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Nuevos santos mexicanos

Los niños de Tlaxcala son considerados los primeros mártires de México y de todo el Continente Americano

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Escrito en OPINIÓN el

La mañana del domingo 15 de octubre la Plaza de San Pedro de Roma se llenó de gente de todo el mundo y de fieles católicos mexicanos, debido a que el papa Francisco canonizó a 35 nuevos santos, tres de ellos mexicanos; se trata de Cristóbal, Antonio y Juan, los “Niños Mártires de Tlaxcala”, quienes fueron asesinados por odio a la fe en México entre 1527 y 1529.

Los niños de Tlaxcala son considerados los primeros mártires de México y de todo el Continente Americano; se convirtieron al cristianismo tras ser evangelizados por los frailes franciscanos y dominicos.

Al inicio de la ceremonia, el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano, leyó las biografías oficiales de los nuevos santos y pidió su canonización al Papa Francisco, procediendo a pronunciar la letanía de los santos:

Los santos canonizados hoy, sobre todo todos los mártires, indican la vía del amor. Ellos no dijeron “sí” al amor con palabras y por un poco, sino con la vida y hasta el final

Aseguró el Papa Francisco en su sermón pronunciado en italiano.

Sin amor, la vida cristiana es moral imposible, estéril, hay que decir “sí” al amor con la vida, no con palabras

Advirtió Bergoglio y abundó:

Si no se ama, se envejece antes, nos volvemos malos

 

Al mismo tiempo puso en guardia contra el peligro de una vida cristiana rutinaria, que se conforma con la normalidad, sin vitalidad, sin entusiasmo y con poca memoria.

Más adelante sostuvo que la vida cristiana es “una historia de amor con Dios”, donde la iniciativa “la toma el señor” y, por eso, ninguno puede decir que tiene la exclusividad y ninguno es privilegiado por encima de los demás.

¿Quiénes son los nuevos santos mexicanos?

Cristóbal, llamado también “Cristobalito”, nació en Atlihuetzia, Tlaxcala, en el entonces Virreinato de Nueva España, entre 1514 y 1515; era el hijo predilecto y heredero del cacique Acxotecatl. 

Su educación se la debe a la labor evangelizadora que los frailes franciscanos realizaban en la región entre los años 1524 y 1527. Después de recibir el bautismo, trató de que su familia iniciara un camino de conversión al cristianismo y que abandonara la adoración de los ídolos. Ello provocó el rechazo de su progenitor, que no dudó en responder con ira ante su hijo. 

Murió a la edad de 12 años, producto de los golpes y quemaduras provocadas por su padre; tras su fallecimiento, sus restos se enterraron en el antiguo convento de San Francisco, que en la actualidad es la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Tlaxcala. Pero no hay reliquias.

Por su parte, Antonio y Juan nacieron en la localidad de Tizatlán; al igual que Cristobalito, fueron educados por los franciscanos, aunque luego su formación la continuaron los dominicos.

San Antonio (a partir del domingo), fue nieto de Xicoténcatl, señor de Tizatlán, por tanto era heredero del señorío; nació entre 1516 a 1517 y fue martirizado en 1529, a la misma edad que Cristóbal.

Ambos decidieron acompañar a unos frailes en una expedición a Oaxaca, para fungir como intérpretes ante otros indígenas. Empero, en Cuauhtinchán, Puebla, fueron atacados por algunos lugareños mientras recogían los ídolos de barro.

Primero golpearon con palos a Juan, quien murió al momento. Antonio fue apaleado hasta perder la vida tras reclamarles a los asesinos. Sus cuerpos fueron tirados en un terreno cerca de Tecalco, pero fueron recuperados y trasferidos a Tepeaca, donde recibieron cristiana sepultura.

Los tres Mártires de Tlaxcala fueron declarados beatos por el Papa Juan Pablo II en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe de la Ciudad de México, el 6 de mayo de 1990.

En 2012, en su visita a México, el Papa Benedicto XVI los propuso como modelos de vida cristiana para todos los niños del país.

¿Cuál fue el milagro para elevarlos a los altares?


