Sin lugar a dudas en los últimos meses temas como los Panama Papers o los Bahamas Leaks han sido los que más llaman la atención de la autoridad hacendaria en México, a cargo de José Antonio Meade, temas en donde cientos de empresarios, actores, deportistas y demás personalidades, han sido señalados por la posible comisión de actos de evasión fiscal mediante el uso de estructuras o empresas constituidas en países denominados paraísos fiscales.
Asimismo, el Servicio de Administración Tributaria (SAT), que lleva Osvaldo Santín, no quita el dedo del renglón en cuanto a una mayor supervisión de la emisión de facturas falsas y outsourcing, entre otros esquemas, los cuales servirían para llevar a cabo la evasión fiscal, delitos que en los últimos cinco años se traducen en pérdidas al erario público por más de 230,000 millones de pesos.
Y justo en este rubro llama la atención las operaciones del contador Raúl Beyruti, quien desde el 2014 apareció de acuerdo con diversos medios nacionales, en la lista publicada por el SAT, en tiempo de Aristóteles Núñez, de contribuyentes que emitieron comprobantes fiscales que simulan operaciones inexistentes, es decir, facturas falsas.
Específicamente la firma Beyruti y Asociados S.C., cuya razón social es BAS840430127, es señalada por la “emisión de comprobantes fiscales sin contar con los activos, personal, infraestructura o capacidad material para prestar los servicios o producir, comercializar o entregar los bienes que amparan tales comprobantes, razón por la cual se presume la inexistencia de las operaciones amparadas con dichos comprobantes”.
Pues justo ahora, de acuerdo con la lista de Contribuyentes Incumplidos que da a conocer el SAT, bajo el folio 26668, correspondiente a septiembre de 2016, vuelve a aparecer Raúl Manuel Beyruti, quien deacuerdo al Anexo 1 del oficio número 500-05-2016-32406 del pasado 23 de septiembre, y pese a que aportó argumentos y pruebas en su favor, no desvirtuó el motivo de la notificación.
Y vaya que hablamos de un personaje de mucho peso en el sector empresarial mexicano, pues es público que este personaje poblano cuenta con más de 36 años de experiencia, y actualmente mantiene negocios en sectores como la administración de capital humano, el restaurantero, mantenimiento y limpieza, seguridad industrial, comedores industriales, comercializadora de seguros, viajes, atención médica deportiva y editorial, entre otros.
La empresa insignia es Grupo Integracional de Negocios (GIN), quien se ostenta ya como el número uno en lo que hace a outsourcing o terciarización, incluso por encima de grandes firmas en ese terreno que son Manpower que dirige Mónica Flores, así como ADECCO de Thierry Gonnet, además de Grupo Argos, Kelly Services, Staffing personal, Integraplus, Grupo CyH, Mit3 y ACFE, entre otras.
Hace unos días, a través del diario Milenio, el grupo GIN adelantó que abrirá 25 nuevos restaurantes, principalmente en los centros comerciales de inmobiliaria GICSA en varios destinos turísticos mexicanos. Beyruti Sánchez es dueño de alrededor de 40 restaurantes, como Ponte Almeja, Flash Taco, Los Girasoles y Corazón de Alcachofa. Al periódico le dijo que cada restaurante requiere entre 40 y 100 empleados. El empresario ha diversificado sus inversiones, también es dueño de publicaciones como Playboy, Open, Soy Grupero y Autobild.
Con este contexto, cualquiera podría pensar que el negocio del outsourcing genera cientos de millones de ganancias, y no estaría tan equivocado, tal como lo evidencia Staffing Industry Analysts, con su estudio titulado “La subcontratación de empresas en América Latina”, en donde México ocupa el quinto lugar en la industria de la subcontratación en América Latina, con un valor en el mercado de más de 1,457 millones de dólares anuales.
Lo único seguro, se los adelantamos, es que Santín Quiroz y su equipo combatirán al máximo este tipo de prácticas cuando estén fuera de la legalidad, se trate de quien se trate. Pues de las 900 empresas registradas bajo esta actividad, sólo 100 cuentan con registro ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y de éstas, 40% paga impuestos, lo que se traduce en un enorme daño al erario y por supuesto al trabajador.
SAMSUNG, sigue el escándalo
Apenas le platiqué este lunes que el mundo se le venía encima a la firma coreana que ha gastado miles de millones de dólares para apuntalarse a través de publicidad como la principal fabricante de teléfonos inteligentes del mundo. Pues resulta que este martes de plano pidió a los que habían comprado su teléfono más sofisticado, el Galaxy Note 7, que lo apagaran de inmediato y fueran a cambiarlo con su proveedor. Como les informamos en su momento, este teléfono sufre de combustión espontánea y por lo mismo hubo una campaña para reemplazarlos por equipos nuevos y corregidos. Pues resulta que los cambiaron y esos equipos nuevos también comenzaron a estallar en llamas, incluso sin ser utilizados por sus dueños. Las alertas llegaron cuando a una niña se le prendió en las manos uno, o cuando en un avión en pleno vuelo en Estados Unidos otro de los reemplazos se prendió. La empresa dejó de producirlos, pidió no usarlos y cambiarlos.
The Wall Street Journal calcula pérdidas por alrededor de 17 mil millones de dólares para la empresa por culpa de este equipo defectuoso y altamente publicitado. Mientras eso sucedía y se lanzaban las alertas, la empresa en México se limitó a decir que estaban elaborando un comunicado en el que se explicaría cuál sería la estrategia para sustituir los equipos en este país. Ya terminó el martes y seguimos sin saber. Seguro cuando usted lea estas líneas habrá un mensaje en el que le dirán que no pasó nada y que todos amigos como siempre, pues al final, ellos son los mejores, los más amables y buena onda, y sus equipos, son lo máximo.
La última vez que leí una declaración de la vocera decía algo así como que vendieron muy poquitos aquí y que no era un problema. Para los consumidores, esta falta de respeto claro que representa un problema, pues muchos preguntan qué hacer con su equipo antes de que les explote o pase algo peor. Y ellos, por lo pronto, guardan silencio esperando que nadie hable del tema en esta nación. Lo que quedará como recuerdo de los que vivimos este momento, es que esos rumores de los teléfonos y otros equipos que se incendian solitos, como las laptops de Sony que dejaron de existir, son reales y que hacen mucho daño a las empresas que se esconden cuando deben dar la cara.