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Plaguicidas y derechos humanos

Existen alternativas eficientes para el control de vectores que transmiten enfermedades, y garantes del derecho humano a una salud integral. | Leonardo Bastida

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Escrito en OPINIÓN el

El pasado 21 de agosto, alrededor de las seis de la tarde, se llevó a cabo una fumigación con plaguicidas en todas las instalaciones de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) como parte del operativo para la prevención y control de enfermedades transmitidas por vectores llevado a cabo por la Secretaría de Salud en el marco de la 2ª. Jornada Nacional de Lucha Contra el Dengue, Zika y Chikungunya 2018.

De acuerdo con testimonios recabados por integrantes del Cuerpo Académico de Contaminación y Toxicología Ambiental de la propia UAN, el aviso de fumigación se dio seis horas antes del comienzo de la misma, sin ninguna instrucción sobre las condiciones previas y sin seguir protocolos específicos.

El proceso, conocido como termonebulizaciones, inició de manera simultánea en diferentes espacios del campus universitario, generando grandes y densas nubes de aspersión, aún con personal docente, administrativo y estudiantil en las instalaciones, quienes se preparaban para abandonar los espacios.

Menos de 12 horas después del procedimiento, se permitió la reanudación de actividades sin que se sugiriera algún cuidado. En el caso de este plantel universitario, acuden personas de todas las edades debido a que cuenta con un Centro de Desarrollo Infantil, escuela primaria, secundaria, preparatoria, licenciatura y posgrados, así como personal docente y administrativo.

La investigación llevada a cabo por el Cuerpo Académico, que a su vez pertenece a la Red Temática de Toxicología de Plaguicidas CONACYT, integrada por 86 investigadores, reveló que varias personas reportaron haber percibido intenso olor a insecticida, incluso en espacios cerrados, y haber sentido malestares tales como ardor en la piel, náuseas y mareos. Incluso, algunos integrantes del propio cuerpo optaron por abandonar su área de trabajo a pesar de que las instrucciones institucionales fueron que no se desalojaran las instalaciones a menos de presentar malestares, síntoma de que una persona está intoxicada.

A través de un pronunciamiento, elaborado en el marco del Simposio de Salud y Plaguicidas, celebrado en Nuevo Vallarta, Nayarit los días 29, 30 y 31 de agosto, las y los especialistas en la temática cuestionaron la falta de implementación de acciones precautorias o medidas de aislamiento después de la fumigación, pues no pasaron ni 24 horas para que las instalaciones volvieran a utilizarse.

Además del uso de plaguicidas sintéticos, de los cuales se desconoce su ingrediente activo, pero, advierten, el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades recomienda clorpirifosetil, malatión y bendiocarb por considerarlos “inofensivos”, aunque desde hace tiempo han sido restringidos o prohibidos en países desarrollados por las consecuencias negativas para la salud de las especies, incluida la humana, en el mediano y largo plazo.

Este tipo de situaciones no son aisladas. De acuerdo con la Red, se han documentado situaciones similares en otras entidades federativas y en otras instituciones educativas de Nayarit, lo cual es preocupante, pues existen alternativas eficientes, económicas, integrales y ambientalmente responsables, para el control de vectores que transmiten enfermedades, y garantes del derecho humano a una salud integral para las personas, la población y las generaciones futuras.

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