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No todos los hijos son iguales

El sismo del 19 de septiembre trajo nuevos planteamientos, en los campos político y social de la seguridad

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Escrito en OPINIÓN el

El sismo del pasado 19 de septiembre, 32 años después de los sucedidos en 1985, vino a traer nuevos planteamientos, en los campos político y social de la seguridad.

Por lo que toca al campo político, pese a que desde 1985 se implementó la cultura de protección civil en nuestro país, el sismo de la semana pasada demostró que han sido insuficientes los esfuerzos de la autoridad civil por tomar el control de la situación.

La política de comunicación social fue deficiente en controlar los contenidos que exponían los medios de comunicación, de tal forma, que se presentó el lamentable escenario en crear y sostener la idea que debajo de los escombros de un colegio, había una niña atrapada llamada Frida Sofía.

No solo esto. Las redes sociales superaron los contenidos informativos que ofrecían los medios de comunicación, al dar a conocer en tiempo real información que se acercaba a la realidad. Y se acercaba a la realidad porque en diversas ocasiones la información de los usuarios no era sujeta de control alguno y, por tanto, podría estar obsoleta en solo unos minutos, o bien, se aumentaba su contenido.

Paralelamente mientras naciones amigas ofrecían ayuda desinteresada, la embajada de Suiza en México señalaba en redes sociales, que la cancillería mexicana declinaba un ofrecimiento de expertos suizos en construcciones, para evaluar las condiciones de los inmuebles dañados, lo que trajo el descontento y protesta.


Los partidos políticos eran parte del centro de atención, cuando se evidenciaban los daños en construcciones, en cuyo monto la opinión pública pedía que fuera absorbido con los recursos de los partidos políticos. El primero en dar un posicionamiento fue, Andrés Manuel López Obrador, quien comprometió los recursos de su partido para contribuir a la reconstrucción de las zonas dañadas. Esto marcó agenda, ya que posteriormente vinieron los presidentes del PAN, PRD y MC a señalar lo propio. Por último, el PRI, en voz de su presidente, Enrique Ochoa, salió a medios a señalar que su partido donaba 250 millones de pesos de las prerrogativas de 2017, cuando la opinión pública le reclamaba a todos los partidos políticos que fueran de sus recursos de campaña en 2018.

Una de las mejores descripciones del desempeño de la clase política en estos lamentables acontecimientos la ofrece, Juan Pardinas en su columna “De valientes e imbéciles” (Periódico Reforma, domingo 24 de septiembre de 2017, en http://refor.ma/Q7-cbFxN ). Cito solo un párrafo:


¿Quién quiere recolectar despensas para que las entregue Rosario Robles, una de las protagonistas de la Estafa Maestra? ¿Quién quiere pagar impuestos para que los “invierta” Ruiz Esparza en la inauguración de un nuevo socavón? ¿Qué sentirán los soldados que arriesgan la vida contra la mafia del huachicol, al saber que parientes directos del secretario Luis Miranda son dueños de una gasolinera que se beneficia de esta industria criminal?

Quizás uno de los aciertos en la política de protección civil sea el entrenamiento y participación de los binomios caninos de diversas dependencias, como Frida, que se ganó el corazón de México al indicar el lugar donde se encontrarían personas con vida.

Queda pendiente el tema de la reglamentación de construcción, que pudo haber sido corrompida con la complicidad de autoridades, causando víctimas y destrucción.

La sociedad se ganó el respeto y consideración de los actores políticos, al tomar la iniciativa para el rescate de las víctimas y lesionados. En calles, parques y plazas públicas sobraban las muestras de cariño y apoyo, entre los rescatistas y la ciudadanía quien montó centros de acopio por cuenta propia.

Un pan, una consulta médica, un vaso de agua, una fruta, un plato de comida caliente, hasta un costal de alimento para mascota, eran las formas de apoyarse entre ciudadanos, niños, adultos, personas de la tercera edad, jóvenes, padres de familia y demás.

Hubo automovilistas, ciclistas, mineros, transportistas, amas de casa, profesionistas de la salud o de ingeniería y cocineros. Soldados, bomberos, policías, estudiantes, abogados, contadores, politólogos o empleados de cualquier oficina que se acercaban a los centros de acopio para ayudar en lo que fuera, sin conocerse los unos con los otros y junto a los brigadistas se emocionaron al rescatar con vida a personas entre los escombros; jubilosos entonaban las notas del Himno Nacional, logrando obtener algunas lágrimas.

De peores hemos salido en México: en sesión del 15 de diciembre de 1861, Vicente Rivapalacio, presidente del II Congreso, se dirige al Presidente Juárez, a quien la asamblea le otorga facultades extraordinarias para hacer frente a la intervención francesa con las siguientes palabras: 


La historia enseña que todas las naciones, para llegar a la reforma y a la verdadera civilización, han tenido que pasar por pruebas terribles y por dolorosos sacrificios y muchas veces los pueblos más poderosos debieron tocar el borde del abismo y, sin embargo, pudieron salvarse por la fe y la unión entre sus hijos

@racevesj @OpinionLSR | @lasillarota