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Política educativa ante la pandemia

Se debe revisar y valorar la eficacia, pertinencia y actualidad de las políticas educativas adoptadas. | Javier Tapia*

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Escrito en OPINIÓN el

La pandemia que padecemos en el mundo, ha venido a modificar múltiples patrones de conducta del ser humano, pero también de las instituciones de los Estados o gobiernos. México no es la excepción, las políticas públicas han sido orilladas a afrontar retos inimaginables en el corto plazo. Lo que antes se veía como una perspectiva futurista de trabajo a distancia o vía remota, desde la comodidad de casa u otro lugar, ahora se realiza de manera forzada por la pandemia. 

Sin embargo, lo que antes se vislumbraba como algo necesario y conveniente en todo sentido con el “home office”, ahora se advierte como un mal necesario ante la contingencia por la enfermedad del covid-19. La sociedad y el Estado mismo con sus instituciones políticas, enfrentan nuevos retos por todos los ámbitos del desarrollo y las funciones públicas, el estrés, la ansiedad, la depresión, son factores que atacan el aspecto anímico de las personas en el ámbito público o privado y que, consecuentemente, trascienden o impactan en la vida tanto de los seres humanos como de las instituciones. 

Empero, por una parte, hablar de política es hablar de todos los componentes del Estado, de las relaciones entre las personas e instituciones, de sus objetivos y de sus metas, de las problemáticas públicas y sus soluciones, entre muchos otros temas que transitan en el discurso de políticos. Podemos decir, la política se encuentra construida con base en una cierta y determinada ideología, producto de la formación y experiencia de los políticos.

Así, el estudio de la dimensión educativa de la política, debe entenderse desde un contexto democrático, es decir, como producto de las discusiones de los ciudadanos en que se expresan verdades individuales y colectivas, que dan forma a expresiones de inconformidad, rechazo o aceptación a medidas específicas de gobierno para resolver determinadas problemáticas públicas como ahora, con la educación a distancia.

En un contexto democrático, las políticas públicas se asumen pensando en que las medidas adoptadas para atender y solucionar una problemática pública, serán siempre buscando el bien común. Sin embargo, eso no quiere decir que se trate de soluciones que, por ser adoptadas en una mayoría, sean las más idóneas, propicias o atinadas, puesto que aún en los regímenes democráticos gobernados por mayorías -como actualmente en México-, esas soluciones o acciones de política pública pueden ser inadecuadas o erradas. 

Lo interesante es tener claro que el discurso político en su dimensión educativa, debe obedecer, fundamentalmente, a dos aspectos: 1. Al conocimiento y estudio de realidades sociales e individuales de las personas, en su contexto presente (por ejemplo ahora considerando las condiciones que impone la pandemia) y, 2. Entender que todas las acciones de política pública derivadas de las discusiones ciudadanas son perfectibles, por tanto, predeterminadas a una constante revisión, reconsideración y a los ajustes que sean necesarios para lograr un interés supremo: el bien común.

El discurso político debe estar ligado invariablemente a la evolución del debate ciudadano en torno al tema -en este caso el educativo- y, la participación activa de la ciudadanía en los asuntos públicos del Gobierno Federal y del Poder Legislativo, especialmente al constituirse como receptores oficiales del sentir social, y creadores de las políticas públicas y legislación necesarias para hacer efectivo el derecho a la educación, reconocido como un derecho humano en el artículo 3o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 

Lo anterior, obliga al establecimiento de mecanismos de participación ciudadana, a través de los cuales, de forma permanente, se revise y valore la eficacia, pertinencia y actualidad de las políticas educativas adoptadas, particularmente en contextos tan desfavorables para el desarrollo personal y colectivo, de altos niveles de estrés social derivados de los efectos de la pandemia por covid-19 y que han impactado severamente los ámbitos económico y social de millones de familias en México y el mundo entero.

 

* Mtro. Javier Quetzalcóatl Tapia Urbina

Docente de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.