Aun cuando de tiempo atrás circulaban los rumores sobre el posible nombramiento de Luis Videgaray como Secretario de Relaciones Exteriores, es difícil de explicar si tomamos en cuenta que su desempeño como Secretario de Hacienda no merece una calificación aprobatoria dados los indicadores económicos del país principalmente en materia de deuda pública, tipo cambiario del peso frente al dólar y un crecimiento muy pobre.
A ello hay que sumarle que no cuenta con ninguna experiencia en el ámbito diplomático por lo que las únicas razones que explican esta decisión, es su cercanía con el Presidente Peña -con lo que una vez más se confirma que no es la capacidad, experiencia, o méritos lo que prevalece en el gabinete sino las relaciones personales-, así como la aparente buena relación con el equipo de Donald Trump que ha sido muy polémica por los términos en que se llevó a cabo la reunión con el Presidente Peña en pleno proceso electoral de EUA y que muchos calificaron como un grave error.
Resulta iluso pensar que con la presencia de Videgaray al frente de la cancillería, cuya responsabilidad abarca mucho más que la sola relación con EUA por muy importante que esta sea, se modificará la posición que ha sostenido Trump respecto a nuestro país.
El presidente Peña Nieto prefirió rescatar a un amigo y aliado político, ignorando una vez más a los diplomáticos de carrera.