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Naufragio

Creencias no son realizaciones. | Ricardo de la Peña

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Escrito en OPINIÓN el

En español, la palabra naufragio hace referencia, como primera acepción, al “hundimiento, destrucción o pérdida de una embarcación que se encontraba navegando”, aunque de manera más genérica habla del “fracaso en un asunto o negocio”. Quienes se trasladan en una embarcación pueden perder la vida si ocurre un naufragio o, en el mejor de los casos, podrán alcanzar la costa empujados por el oleaje, aferrados a lo que quede de la embarcación. Un náufrago es entonces simplemente una víctima de la incapacidad de mantener a flote a un medio de transporte acuático, sea por accidente o por impericia de la tripulación, sobre todo del capitán al mando del navío.

El hundimiento de la salud

En México, el órgano encargado de generar y medir la pobreza y evaluar los programas y políticas sociales del gobierno es el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), cuyos datos tienen carácter oficial. En su más reciente medición, este organismo registró un aumento de 52 a 56 millones de personas en situación de pobreza durante el período del 2018 al 2020. Pero si este dato no es halagüeño, menos lo es el relativo a la carencia de acceso a los servicios de salud. En dos años, de 2018 a 2020, el acceso a estos servicios descendió de 84 a 72 por ciento, por lo que esta carencia se elevó en doce puntos porcentuales entre la población del país, en un período en que estos servicios se convirtieron en más necesarios, ante la demanda de atención frente a la pandemia de covid-19.

El derecho a la salud

Legalmente, el acceso a servicios de salud debe ser garantizado y protegido por el Estado con el objeto de que pueda ejercerse plenamente. Sin embargo, casi tres de cada diez mexicanos carecen de acceso a estos servicios, al no contar con adscripción al Seguro Popular, a instituciones públicas de seguridad social, a servicios médicos privados o no saber si tienen derecho a recibir los servicios que presta el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI). Al respecto, cabe recordar que a partir de 2020 desapareció la Comisión Nacional de Protección Social en Salud, que operaba el Seguro Popular, e inicio operaciones el INSABI, que debe "proveer y garantizar la prestación gratuita de servicios de salud, medicamentos y demás insumos asociados a las personas sin seguridad social”, por lo que las personas sin seguridad social no necesitarían afiliarse ni pagar cuotas para recibir atención médica y medicamentos gratuitos. Sin embargo, los datos muestran que el Estado no está cumpliendo su deber de garantizar el acceso universal efectivo a servicios de salud, pues 36 millones de personas reportan no estar afiliadas, inscritas o tener derecho a recibir servicios de salud en una institución pública o privada, 16 millones más que dos años antes, lo que afecta sobre todo a personas en situación de pobreza extrema. Así, cambios formales que la autoridad pensó que servirían para alcanzar mayor cobertura en materia de salud realmente redujeron el alcance de la protección sanitaria de los mexicanos. Una prueba más de que creencias no son realizaciones. Cómo duele estar regidos por un voluntarismo ineficiente que deja realmente en la zozobra a millones de compatriotas.