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Osorio Chong dialoga

Al gobierno le preocupa que el conflicto en el IPN se traduzca en una movilización estudiantil generalizada en el marco del proceso electoral 2015.

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Escrito en OPINIÓN el

No deja de ser sorprendente la imagen que publicaron prácticamente todos los diarios nacionales en su primera plana el pasado miércoles. Un hombre en mangas de camisa y corbata, se dirige desde un templete y micrófono en mano a la multitud. Si no supiéramos que esta persona es Miguel Angel Osorio Chong, secretario de Gobernación, podríamos llegar a pensar que se trata de un político en campaña, un líder arengando a un grupo de manifestantes o incluso alguna figura del entretenimiento saludando a sus fans.

 

La realidad es que se trata del responsable de la política nacional dialogando directamente con los cientos de estudiantes del Instituto Politécnico Nacional que llevaron su protesta hasta la Secretaría de Gobernación. Gran parte de la prensa señaló que esto era algo “nunca antes visto”, lo cual es cierto considerando que los cientos de movilizaciones que anualmente suelen cercar el palacio de Covián, son atendidos por funcionarios menores, nunca directamente por el Secretario de Gobernación.

 

Hay que reconocer en Osorio Chong la capacidad de identificar inmediatamente el impacto nacional de la movilización estudiantil y que esto justificaba el riesgo de abrir un diálogo directo entre el Secretario de Gobernación y los manifestantes. ¿Por qué resultó necesario que Osorio Chong hablara personalmente con los estudiantes y que no se limitara, por ejemplo, a recibir a una pequeña comisión negociadora? Pensemos sólo que  en el futuro los grupos de manifestantes difícilmente aceptarán otra cosa que no sea ser recibidos directamente por el mismísimo Secretario de Gobernación.

 

Al gobierno le preocupa que el conflicto en el IPN se traduzca en una movilización estudiantil generalizada en el marco del proceso electoral 2015. Teme mucho más que la movilización estudiantil pueda vincularse con otros ciclos de protesta, en contra de la  reforma energética por ejemplo, o ser reorientado por otros líderes políticos, pensemos en MORENA, y modificar su agenda para transformarse en un movimiento más amplio de rechazo al gobierno de Enrique Peña Nieto.

 

Sin embargo, lo que en verdad asusta a la administración, y lo cual explica la reacción de Osorio Chong, es que se posicione ante la opinión pública nacional e internacional la imagen de un estado de cosas marcado por la ingobernabilidad y la incapacidad del gobierno para conducir un orden democrático. Una percepción de caos, violencia e incertidumbre política que ponga en riesgo la recuperación económica y ahuyente a los inversores.

 

Aprovechando el Segundo Informe, el Gobierno dedicó el mes de septiembre a  celebrarse a sí mismo, a publicitar la imagen de un gobierno reformista que está moviendo a México. Sólo un mes después se corrió el maquillaje de la cuidada promoción gubernamental. Sólo un mes después Guerrero es un polvorín, han sido asesinados un diputado federal y el secretario general del PAN en Guerrero, el caso Tlatlaya amenaza con marcar el rostro de la administración en materia de derechos humanos, el Presidente debe declinar su participación en un foro del Senado ante los cuestionamientos del PAN y ahora el rechazo a modificaciones en los planes de estudio del IPN se convierte en un conflicto social.

 

Lo último que puede permitirse la administración que mueve a México, es que el país se mueva hacia un escenario de ingobernabilidad creciente. El horno no está para bollos y al parecer Osorio Chong así lo ha entendido.

 

@ja_leclercq