Como sabemos, para ser santo se requiere un posible milagro. Pero esta vez no lo hubo. Fue una canonización extraordinaria, autorizada directamente por el Papa Francisco.

Andrés Beltramo dice que:

En el rito hubo algunos detalles fuera de protocolo. Nadie presentó ante el altar las reliquias de los nuevos santos, ni tampoco pasó a saludar al pontífice ningún milagrado, como se le conoce a quienes reciben algún hecho extraordinario o una curación inexplicable por intercesión de un beato. Al momento de las ofrendas pasaron a saludar tres adolescentes tlaxcaltecas, vestidos muy similar a la imagen de los indígenas

Debemos decir que los niños mártires llegaron a la santidad gracias a un proceso especial y al interés directo del papa jesuita quien, para su consagración, estuvo de acuerdo en considerar como elemento determinante la extendida y continuada devoción popular de la que gozan en México (por lo menos en Tlaxcala y los alrededores).

Fray Luis Martín Martínez Muñoz, vicepostulador general de la Orden de los Frailes Menores, dijo en entrevista que tiempo atrás, desde 1990, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) elevó una petición al Vaticano con una lista de razones por las cuales se considera que los niños mártires han propiciado “un bien pastoral” para la Iglesia y la sociedad en México.

Y el líder religioso dio su beneplácito a conceder que se exceptúe este milagro.

Los “Niños Mártires de Tlaxcala”, asesinados por odio a la fe en México entre 1527 y 1529, fueron proclamados santos por el Papa Francisco el domingo 15 de octubre y ahora deben ser modelo “para todos los mexicanos y para el mundo”.

Monseñor Julio César Salcedo Aquino, obispo de Tlaxcala, entrevistado por la agencia católica ACI Prensa un día después de que los niños fuesen proclamados santos, explicó que: 

Tlaxcala fue la cuna de la evangelización, donde llegaron los franciscanos. Ellos fundaron la escuela franciscana de catequesis, de evangelización. Los Niños participaban de ella y comenzaron a crecer en la fe y supieron asumir profundamente todos los procesos de conversión

Y agrega que:

Al recibir la semilla del evangelio sintieron la necesidad de compartir lo que habían descubierto y desde allí anunciaron el evangelio. Después llegó el martirio, primero de Cristóbal y luego de los otros dos. Estos Niños, al recibir el martirio, recibieron esa gracia especial porque se configuraron a Jesús. Supieron salir, dejar la comodidad de la intimidad de su familia para compartir la fe. A eso nos llama el Papa, a salir, ir a las periferias. Y los niños lo vivieron, lo sintieron, es algo natural que surge cuando uno está en contacto con el evangelio. Hay esa necesidad de compartirlo y de darlo a los demás

Subrayó el prelado...

¿Son venerados?


Muy poco, aún, son adorados sobre todo en Tlaxcala. De hecho, los santos más venerados en México no son mexicanos: San Judas Tadeo, San Charbel, Santo Niño de Atocha, San Martín Caballero, San Martín de Porres, San Antonio de Padua, San Benito, entre otros.

San Juan Diego, quien fuera canonizado el 31 de julio de 2002 por Juan Pablo II, ni siquiera tiene templo. El  lugar dedicado a él es el antiguo Cine Lindavista construido en 1942. En aquel tiempo, la Basílica de Guadalupe celebró un contrato de comodato con el gobierno federal, en ese entonces propietario del edificio, con el objetivo de utilizarlo como lugar de culto, hoy está en ruinas.

La delegación mexicana en Roma


Fue nutrida, llegaron más de 500 fieles de Tlaxcala, encabezados por el obispo del lugar, Monseñor Julio César Salcedo Aquino. Estuvo acompañada por 90 sacerdotes y dos cardenales; don José Francisco Robles Ortega, Presidente de la CEM y arzobispo de Guadalajara y Monseñor Alberto Suárez Inda, obispo emérito de Morelia.

Muchos llevaban bordadas las imágenes de los niños mártires en sus playeras, banderines y gorras. Previo al servicio religioso, el Papa Francisco saludó a las delegaciones oficiales venidas de los diversos países. 

