Main logo

Paradojas energéticas

¿Hacia dónde nos lleva esta Reforma Energética y las famosísimas Leyes Secundarias?

Por
Escrito en OPINIÓN el

Paradojas del destino, que se dice: Los legisladores perredistas que primero firmaron el Pacto por México el 2 de diciembre de 2012 y que luego se opusieron a la Reforma Energética del presidente priísta Enrique Peña Nieto, invocaban a otro presidente de germen priísta: Lázaro Cárdenas del Río, para la defensa de su ‘no’ al cambio de estatus energético. Pajitas políticas, digamos.   

 

A falta de argumentos sólidos, firmes, confiables, con cifras, datos, riesgos, cargos, abonos, pérdidas o ganancias con ánimo social, invocaban de forma enfermiza el espíritu de 1938 para replicar en contra de un ajuste que abre paso a la intervención en Petróleos Mexicanos en las empresas ‘depredadoras’ –que dijera Jerry Brown, gobernador de California durante su visita a México en julio de este año- y que ‘se podrían comer vivo a México’ según su advertencia.

 

Así que diremos, parafraseando a  la Sultana Aixa  al reclamarle a su hijo Boabdil la pérdida de Granada: “No lloren como cardenistas lo que no supieron defender como perredistas”.

 

Por el momento ya no hay cambio de hoja. El lunes se promulgaron las Leyes Secundarias en el Patio de Honor del Palacio Nacional mexicano, como en los viejos tiempos del priísmo rabioso, a todo lo que da y con todos los que deberían estar… o casi todos.  

 

El presidente Peña Nieto no cabía de felicidad; su gabinete fingía que estaba feliz; los invitados aplaudían magro y el mundo se resumía, para ellos en ese momento, en la histórica firma del documento por el cual se ajustan algo así como 65 artículos constitucionales  que tienen que ver con lo energético pero que corren como línea de transmisión hacia otras corrientes de aire social.

 

Al ambiente festivo del evento subyacía una especie de pesadumbre. Un ambiente sombrío recorría el festín político. Acaso los que intervinieron para conseguir el apoyo legislativo y llevar a cabo la aprobación de las leyes secundarias lo entienden como un triunfo personal y político, del cual sacarán raja más tarde, ellos sí se mostraban felices: otros tenían cara de interrogación en sus rostros.  

 

Muchos mantenían las manos en los bolsillos; ellas con una sonrisa más de compromiso que de festejo saludaban y daban el beso que no es beso. Seguramente la firma pasará a la historia, pero no por las razones en las que los mexicanos se sintieran partícipes… O seguros de lo que ocurre.

 

Al día siguiente, por la avasalladora campaña informativa oficial, que hace halagos de la Reforma Energética y tal, casi todos los medios informativos mexicanos dieron el espacio primordial a la noticia: Pero eso no significa que los mexicanos la vean como su información, o que les interese.

 

Es una información no bien colocada –acaso de forma estratégica así se decidió que fuera- y mucho menos asimilada y asumida. Entre las favoritas de El Universal, por ejemplo, no estuvo el martes  la gran nota de la firma del decreto; así como en programas de televisión matutinos, de análisis en sus famosos Pays de las Top Informativas. En las redes sociales hubo un silencio, digamos, “casi sepulcral”. “Robin Williams murió”, fue más importante. ¿Por qué?

 

La pregunta nacional sigue siendo: ¿Hacia dónde nos lleva esta Reforma Energética y las famosísimas Leyes Secundarias? ¿Es en verdad una reforma que beneficia al país y que toca una fibra tan sensible como es el energético mexicano? ¿Deveras no nos devorarán las empresas depredadoras que en el mundo tienen muy mala fama por abusivas y peleoneras en defensa de lo que pasan a ser sus intereses? ¿Tendrá el gobierno mexicano del futuro que litigar con ellas lo que hoy se les entrega? Preguntas-preguntas-preguntas: pocas respuestas comprensibles para la gente de a pie: Nosotros.

 

Y el gobierno mexicano insiste. ‘Todo está bien’. ‘La rectoría de los energéticos mexicanos  es de los mexicanos  en los procesos de explotación, exploración, refinación, petroquímica, transporte y almacenamiento de hidrocarburos’: Como si quisieran convencernos de que no se ha cometido un pecado capital, o de que nuestra empresa tan querida, dañada, vilipendiada, abusada, perdida en el infinito sindical, se estuviera salvando de un peligro inminente.

 

Todo esto se percibe como un empeño presidencial. O como un ejemplo de autoridad. Y también como una muestra de bordado político muy fino, pero aun incomprensible. Y como ribete, se generan las expectativas de que todo en el futuro energético mexicano será más barato para todos y seremos mucho más felices. Aunque hay una cura en salud: “No será pronto, pero será”…

 

De todos modos ya se dieron a conocer los diez mandamientos de lo inmediato, para poner en acción la reforma energética.

 

“Gracias a la unidad de propósitos, en meses superamos décadas de inmovilidad, se han derribado barreras que impedían a México crecer de manera acelerada y sostenida”, dijo en su discurso el presidente mexicano, como lo dicho hace unos días por “The Economist”.

 

‘Como la dicha de un pueblo depende de ser bien gobernado, la supervisión de lo que hagan sus gobernantes exige una reflexión profunda y su corrección, si lo hecho estuvo mal: Esa tarea corresponde a los gobernados’.

 

@joelhsantiago