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Paz

Hablar de paz implica tomar en cuenta muchos aspectos para poder garantizar que las personas gocen de ella. | Leonardo Bastida

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Escrito en OPINIÓN el

Una de las últimas obras publicadas por el inquieto filósofo prusiano, Immanuel Kant, después de haber dado un “giro” al pensamiento occidental con sus “Críticas a las razones y al juicio”, fue aquella centrada en la necesidad de la paz, un concepto emanado del latín pax , cuyo significado primigenio es “un período de estabilidad” , y emparenta con el verbo pacisci que significa “acordar” o “hacer un trato”.  

En este ensayo, el pensador argumenta que la paz entre las personas o entre los países no es un hecho inherente a la propia humanidad, sino que más bien debe de ser trabajada, pues, por el contrario, lo que siempre está latente es la posibilidad del surgimiento de una hostilidad. Por lo que, se deben buscar los caminos por los cuales todas las partes que podrían causar una diferencia, tengan un consenso y se eviten conflictos.

Debido a las complejidades de su época, Kant instaba a que la instauración de la paz fuera un proceso lo más rápido posible, muy reflexionado y muy consensuado, pero que no se perdiera de vista que puede ser muy frágil sino conlleva una serie de limitaciones que evitan el desbordamiento del asunto.

Dicha reflexión fue publicada hace más de 200 años, pero hasta el día de hoy vale la pena ser revisada como parte de este mes de octubre, dedicado a la no discriminación y el trato igualitario, como hemos mencionado en este espacio a lo largo del mismo, donde ya se abordó el tema de la conexión y el de la dignidad.

A mediados del siglo pasado, después de la Segunda Guerra Mundial, la paz es reconocida como un objetivo deseable para el bienestar de la sociedad, pues la Declaratoria Universal de los Derechos Humanos, indica que una de las máximas aspiraciones de la educación será lograr el pleno desarrollo de la humanidad, favorecer la comprensión, la tolerancia y la amistad y el mantenimiento de la paz. 

En el mismo tenor, desde hace dos décadas, la Unesco ha promovido el derecho a la paz, argumentando que ésta no sólo significa la ausencia de un conflicto armado, interno o internacional, sino que implica la posibilidad de ser educado en y para la paz; gozar de seguridad; vivir en un entorno seguro y sano; acceder al desarrollo y a un medio ambiente sano, y a poder apelar a la objeción de conciencia frente a actividades que supongan amenazas contra la paz.

Por otra parte, el noruego Johan Galtung, fundador del Instituto para la Investigación de la Paz, ha propuesto que para poder aspirar a la paz, se debe tomar en cuenta la existencia de la violencia estructural, que son aquellas estructuras socioeconómicas que impiden a los individuos desarrollar sus habilidades potenciales, y no suelen ser cuestionadas, sino por el contrario, se legitiman a través de lo que el propio autor denomina violencia cultural, esas maneras de justificar las violencias físicas o estructurales y hacerlas imperceptibles. 

A su vez considera la existencia de una paz negativa y una paz positiva. Por la negativa, la define como la ausencia de un enfrentamiento violento y el mecanismo para alcanzar esa meta es la solución de los conflictos existentes. Mientras que la positiva consiste en generación de una relación armoniosa que se consigue cuando dos o más entidades en conflicto emprenden proyectos juntos y los beneficios que genera ese proyecto son repartidos equitativamente. 

Como parte de sus reflexiones, la filósofa norteamericana Martha Nussbaum ha indicado que para aspirar a una sociedad en paz se deben cambiar aspectos muy de fondo como la propia educación, que hoy en día, está más enfocada al desarrollo y al progreso, que a privilegiar la calidad de vida o la dignidad de las personas.

En definitiva, hablar de paz implica tomar en cuenta muchos aspectos para poder garantizar que las personas gocen de ella, pues, el propio Galtung cuestiona que más que ser el punto por alcanzar y nuestro objetivo último, debe ser el mínimo de lo que deberían de gozar todas las personas para tener una vida plena, sin violencias y con oportunidades.