el gobierno? Pronto no, pues el presidente López Obrador ha dejado muy en claro que no los quiere.  

¿Será la oposición capaz de proponer programas que busquen la modernización del país sin dejar de lado las necesidades de las grandes masas y cumplir con las expectativas de la mayoría de la población? Por lo pronto no se vislumbran partidos de oposición que sean capaces de aportar esa mezcla de técnica modernizadora y política de masas, por lo que los políticos agrupados ahora en MORENA probablemente volverán a ganar las elecciones.

Ojalá los políticos, ahora bajo el paraguas de MORENA, den cabida en la próxima administración a técnicos capaces, como en el periodo del desarrollo estabilizador, para impulsar la modernización del país y mejorar las condiciones de la población y que no todo el esfuerzo de los políticos se dedique a conservar el poder sino a gobernar bien.