"La República”, se lee en el sonoro cabezal del periódico que está en etapa de diseño y que se sumaría en los próximos meses al ya atiborrado panorama de nuevos diarios en la capital del país. Pero este caso encierra novedades singulares.
Se trata de una aventura desesperada del señor Héctor Serrano, el controvertido operador político del ex jefe de Gobierno en la ciudad de México, Miguel Ángel Mancera. Este último dejó una larga estela de negocios oscuros en la capital del país. Mancera declaró a La Silla Rota que no tiene ningún proyecto para lanzar un periódico en los términos mencionados. “No sabría ni cómo empezar un negocio de esa naturaleza”, aseguró; lo que deja al descubierto que es un negocio estrictamente personal de Serrano.
Otros colaboradores del señor Mancera, como los hermanos Julio César y Luis Serna, han alertado a su jefe de que Serrano lo ha metido en suficientes problemas para ahora incursionar en tareas periodísticas a fin de disfrazar los intereses políticos y económicos de este grupo.
Serrano ya ha dado muestras de su vocación para gestar con dinero público medios de comunicación, digitales e impresos, que durante años utilizó para golpear a sus adversarios, internos y externos, pero especialmente para atraer elogios hacia sí mismo. Ese lamentable coro lo consolidó comprando, en espacios menores de medios establecidos, opiniones y noticias en su favor. Algunos de esos diaristas a sueldo han empezado a ser desechados de sus medios por haberse vuelto presencias incómodas ante la nueva realidad política.
Poco ha servido para este grupo semejante esfuerzo de cooptación de sedicentes periodistas, pues la condición a la que han quedado reducidos tanto el señor Mancera como su operador Serrano es lamentable. El PRD, que manipularon a su antojo, fue aplastado por Morena en la capital del país y ellos apenas alcanzaron espacio en el Congreso federal como senador y diputado, respectivamente, bajo el principio plurinominal.
Las versiones disponibles apuntan en el sentido de que el personal que labora en los medios prohijados por Serrano se sumará en las próximas semanas a “La República” para defender periodísticamente a un equipo cuyos problemas están cada vez menos en los espacios de política y más en el ámbito del Ministerio Público.
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GABY DE LA RIVA fue durante años la encuestadora favorita de la administración Peña Nieto. Su empresa debe haber crecido con gran prosperidad en este periodo, de la mano de Aurelio Nuño, en su época como jefe de la Oficina de la Presidencia, luego secretario de Educación y finalmente coordinador de la campaña de José Antonio Meade, en la que colaboró al desastre electoral que la fórmula de la alianza PRI-Panal-PVEM sufrió hace justo un mes. Bajo la varita mágica del gobierno, las encuestas que la señora De la Riva aportaba al equipo de Meade Kuribreña y en las que aparecía en un competitivo segundo lugar, empezaron a aparecer en diversos periódicos, especialmente “El Heraldo” y “24 Horas”, lo mismo que estudios pretendidamente serios que proyectaban una imagen de la contienda que nunca perteneció a la realidad. La gran duda es si a un mes de esos reportes, los directivos de esas encuestadoras o los dueños de los medios que prestaron sus espacios para tal farsa ofrecerán al público (o a la autoridad electoral) una explicación sobre sus motivaciones. O simplemente apostarán a que tenemos memoria corta.
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COMO SI NO TUVIERAN SUFICIENTES PESADILLAS, los periódicos mexicanos encaran una nueva crisis con el disparo en los precios de su principal rubro de costos: el papel. Esta materia prima indispensable para la impresión de los diarios está registrando en todo el mundo un doble efecto de carestía y escasez que, de entrada, derivará a partir de las próximas semanas en un alza, en dólares, de 15%. Ello atraerá presiones para que diarios migren su operación del papel como plataforma al ámbito digital. Así lo anunció en días recientes, por ejemplo, la cadena “Noroeste”, una de las más importantes de Sinaloa.