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Peña Nieto, un buen hombre

La referencia que hace de nuestro Presidente como un “buen hombre” pues no denota respeto y cuando mucho pudiera reflejar alguna condescendencia.

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Escrito en OPINIÓN el

La llamada entre el Presidente Peña Nieto y Donald Trump del pasado 27 de enero ha provocado quizá mayor controversia que la visita del entonces candidato del partido republicano a nuestro país, o la cancelación de la reunión que iban a sostener ambos mandatarios pocos días después de la toma de posesión.

 

Con toda razón, la filtración de un fragmento de la plática en la que supuestamente Trump había dicho que enviaría tropas a México para combatir a los cárteles de la droga ante la incapacidad de nuestro ejército, generó todo tipo de reacciones pues hacían ver a Peña Nieto como un Presidente débil que no defendió la soberanía nacional.

 

Lo menos que se llegó a pedir es que el gobierno mexicano diera a conocer la grabación de la llamada para disipar cualquier duda, pero la respuesta del vocero de la presidencia fue que no hay registro del contenido de la misma lo que, de ser cierto, revela una gran ingenuidad además de que ello no contribuye a frenar la especulación. Difícilmente sabremos qué se dijo en realidad en esa conversación -salvo que la casa Blanca cuente con el audio y lo haga del conocimiento público-, pero las aclaraciones de ambos gobiernos tampoco son muy reconfortantes.

 

Mientras que la cancillería mexicana desmintió las filtraciones y aseguró que esta se dio en un tono amable y constructivo, el mismo Presidente Trump reconoció que ha tenido que ser duro en las llamadas para proteger a su país y afirmó que Peña Nieto parece estar muy dispuesto a recibir ayuda -su ayuda- en la lucha contra los cárteles del narcotráfico, porque tiene problemas para controlarlo. Tampoco parece muy positiva la referencia que hace de nuestro Presidente como un “buen hombre” pues no denota respeto y cuando mucho pudiera reflejar alguna condescendencia que no es precisamente el mejor escenario para enfrentar cualquier tipo de negociación.

 

En su artículo del día de ayer, el periodista Eduardo Huchim traía a colación un pasaje del libro escrito por el Presidente de EUA titulado “El arte de negociar” -que probablemente Peña Nieto y sus colaboradores no han leído-, y que nos da algunas claves de la actitud conducta de su autor cuando señala que “me gusta provocar a mis adversarios para ver cómo reaccionan, si son débiles los aplasto y si son fuertes negocio”.

 

La percepción generalizada es que el gobierno mexicano no ha sido capaz de asumir una posición firme y de generar las condiciones para entablar un diálogo respetuoso e impulsar una agenda con los temas que son de nuestro interés. Vaya, ni siquiera cuenta con la legitimidad para que su llamado a la unidad nacional tenga eco pues se ha mostrado reactivo, titubeante, sin rumbo y en ese contexto nadie está dispuesto a darle un cheque en blanco. Apenas estamos a tiempo para dar una vuelta de timón, tener claridad de propósitos y definir una estrategia en torno a la cual nos podamos sumar, de lo contrario me temo que el inefable Donald Trump seguirá fijando los términos de la relación y calificando al Presidente de México tan sólo como un “buen hombre”.

 

@agus_castilla 

@OpinionLSR