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Pluralidad llamada México

La pluralidad no puede ser entendida como simple agregación, sino como cualidad identitaria, que se expresa en la acción y en el discurso. | Luis Farías Mackey

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Escrito en OPINIÓN el

Somos en el mundo sujeto y objeto; percibimos y somos percibidos.

Pero como sujetos somos Zoon Politikon cuando nos expresamos en acción y discurso (Arendt), en el momento en que somos percibidos, en una realidad que nos es común, desde una posición distinta a la de otros, y esta distinción solo se obtiene comunicándonos por la acción y por la conversación, y al hacerlo, observando a su vez a los otros en sus distintas posiciones y disticiones.

El mundo así, nos dice Arendt, es lo que media entre nosotros, aquello que nos separa pero que compartimos; lo que es entre nosotros: inter-es.

Y si el mundo es lo que media entre nosotros, no podemos ser más que pluralidad.

Ahora bien, para Aristóteles el Zoon Politikon no deriva de la simple agrupación de hombres, sino de su libertad, de su capacidad de tratar lo que hay entre ellos sin imposiciones, en igualdad de condiciones. Comprender el mundo bajo muchos puntos de observación y conducirlo de igual manera, no bajo una sola mirada y voluntad.

Por eso la pluralidad no puede ser entendida como simple agregación, que solo distingue número, sino como cualidad identitaria, que se expresa en la acción y en el discurso. Toda acción es un inicio de algo nuevo, pero bajo esta óptica, la acción no es el comienzo de algo, sino de alguien en la pluralidad.

Pluralidad y masa, por ejemplo, solo comparten cantidad; porque en la masa no hay acción posible, sólo reacción, y la masa tampoco discurre, es silente; a lo más que llega es a vitorear. El discurso implica ideas, mientras que la masa es epitelial y emotiva, no racional.

Acción y discurso son en la pluralidad y expresión de la libertad

En ello radica la gran diferencia entre ciudadanía y masa, entre política y poder.

Ciudadanía y política se componen de “alguienes” con identidad, acción y voz, con libertad; la masa es una agregación amorfa y maleable, “líquida”, diría Bauman, que adopta la forma de su continente. Poder es relación de mando – obediencia, en la que si no media el reconocimiento del “alguien” y su libertad (identidad, acción y voz), es simple dominio, sujeción.

Política, pluralidad y acción tienen así como eje común la libertad. No hay verdadera acción sin libertad; solo reacción. No hay verdadera política sin libertad, porque la política no es en el hombre, sino entre los hombres que solo se afirman y distinguen en la acción y el discurso que, para serlo, solo pueden ser libres.

La pluralidad así entendida, más que número es libertad de acción y deliberación.

Pero la pluralidad, como la política, no es algo dado de una vez y para siempre; requieren del plebiscito ciudadano de todos los días en acción y deliberación.

Un triunfo mayoritario no borra la pluralidad, la acentúa frente a los riesgos de la miopía ganadora.

Aquí hablamos hace unos días de la diferencia entre la regla de la mayoría y el principio de mayoría. La regla es una visión cuantitativa en la que el que gana, gana todo y los que pierden, pierden todo: es la tiranía de la mayoría. El Principio de Mayoría implica gobernar con y para las minorías incluidas. Principio entendido como “norma o idea fundamental que rige el pensamiento o la conducta”, en donde la mayor de las partes no puede ignorar a las demás, ni ser sin ellas.

México votó por una opción mayoritaria, pero al hacerlo no borró las contracciones propias de nuestro crisol nacional y éstas tienen acción y voz, aún en su papel de minorías. Todas son sujetos políticos, “alguien” en la pluralidad llamada México.

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@LUISFARIASM  | @OpinionLSR | @lasillarota