Al término de esta celebración, os saludo cordialmente, a los que habéis venido de diversos países para rendir homenaje a los nuevos santos. Mi pensamiento respetuoso va de manera particular a las delegaciones oficiales de Brasil, Francia, Italia, México, de la Orden de Malta y de España. Que el ejemplo y la intercesión de estos testigos luminosos del evangelio nos acompañen en nuestro camino y nos ayuden a promover siempre relaciones fraternas y solidarias, para el bien de la Iglesia y de la sociedad

La comitiva "oficial" estuvo encabezada por Roberto Herrera Mena, responsable de asuntos religiosos de la Presidencia de la República; Jaime del Arenal Fenochio, embajador ante la Santa Sede y del gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez.

El Gobernador Mena aseguró que la Canonización de los Niños Mártires representa un hecho histórico para el pueblo de Tlaxcala, al demostrar el respeto y la fortaleza de las relaciones de México con El Vaticano (Sic), en el marco del 25 aniversario de la reanudación de la diplomacia entre ambos Estados. 

Debemos decirle al Señor gobernador que México tiene relaciones diplomáticas con la Santa Sede, no con el Vaticano.

La llegada de Videgaray. Coincidencias


Coincidentemente con la canonización de los 3 mexicanos, el Secretario Luis Videgaray inició una gira de trabajo por Europa que termina este jueves 19 de octubre.

La mañana del lunes, el Canciller mexicano pudo saludar al Papa Francisco a quien le agradeció su cercanía y el cariño demostrado hacia México durante los sismos de septiembre pasado.

El encuentro se dio la mañana del lunes en Roma en el marco de la Jornada Mundial de la Alimentación; Francisco llegó poco antes de las 9 de la mañana, fue recibido por el Director General de la FAO, el brasileño José Graziano da Silva, termino su discurso y volvió al Vaticano a las 10:15 horas.

Bergoglio regaló a la sede romana de la FAO una escultura de mármol, del artista italiano Luigi Prevedel, que retrata a Aylan, el pequeño prófugo sirio que se ahogó frente a la playa de Bodrum en Turquía en octubre de 2015, imagen símbolo de la tragedia de las migraciones. 

En ese ínter, el Canciller Luis Videgaray aprovechó para saludarlo y tomarse una foto que subió a la red.

Más tarde, Videgaray sostuvo una reunión privada con el “número dos” del Vaticano, el secretario de Estado Pietro Parolin y el secretario para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher, en el Palacio Apostólico.

El canciller calificó al encuentro como “muy bueno” y, durante el mismo, se pudo hablar del 25 aniversario de las Relaciones Diplomáticas entre México y la Santa Sede, que se cumplió el 21 de septiembre pasado, respecto al que se tienen programadas diversas actividades. Entre ellas una gran muestra de arte de los Museos Vaticanos que será inaugurada en el abril próximo en el Museo de San Ildefonso, en la Ciudad de México.

Quizá al canciller le hubiera gustado estar en la canonización de los tres santos mexicanos...

¿Y ahora cuántos y cuáles son los santos mexicanos?


El historiador y periodista católico mexicano Carlos Villa Roiz, nos dice en charla telefónica que en total siguen siendo 55 (aunque la lista es de 58), entre santos y beatos mexicanos. La mayoría de ellos fueron sacerdotes y laicos víctimas en la “Guerra Cristera".

Villa Roiz nos ofrece una relación de santos y beatos nacidos en México o que han tenido una estrecha relación con el país, a partir de cuatro criterios: 

·         Los que nacieron en México y murieron en México; 

·         Los que nacieron en México, pero murieron en el extranjero, como San Felipe de Jesús;

·         Los que nacieron en el extranjero y murieron en México, como el beato Sebastián de Aparicio y;

·         Los que nacieron en el extranjero, pero influyeron culturalmente de manera notable en nuestro país y finalmente murieron en el extranjero, como es el caso del beato Juan de Palafox, Virrey de Nueva España y Arzobispo de Puebla.

@fredalvarez | @OpinionLSR | @lasillarota