Este lunes 15 de junio, Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, al que únicamente le quita el sueño el perro de su vecino, y Luis Videgaray, el titular de la Secretaría de Hacienda quien asegura que las reformas se notan en el bolsillo de los mexicanos, inaugurarán el "Annual Bank Conference on Development Economics (ABCDE) 2015, Productivity, Growth, and the Law".
Organizado por el Banco Mundial y el Banxico, se llevará a cabo lunes y martes, en el Hilton. En ese lugar se darán cita privilegiadas mentes, académicos respetados en las aulas más exclusivas del mundo. Ojalá que se den una vuelta por la ciudad para que puedan ver que las diferencias entre discurso y realidad, ojalá que puedan inspirarse para estudiar nuevos fenómenos de la economía y las regulaciones, los países pobres y la gente que los habita. Probablemente dentro de unos años nos iluminen con su saber.
Por lo pronto, todos juntos protagonizarán mesas en las que darán recetas y consejos, observaciones y mensajes a los invitados clave que quieran escuchar. Será interesante ver si Videgaray y Carstens se esperan hasta las 12:15 de este lunes para escuchar a Yujin Jeong, de la American University, y a Jordan Siegel, de Harvard, quienes hablarán de status y sobornos. Corrupción y contratos.
Pero no se preocupe, eso no acabará en un escándalo internacional ni en golpes ni gritos, probablemente ni se paren por ahí los altos funcionarios del gobierno mexicano. Los extranjeros abordarán el tema en México, pero de casos que involucran a presidentes de Corea del Sur.
De todas formas, será interesante escuchar lo que tienen que decir y si relacionan casos del pasado de países más avanzados que México, con casos del presente de un país que se siente de primer mundo y en donde las leyes parece que no se aplican.
Aunque deben haberles dicho ya que tengan cuidado con sus palabras, podrían ofender a Carstens o a Videgaray, si es que los funcionarios se esperan hasta mediodía con ánimo de escuchar indirectas.
En tanto, en México el petróleo relativamente fácil se acabó, dijo Emilio Lozoya Austin, director de Pemex, el jueves por la noche, en el noticiario estelar del Canal 2.
Dijo esto después de aceptar aparecer en uno de los espacios de televisión con más alcance en este país, para presumir que encontraron más reservas. “Una bocanada de aire fresco para la empresa”, calificó, endulzando su mensaje fríamente calculado por sus asesores de imagen.
Durante más de 24 horas lanzaron y revolcaron su mensaje por todos los medios amigos. El petróleo fácil se acabó, pero hallamos mucho fácilmente.
Emilio Lozoya Austin, durante la inauguración del Congreso Mexicano del Petróleo, explicó que habían descubierto cuatro nuevos campos en aguas someras del Golfo de México, el mayor descubrimiento en los últimos cinco años. El hallazgo fue en el Litoral de Tabasco, cerca de Cantarell, una de las zonas de petróleo fácil. “Es un modelo que llegó a ser insostenible”, adornó Lozoya Austin durante su charla con Joaquín López Dóriga. “El mayor cambio para Pemex es que tenemos que competir”, soltó en algún momento, para dejar en claro que el trabajo que realizan ya no es fácil.
Y yo pensé que esas alegrías relativamente fáciles de la masa al escuchar estos mensajes en cadena nacional también se habían acabado.
¿O no?