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¿Optar por el conflicto?

El presidente Enrique Peña Nieto (@EPN) lo dijo en España: La aprobación de la legislación secundaria de las reformas en materia energética y telecomunicaciones no pasará de la primera quincena de julio. ¿A qué se debe tanta seguridad, si la controversia con otras fuerzas políticas, en ambos temas, parece irreconciliable?

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Escrito en OPINIÓN el

Se trata, ciertamente, de un acto de poder.

Y de un indispensable cálculo de tiempo. El espacio para las negociaciones y acuerdos se mantiene, pero al gobierno no le conviene postergar las decisiones que se deben tomar.

Han pasado 18 meses y la gente espera resultados.

La economía atraviesa por un momento difícil. La percepción de inseguridad no mejora, aunque se muestran avances en las estadísticas. El índice de popularidad del Presidente sigue estancado.

Las circunstancias, entonces, obligan a rectificar.

A poco más de un año de realizarse, las #Elecciones2015 impiden ya a los partidos replicar el modelo funcional que caracterizó al Pacto. Además, se acerca la fecha el segundo informe de gobierno.

El dilema que tiene la Presidencia es claro:

Se aprueban las leyes secundarias de las dos reformas por una gran mayoría o se asume el costo del conflicto con quienes las han rechazado, aunque el número de votos en el Congreso sea legítimo y suficiente, pero no contundente.

En ambos escenarios, el saldo podría ser positivo.

La clave estará en el fondo y la forma con que se opere la comunicación política. Ante el conflicto y el disenso que caracterizan el proceso legislativo, es indispensable identificar con mayor claridad los puntos débiles de las tácticas y argumentos.

Una opción consiste enacentuar el simbolismo del poder.

Cuando el consenso es imposible, hay que tomar decisiones de mayor impacto y riesgo. Michel Foucault afirmó que "quien impone una norma diciendo que es verdadera y justa, está ejerciendo un gran poder" (Un diálogo sobre el poder. Madrid: Editorial Alianza).

El problema está en que algunas propuestas no parecen justas.

Si bien las campañas y acciones hasta ahora emprendidas han logrado una gran cobertura y penetración, quedan algunos lastres difíciles de corregir. Uno de ellos, el relacionado con la disminución de precio en los recibos de luz y gas.

Otro más, el de la privatización del petróleo.

Éstos y otros temas de las reformas mantienen encendidos los ánimos entre los partidos y algunos grupos de la sociedad, a pesar de que las 10 preguntas que hizo Alfonso Cuarón ya fueron respondidas sobre el asunto energético. 

Lo que no veremos son los debates que propuso.

En cuanto a las leyes secundarias en materia de telecomunicaciones, los enfrentamientos están más focalizados en ciertos temas y espacios mediáticos por el carácter técnico de los puntos que aún están en disputa.

El conflicto político será inevitable.

Habrá protestas y tal vez movilizaciones. Sin embargo, no será algo que preocupe demasiado al Gobierno de la República. Para eso tiene el poder y cuenta aún con la legitimidad que le dieron los resultados electorales en 2012.

Todos saben quién sostiene el mango del sartén.

Sin embargo, la confrontación es una decisión conveniente. "Las situaciones definidas como conflicto son enfrentamientos voluntarios (por lo menos de una de las partes implicadas) que intentan cambiar algo de la manera de pensar, de sentir, de decidir y de actuar del otro".(Luciano H. Elizalde. La gestión del disenso. Buenos Aires: La Crujía Ediciones).

Visto así, el conflicto puede jugar en favor de todos.

Para el gobierno, porque es una oportunidad que puede fortalecer su imagen.Y transferirle, por lo tanto, puntos de capital político al #PRI. En cuanto al #PAN y #PRD, porque los mantendrá vivos en la agenda política nacional y les permitiría recuperar parte de los puntos que perdieron en 2012.

El mayor obstáculo podría ser #Morena.

Más aún si la dirigencia actual del #PRD logra mantenerse en el poder o si Cuauhtémoc Cárdenas gana la presidencia del partido en un insólito “acto de unidad”, como él quiere. En cualquier caso, Andrés Manuel @lopezobrador_ tendrá un pequeño margen de maniobra.

Lo cierto es que a nadie convienen las situaciones extremas.

Al gobierno le harían mucho daño las decisiones autoritarias. A los partidos de oposición los afectaría cualquier tipo de violencia, incluso la verbal. La tolerancia, cautela y disposición al diálogo es la mejor señal de que todos van en la dirección correcta. La comunicación política es fundamental dentro de este proceso.

"El poder tiene que cuidar su apariencia".

Así lo concluye José Antonio Marina (La pasión del poder. Barcelona: Editorial Anagrama). Por eso es que el conflicto hoy transita por una ruta civilizada. Es una de las características invaluables de la democracia moderna.

Si siguen las cosas así, no hay nada de qué preocuparse.

 

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