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Pinturita

La Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y su equipo, decidieron inaugurar y promover obras inconclusas. | Roberto Remes

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Escrito en OPINIÓN el

En los meses previos, tenía una percepción positiva de los trabajos de reconstrucción del tendido de vías del tren ligero Tasqueña - Xochimilco. Sin embargo, al visitar su resultado me quedo con más dudas y preocupaciones, que satisfecho. Si bien me parece fue una decisión correcta, creo que no tuvo la profundidad correcta, y no me refiero a la excavación, sino al total de trabajos requeridos.

La semana pasada me resultó desastrosa en términos de perspectiva de políticas de movilidad para la ciudad. La Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y su equipo, decidieron inaugurar y promover obras inconclusas. El tren ligero parece entrar en esa lógica: las vías están en su lugar, pero si uno mira las que van hacia Xochimilco y luego las compara con las que van hacia Tasqueña, descubre que de un lado las piedras (balasto) lucen ordenadas entre los durmientes, y del otro desordenadas, como si sólo las hubieran bajado de una carretilla, sin que cumplan su función en las vías.

La terminal Tasqueña, tras las obras, sigue teniendo el andén más corto, poco más de 30 metros versus 60 del resto de las estaciones, lo que impide la operación con un convoy de 60 metros, en vez de 30, como el actual. La estación no tuvo modificaciones en su tamaño, no sé si por una razón de peso, o simplemente porque ello hubiera alargado la obra, como creo que sucedió.

En el evento de inauguración presumieron un tren con la nueva cromática. Lo esperé en Xochimilco y me subí. Tenía la mayoría de las ventanas rayadas por vandalismo. Es decir, su cromática es sólo eso, pinturita, Transportes Eléctricos no aprovechó el cierre parcial de la ruta para un mantenimiento mayor a los trenes.

Es imposible ver la rehabilitación del tren ligero como éxito del gobierno de Sheinbaum. Las fallas ocurrieron la misma tarde de la inauguración y, por mucho que hayan culpado al tren y no a la vía, es evidente que son eventos relacionados en tanto las acciones necesarias no hayan tenido la profundidad requerida, es decir, la rehabilitación de los trenes sería parte de esa profundidad.

En mi recorrido pude observar que la separación entre trenes y andenes era variable en las estaciones, que el tren va más rápido en los tramos no rehabilitados que en los rehabilitados, lo que demuestra insuficientes pruebas previas a la reapertura.

Para colmo, en Tasqueña, en el andén de salida, me encuentro con un tendedero. Los empleados de limpieza cuelgan en la reja perimetral sus mochilas y materiales de trabajo. Ni siquiera pudieron habilitar un espacio limpio para los trabajadores (¿de outsourcing?) durante el cierre de la obra.

No es menor levantar las vías, demoler la base, aplanar, colocar nueva base y sub-base, durmientes, rieles, balasto, así haya trabajos pendientes en esta obra. Sí es una obra fundamental, pero al presumirla sin estar completa, sin haber hecho suficientes pruebas, y sin haber realizado todos los trabajos necesarios, lo que parece ocurrir en el tren ligero es una simple acción de pinturita. Poner una franja azul en los trenes y el logotipo de “Movilidad Integrada”, al menos agradezco que no colocaron el de la administración de Claudia Sheinbaum.

Faltaron acciones en trenes, estaciones y vías; faltaron recursos. Me sorprende porque el director del Servicio de Transportes Eléctricos, Guillermo Calderón, es muy buen técnico y mejor directivo. Sin él, Metrobús no sería lo que es, organismo que dirigió de 2005 a 2018. Pero intuyo la escena: “Doctora, debemos hacer A, Be y Ce para dejar el tren al 100%”, su jefa le habría respondido, “Haz A, y apúrate”.

Pero así como cuestiono los alcances de la renovación del tren ligero, puedo listar que todo lo que presumieron en materia de movilidad en el Gobierno de Ciudad de México la semana pasada son obras inconclusas. El corredor “Trolebús - Bicicleta” del Eje Central sólo está completo en el Centro Histórico y la Colonia Doctores. El Cablebús tiene serios problemas en su instrumentación, particularmente en la línea 1, donde hay resistencias, justificadas, de la comunidad y los trabajos están casi detenidos.

En Buenavista presumen el nuevo cruce peatonal, pero sigue habiendo enormes riesgos para los transeúntes porque sólo se corrigió una parte de esta compleja intersección.

La semana pasada, la Jefa de Gobierno anunció también el recorte de la línea 3 del Metrobús, que en vez de llegar al Circuito Interior, que es el punto que le da mayores conexiones, optó por terminar en un sitio sin relevancia al que podrían llegar los problemas por esta decisión inadecuada.

Tienen prisa, eso está claro; también podrían tener buenas intenciones, pero hasta cierto punto éstas se desmoronan porque la forma de gobernar está siendo incompleta, apresurada, las decisiones responsables se mezclan con las irresponsables, con la propaganda innecesaria, con lo efímero, con las egolatrías y, por supuesto, con una capa de pinturita.