Las expectativas electorales del pasado domingo eran muy altas para el partido del presidente; sólo habían pasado seis meses de que asumió la presidencia; contaba con la mayoría en el Congreso; había reorientado el presupuesto reasignando más recursos a programas asistenciales asegurando votos; y contaba aún con una aprobación presidencial de 70%. No obstante, los resultados no fueron del todo favorables para Morena.
Si bien el partido del presidente gana las dos gubernaturas en juego y la mayoría del Congreso en Quintana Roo; en las elecciones de Puebla obtuvo menos votos que el PAN y gana únicamente gracias a los votos de los partidos de su coalición y a nivel municipal ganó sólo una de las cinco alcaldías en contienda.
Acción Nacional por su parte, contra todos los pronósticos, gana en 3 de las 6 elecciones, consolidándose como la mejor alternativa política al partido en el poder.
En Tamaulipas el albiazul arrasó en las elecciones ganando en 21 de los 22 distritos en contienda, contando con amplia ventaja en Nuevo Laredo, Reynosa, Ciudad Victoria, Tampico, Madero y Altamira.
En Aguascalientes el PAN se consolida ganando en 5 de los 11 municipios en contienda; gobernará, a nivel municipal, arriba del 85% de la población del estado; y en los tres municipios más importantes del estado (Aguascalientes, Jesús María y Calvillo) dicho partido prácticamente duplicó la votación de la obtenida por MORENA.
En Durango el blanquiazul gana en 18 de los 39 municipios, dentro de los que se encuentra la capital del estado, con lo que sería la primera vez en la historia que el albiazul gobierne el Estado y la capital al mismo tiempo; en segundo lugar quedó el PRI que gobernará 16 alcaldías y Morena gobernará únicamente 4 alcaldías.
Otra cifra que es importante es que en cuanto al total de votos recibidos en las seis elecciones, Acción Nacional obtuvo más votos que MORENA: el PAN obtuvo 1 millón 295 mil 236 sufragios (33%), frente a 1 millón 133 mil 189 votos (28%) del partido del presidente. A su vez, en comparación con las elecciones del 2018, el albiazul logró más votos en estas elecciones, mientras que el partido del presidente obtuvo menos.
Hay muchos claroscuros para analizar en estas elecciones; uno de ellos es el hecho de que continúan muchas de las prácticas antidemocráticas, donde se utiliza el poder y se canalizan recursos para obtener ganancias electorales sin respeto alguno por la ley.
El titular de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FEDE), habla de al menos 158 denuncias por posibles delitos electorales de las cuales 111 son en Puebla, estado donde tras la muerte de la gobernadora panista, quedó un interino “priista-morenista” y en las elecciones ganó MORENA la gubernatura y el PRI la mayoría de los municipios en contienda.
Dentro de las denuncias destaca una interpuesta en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en pleno día de elecciones y con veda electoral, inauguró una de sus principales obras de infraestructura, a sabiendas de que la noticia tendría impacto nacional.
En Aguascalientes destacó el hecho de que los senadores de MORENA, en un acto de campaña, condicionaron el apoyo legislativo a cambio de que los electores votaran por el candidato de su partido a la capital, violando con ello la Ley General en Materia de Delitos Electorales e incurriendo en un delito que amerita prisión preventiva oficiosa.
Otro caso a analizar es el de Baja California, donde se cumplió lo que se había pronosticado sobre que las figuras de los “superdelegados” eran para posicionar a los candidatos de MORENA. El candidato de este partido se desempeñaba como “superdelegado” y gozaba de una presencia desbordada en medios previo a la elección. Y en este estado también, en dos ocasiones la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial (TEPJF) tuvo que anular las iniciativas que, ante la posibilidad de un triunfo, MORENA promovió para extender la duración de la gubernatura.
Otro claroscuro es la baja participación en estas elecciones; si bien es cierto que en las elecciones presidenciales concurren más electores que en las estatales, la baja participación en las estatales fue sumamente grave. En Puebla el gobernador fue electo con el voto de tan sólo el 14.49% del padrón electoral y en Baja California con el 11.09%.
La baja participación es resultado de un desencanto ciudadano hacia la política. Hoy los ciudadanos exigen que los gobiernos le respondan a la gente y MORENA ha sido ya muy cuestionado en su desempeño, especialmente a nivel estatal. El reto para quienes han ganado en las elecciones es gobernar bien, mientras que para los partidos políticos el reto es renovarse para recuperar la confianza de la gente.
Ante el cambio político en México y el desencanto democrático, el PAN ha iniciado una renovación, con autocrítica, regresando a trabajar de la mano de los ciudadanos y ha dado pasos en la dirección correcta, parte fundamental es su desempeño en los gobiernos y en las cámaras del congreso, donde se ha confirmado como la oposición posible, como la alternativa democrática de México.
Los resultados de estas elecciones nos dejan claro que en democracia no hay victorias eternas ni derrotas permanentes y que el ejercicio del poder desgasta. Para las elecciones del 2021 la moneda está en el aire y Acción Nacional se ha posicionado como la alternativa más viable para lograr un contrapeso tan necesario en el Congreso, un contrapeso que regrese la pluralidad y el debate democrático a las decisiones de mayor importancia para nuestro país.