Resulta positivo, por donde se quiera ver, la intervención federal y la decisión estatal de acabar con el corrupto sistema educativo en Oaxaca.
El fin del IEEPO y el control por parte de la federación del magisterio oaxaqueño son un golpe demoledor a un grupo mafioso que por casi 20 años se hizo del control absoluto no sólo de la educación estatal sino del gobierno de Oaxaca.
Y la mejor prueba del daño causado por la mafiosa CNTE, es que en casi 30 años no ha existido un sólo ciclo escolar que se lleve a cabo conforme a la ley. En todo ese tiempo muchas generaciones de oaxaqueños fueron condenados a la marginación educativa.
Sin embargo el decreto anunciado por el gobernador Gabino Cué –decisión tardía pero aún así aplaudible–, es apenas el primer paso de un cambio estructural que requiere la educación de Oaxaca.
Por lo pronto tanto el gobierno estatal como el federal, deben explicar hasta donde llega la responsabilidad de la CNTE en el fracaso educativo de esa entidad.
Pero además también es urgente que expliquen qué va a pasar con los delitos graves que durante décadas han cometido las mafias dirigentes de la CNTE, no sólo en Oaxaca sino en otras entidades, y sobre todo en la capital del país.
¿Nadie va a sancionar a los líderes venales que provocaron una de las mayores tragedias educativas en la historia del país?
¿Nadie va a pagar, conforme a la ley, por los abusos, los excesos y las irregularidades cometidas por la CNTE en Oaxaca?
¿Quién va a responder por los miles de millones de pesos desviados en los últimos 20 años y que sólo sirvieron para enriquecer a un puñado de líderes de la CNTE?
¿Quién hará pagar a la CNTE, a sus grupos de choque y a sus vándalos profesionales, el daño causado a inmuebles públicos y privados de Oaxaca y de otras entidades?
¿Quién hará cuentas y quien exigirá la devolución de los miles de millones de pesos desviados?
Las preguntas que restan son muchas. Y es que son muchos los delitos que cometió la CNTE en los últimos 20 años; delitos que siguen impunes.
¿Qué sigue con la CNTE en Oaxaca?
Al tiempo.