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¿Nueva #ComunicaciónPolítica?

Por: José Antonio Sosa Plata.

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Escrito en OPINIÓN el

El sistema electoral mexicano podría registrar cambios importantes en su modelo de comunicación para las #Elecciones2016. La posibilidad de avanzar a fondo y corregir los errores que tiene la ley vigente son altas, pero aún no se vislumbran los acuerdos que se necesitan entre legisladores, dirigentes partidistas y autoridades.

 

La reforma de 2007 evidenció su vulnerabilidad.

 

Las restricciones excesivas a medios, funcionarios y candidatos; el fenómeno sin precedente de saturar con spots todos los medios de comunicación; y la poca comprensión sobre los cambios producidos por los medios digitales y #RedesSociales significaron un retroceso.

 

Operaron en contra del voto libre.

 

También influyeron en forma negativa en el derecho a la información, no obstante las disposiciones establecidas en la reforma constitucional de 2014. Si bien el sistema político resistió los conflictos y superó los riesgos que se preveían, aún queda mucho por hacer.

 

Los retos principales siguen siendo enormes.

 

Por un lado, los medios y comunicadores no pueden trabajar con libertad por la obligación que tienen de probar que no cobran por las entrevistas o comentarios editoriales que hacen en torno a las actividades de los candidatos. Por el otro, resultan inaceptables las restricciones que se han impuesto a los particulares para expresar sus posturas políticas en torno a quienes contienden en una elección.

 

Tampoco se puede hacer sátira política.

 

Los programas de comedia o parodia política—electoral están prácticamente prohibidos en los medios tradicionales. De no ser por las expresiones que en este sentido vemos en las #RedesSociales, el esquema sería tanto o más restrictivo que en los viejos tiempos en los que Jesús Martínez Palillo vivía con la amenaza de ser encarcelado por sus sketches en las carpas de la ciudad.

 

Los impedimentos son preocupantes.

 

Y qué decir de los debates, que se mantienen sometidos a las "camisas de fuerza" en las que se han convertido (por ley) las reglas, horarios, coberturas y formatos de producción, además de que no se ha abierto la posibilidad de presenciar confrontaciones directas, atractivas y dinámicas entre los candidatos punteros en una elección.

 

Así nunca se consolidará la libertad de expresión.

 

Mucho menos si no se actúa con mayor contundencia en el ejercicio del derecho de réplica a que tienen derecho todas y todos, incluido los partidos, precandidatos y candidatos. El procedimiento ya existe, pero es evidente que se tiene que mejorar hasta lograr la efectiva reparación de los daños que se generen.

 

La tarea jurídica en 2016 será complicada.

 

Se necesita tiempo y voluntad política. Sin embargo, aunque falta mucho por hacer, nuestro sistema electoral ha avanzado, entre otras variables, en paridad de género, candidaturas independientes, financiamiento y fiscalización de recursos.

 

El problema persiste en el modelo de comunicación.

 

Evidentemente siguen fallando las estrategias institucionales y las vocerías. Tanto las instituciones electorales como los partidos no han logrado superar los modelos tradicionales ni insertarse con eficacia a las exigencias de los nuevos medios.

 

Para corregir, faltan diagnósticos más detallados.

 

Las elecciones de los últimos tres años nos han dado lecciones invaluables, pero no se han aprovechado. Por momentos, parece que en lugar de avanzar se ponen nuevos problemas a las soluciones con fórmulas cada vez más rígidas, complicadas y restrictivas,

 

En la ruta de la libertad, hay que quitar los candados.

 

Por eso, la mejor reforma para este 2016 sería la que logre eliminar los lastres y el exceso de regulaciones y procedimientos que tiene la ley. De igual forma, se tiene que acabar con los mitos que se han creado en torno a los spots y la promoción de dirigentes partidistas en este tipo de espacios.

 

Las elecciones no se ganan o pierden por los spots.

 

Es tiempo ya de vencer los temores, de reducir las discusiones y enfrentamientos en torno a la desconfianza que existe entre unos y otros, y de centrarse más en las acciones que se requieren para fortalecer la libertad de expresión, la mayor participación de la ciudadanía y la discusión y el debate abierto de las ideas.

 

 

Preguntas y comentarios a sosaplata@live.com

Twitter @sosaplata