Mientras se escriben las presentes líneas el presidente de la República se encuentra presentando su quinto informe de gobierno. Con respecto a la gestión del año administrativo que concluye, se desglosaron cinco grandes ejes centrales: alcanzar educación de calidad, un país próspero, incluyente, en paz y responsabilidad global; lo anterior de acuerdo con el portal oficial de internet del gobierno federal.
En esta ocasión vamos a referirnos al último rubro mencionado, mismo que reviste una relevancia excepcional, me refiero en concreto al de responsabilidad global, dicha línea temática contiene fundamentalmente tres aspectos de los compromisos internacionales adquiridos por el Estado mexicano en el periodo que se informa, que deben ser analizados detenidamente.
En primer lugar, tenemos los compromisos medioambientales, estos se encuentran en consonancia con la firma del Acuerdo de París, tratado que entró en vigor el año pasado y que fue abandonado apenas por Estados Unidos. Dicho instrumento internacional compromete a México ante la comunidad internacional a efectuar diversas acciones para combatir el cambio climático a través de la disminución de gases invernadero, combatir la deforestación e instrumentar un impuesto verde, entre otras muchas cuestiones más, dirigidas en ese sentido, empero aún no pueden ser evaluadas en cuanto a su eficacia y resultados. De igual forma destaca la aprobación de la Declaración de Cancún sobre la integración de la conservación y el uso sustentable para la biodiversidad, ello en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la materia.
El segundo rubro comprendido en el eje de responsabilidad global, contiene referencias sobre la importancia nodal que para México revisten las relaciones comerciales con Estados Unidos, es en este sentido que el presidente señala superficialmente que, como resultado de ello arribaremos al progreso y bienestar de ambas naciones. Concomitantemente a los buenos augurios que se pretenden destacar en el informe, Donald Trump, por su parte, sigue descalificando la renegociación del TLCAN, además de propiciar también que la Alianza del Pacífico, lejos de fortalecerse realmente se debilite, pues el principal socio de México no participará en dicho tratado.
Dentro de este complejo entramado, se hace referencia también a la política migratoria, que desde su impasible perspectiva pretende atender el problema de los repatriados desde Estados Unidos, en el que destaca servicios de alimentación y salud, la emisión de una constancia de repatriación – sobre la cual no se identifica un verdadero beneficio o utilidad práctica – apoyos para llamadas telefónicas, traslado local y foráneo y, en su caso, albergue para los repatriados que lo requieran.
Otra importante omisión
Ahora bien, es necesario señalar una importante omisión con respecto al contenido de los ejes nodales que conforman el tema de responsabilidad global, advertimos con asombro el gran desinterés que reviste para el presidente hasta el día de hoy, el tema de los derechos humanos y por extensión el cuidado que se debiera prestar al cumplimiento de los compromisos de México ante la comunidad internacional en este aspecto, por ejemplo, tenemos la falta de cumplimiento de 12 casos abiertos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos entre los que destaca el caso de Atenco. Recordemos que este tuvo lugar cuando el presidente ostentaba el cargo de gobernador del Estado de México; también se encuentran bajo el escrutinio internacional diversos casos de desaparición forzada, tortura y otros crímenes de Estado.
Tampoco se consideró necesario señalar dentro de este eje temático que México es el país del continente americano con más casos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. México se ubica con 1492 peticiones pendientes de estudio inicial, muy por encima de países como Colombia con 1088 o de Argentina con 456 menciones en este rubro, países que se ubican en el segundo y tercer lugar respectivamente. Ante esta instancia internacional también México destaca por las 847 peticiones recibidas, nuevamente por encima de Colombia que cuenta con 512 peticiones y de Perú con 225 solicitudes, lo que ubica a México en el lamentable primer lugar de solicitudes recibidas por presuntas violaciones a derechos humanos.
Además, se puede constatar en la información pública de la Comisión Interamericana que, en materia de las peticiones y casos en trámite para su estudio de fondo y admisibilidad, México ocupa el nada honroso tercer lugar con 272 casos, sólo por debajo de Colombia con 453 y de Argentina con 319. Lo anterior nos arroja otra cifra lamentable sobre el incumplimiento de los compromisos del estado mexicano en el plano internacional en materia de derechos humanos, pues sólo se verifican 5 casos archivados y sólo 2 se solucionaron amistosamente entre las autoridades mexicanas y los peticionarios.
Todo ello no implica otra cosa que la gran indiferencia de las autoridades de este país con respecto a la constante trasgresión de los derechos fundamentales de los mexicanos. Una vez más, es evidente que este tema a pesar de constituir piedra angular para el bienestar de todos los ciudadanos y el desarrollo del país, no es una cuestión prioritaria en la actual agenda gubernamental, por ende, el cumplimiento cabal de los compromisos internacionales en materia de derechos humanos que el estado mexicano ha adquirido a través de los años, son lastimosamente omitidos de manera continua y determinante. Parece ser que la responsabilidad global pregonada se encuentra todavía muy lejos de la realidad que se pretende mostrar ante los mexicanos y ante la comunidad internacional.