Hay palabras que se ponen de moda.
En México, desde hace años se utiliza el término “Opacidad” con mayor frecuencia. “Falta de claridad o transparencia”, explica Oxford Languagues sobre su significado.
Durante 2021, nuestro país apareció en el puesto 124 del Ranking Mundial del Índice de Percepción de la Corrupción; entre un total de 180 naciones, estamos más cerca del último lugar de transparencia (Sudán del Sur) que del primero (Dinamarca).
Mucho tiene qué ver en todo esto las formas con las que se manejan gobiernos e instituciones.
Hace unos días, Arturo Brizio dejará la Comisión de Arbitraje en la Federación Mexicana de Futbol, luego de cinco años de polémicas e inconformidades de los asociados.
La llegada del VAR (Video Assistant Referee) lejos de ser una herramienta para ayudar a los silbantes se convirtió en el centro de la polémica. Las últimas dos finales de Liga MX fueron un escándalo en ese sentido.
Brizio se cansó de salir a explicar el proceder de sus muchachos pero ni así evitó hundir a su gremio en una crisis de credibilidad, lo mismo que al futbol mexicano, donde el secretario general de la FeMexFut -que tiene injerencia sobre los árbitros- es hermano del presidente de un equipo: el Atlas.
A diferencia de otras competencias, donde los audios y discusiones entre los encargados del VAR se hacen públicas, en México se esconden como si fueran secreto de estado.
Eso se llama opacidad y le costó la cabeza Arturo Brizio.
Otro ejemplo se desarrolla en Hidalgo.
La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnath) anunció la revocación de todos los permisos que tenían los Centros de Verificación Vehicular.
La dependencia explicó que los Centros hacen mal uso del software que usan en cada revisión de los coches… aunque la misma Semarnath vigila todo el proceso de verificación y también indicó cuales eran las empresas autorizadas para proporcionar dicho software.
Cada uno de los 52 centros estatales son continuamente supervisados desde sus instalaciones hasta la capacitación del personal acreditado y aprobado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), sin olvidar revisiones del Centro Científico Mario Molina o el Instituto Mexicano del Petróleo, entre otros.
La Semarnath tampoco informó con anticipación de este procedimiento a la Comisión Ambiental Metropolitana; únicamente determinó que la verificación vehicular no se realizará hasta el 2022.
A menos de tres meses de cambio de administración estatal, quitar los permisos, dejar sin sustento a cientos de trabajadores y ahora quienes tendrán los nuevos Centros, es una decisión que levanta suspicacias pues, se especula, dará los permisos a nuevos empresarios.
El titular de la misma Semarnath, Said Javier Estrella García, debe terminar con una explicación clara y transparente sobre el cierre de los Centros que apenas verifican el 18 por ciento de los automotores que están en el padrón vehicular del estado.
Terminar con la opacidad, pues.
REMATE
Armando Archundia tomará el lugar de Arturo Brizio en la Comisión de Arbitraje del Futbol Mexicano.