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París apuesta por la movilidad sustentable

La estrella del transporte sostenible es la bicicleta pero existen otras formas de eco-transporte como el covoiturage (coche compartido).

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Escrito en OPINIÓN el

Esta semana empezó la Conferencia de las Partes (COP21), 20 000 representantes y observadores del mundo entero intentarán llegar a un acuerdo para limitar el impacto del hombre en el cambio climático. París es el centro de las miradas, pero ¿qué ofrece la ciudad en materia de transportes sostenibles? La COP21 es la ocasión ideal para analizar las prácticas de movilidad sostenible en la capital francesa e intentar aprender y adaptar el modelo a la realidad de México.

 

De la bici al bus ciclista, el transporte ecológico por excelencia

 

La bicicleta es el medio de transporte sustentable por excelencia, no contamina y constituye el ejercicio frecuente que forma parte de una vida saludable. Los parisinos la han integrado de manera natural, gracias a las características de la ciudad y a las numerosas estaciones de Velib, el sistema parisino de bicicletas compartidas. Este alquiler de bicicletas fue implantado por la Prefectura de París en 2007 y tiene alrededor de 14 000 bicis, es decir una por cada 97 habitantes. Actualmente existen más de 1200 ciclo-estaciones en la ciudad y área metropolitana. 

 

Aunque algunas calles cuentan con ciclopistas, la mayoría de los trayectos son compartidos con los coches. El reglamento para ciclistas es estricto. Además de respetar los señalamientos, el ciclista tiene prohibido circular por las banquetas; debe indicar las vueltas o cambios de sentido levantando el brazo; está obligado a equipar su vehículo con faros delanteros, traseros y timbre; tiene estrictamente prohibido hablar por teléfono y, entre otros puntos, debe asegurarse de guardar una distancia prudencial de cualquier otro vehículo para evitar accidentes. Las infracciones al reglamente constituye una multa. Por ejemplo 35 euros por hablar por teléfono o 114 euros por pasarse un alto.

 

A veces el miedo de enfrentarse a una avenida muy transitada es más fuerte que el deseo de utilizar un transporte sustentable, por ello se creó el velobus o bus ciclista. Se trata de una opción que permite sumarse a un convoy de ciclistas que pasan por un lugar determinado a una hora específica. Con 90 líneas en 11 ciudades, el velobus funciona como un autobús con horario establecido. Así un guía experimentado lidera el pelotón y los conduce por las calles más agradables y seguras para circular.

 

Para Hervé Bellut, creador de la organización Bus Ciclistes la seguridad es clave en el éxito de esta iniciativa ciudadana: “Una de las ventajas del bus ciclista es de tener la guía de alguien que conoce la práctica de la bici y que puede aconsejar y enseñar las reglas básicas de circulación. Una segunda gran ventaja es que hay una mayor seguridad ya que uno no es considerado de la misma forma cuando circula sólo que en grupo”.

 

 

El coche como alternativa sustentable 

 

La estrella del transporte sostenible es la bicicleta pero existen otras formas de eco-transporte como el covoiturage (coche compartido) o el coche eléctrico que merecen ser mencionadas.

 

Siguiendo el mismo principio del Vélib, desde 2011 la ciudad de París cuenta con el Autolib, un sistema de 3 305  vehículos eléctricos y 975 estaciones en toda el área metropolitana. Con una autonomía de cuatro horas (el equivalente a 250 kilómetros en rutas urbanas), estos coches pueden transportar hasta cuatro personas. Además cuentan con pantallas táctiles y un sistema de posicionamiento global (GPS) para identificar el estacionamiento libre más cercano, o trazar un itinerario al punto de destino y reservar un lugar para estacionarse.

 

El covoiturage o coche compartido es una práctica muy extendida en Francia. Según la Agencia Francesa para la Gestión de la Energía y el Medio Ambiente (ADEME, por sus siglas en francés) más de 10 millones de personas se han inscrito en alguna plataforma o sitio web para compartir coche. Se trata de sitios web colaborativos donde un conductor propone el trayecto que piensa realizar y cobrar el precio proporcional del desplazamiento. Por otro lado, quien desee trasladarse publicará su solicitud en espera de que alguien responda a su petición. Posteriormente, el conductor y el pasajero deciden un punto de encuentro para realizar el viaje juntos.

 

Para Frédéric Mazzella, CEO y fundador del sitio para compartir auto BlaBlaCar, la principal dificultad para viajar compartiendo coche es: “conseguir crear un vínculo de confianza entre personas que nunca se han visto y que tampoco tienen amigos en común”. Por ello, el sitio web proporciona la información necesaria, tanto del posible conductor como del pasajero, para que ambos puedan decidir con quién viajar.

 

Según un estudio realizado por BlaBlaCar, la principal motivación para compartir auto es el ahorro económico, así 80% de los usuarios consideran que el sistema les permite reducir costos. Después de la primera experiencia, el usuario repite por el carácter social y agradable del viaje en compañía. El 97% de los usuarios afirman que aprecian la experiencia de realizar compartir el trayecto.

 

Compartir el coche para distancias largas es cada vez más común y se ha convertido en una alternativa real al coche en solitario o al tren; sin embargo, tratándose de distancias cortas el reto para hacer que la sociedad lo adopte es mayor. Aun así se utiliza. Según un estudio recientemente publicado en Francia, las tres categorías socio-profesionales que más recurren a este sistema son: ejecutivos y profesiones intelectuales superiores (39%), empleados (27%) y los obreros en un 17%. Es una alternativa posible pero aún queda camino por recorrer antes de que se vuelva una rutina.

 

Pero la apuesta por la movilidad sustentable no termina en lo tangible. El país galo mira al futuro e impulsa la innovación con  la “Fabrique des mobilités” (la fábrica de la movilidad), un dispositivo que entró en marcha en octubre y que busca fomentar la experimentación y el intercambio de recursos para mejorar los medios de transporte. Este vivero de iniciativas intenta dar soporte a los proyectos que puedan ofrecer alternativas a los medios de transporte actuales.

 

Impulsado por la ADEME, este dispositivo busca crear un ecosistema que facilite la innovación y ponga a disposición de los emprendedores los recursos necesarios de formación, material (para realizar pruebas y prototipos), y acceso a áreas de experimentación, datos y comunidades de usuarios. El servicio será gratuito, lo único que se pide a cambio es la misma disponibilidad de ayudar y aconsejar a los nuevos emprendedores que se irán sumando.

 

El objetivo de estas acciones es convertir el espacio público en un entorno menos contaminado, más tranquilo y agradable. De esta forma el Gobierno de París busca fomentar la movilidad sustentable y reinventar la manera de vivir de sus habitantes.

 

¿Cuáles de estas ideas podríamos aplicar en México?

 

@valeria_rg