La muy presumida ‘mano dura’ con la que el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, prometió usar para garantizar la estabilidad pacífica de los poblanos en contra de aquellos que osaran expresarse públicamente para ‘desestabilizar la paz pública’, pudo haber caído en la sien de un niño de trece años.
El niño José Luis Alberto Tlehuatle Tamayo, murió luego de que el miércoles 9 de julio recibiera un impacto en la sien. Se presume que fue el impacto de una bala de goma que lanzó la fuerza pública del gobierno de Puebla.
La manifestación de pobladores de San Bernardino Chalchihuapan ese 9 de julio, en la autopista de Atlixco, para exigir la restitución de los servicios del Registro Civil a las juntas auxiliares fue confrontada por elementos de la policía estatal. Se presume que los guardias usaron granadas de humo, gases lacrimógenos, balas y proyectiles de goma.
Un gobernador que soñaba que era rey:… bueno, no: sí que quería ser presidente de México; y por lo mismo construyó su imagen pública, su discurso y las piezas de su ajedrez político a favor de su candidatura panista en 2018. Está dispuesto a todo por conseguirla. Ha gastado dinero a raudales. Iría por el PAN, aunque llegó a ser gobernador de la entidad por la coalición PAN-PRD Y chacharitas políticas como Convergencia y Nueva Alianza.
Un niño de 13, hoy muerto, ha hecho que retiemble en sus centros la política poblana y ha causado un cambio de actitud y de conciencia entre los poblanos, y en todo el país.
Un niño que ‘pasaba por ahí’ con su madre, quien fue a recogerlo a la escuela para evitar que le ocurriera algo durante el enfrentamiento entre policías y manifestantes campesinos a quienes el gobierno poblano les retiro el derecho al Registro Civil porque el gobierno estatal decidió retirar por un tiempo este servicio a los municipios de la entidad.
Este podría ser el resultado de la famosa Ley Bala, promovida por el Ejecutivo estatal y aprobada el 19 de mayo por el Congreso Local (¡Claro que sí!). Era una Ley para “Proteger los Derechos Humanos y Regular el Uso Legítimo de la Fuerza por parte de los Elementos de las Instituciones Policiales del Estado de Puebla”…
La Ley Bala que el 16 de julio, una semana después del agravio al niño José Luis Alberto y a unos cuantos días de su muerte, fue suspendida de forma definitiva por un juez de distrito en Puebla, para un grupo de personas que impusieron amparos relacionados.
La misma Ley que el mismo Moreno Valle que la propuso hace dos meses, ya propone su abrogación al Congreso local que, como antes, dirá “sí, señor Gobernador”; la misma que según, el juez ordenó: “de ningún modo se haga uso de la fuerza por parte de los elementos de las instituciones policiales del estado de Puebla, cuando se ejerza el derecho de la libertad de expresión, de reunión, de manifestación o protesta”.
Al gobernador poblano no quería que le pasara lo que ocurre con el jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, tan débil frente a manifestantes de la sección 22 de la CNTE o a grupos como Pancho Villa, o Antorcha Campesina o SME… No. A Moreno Valle no le habría de ocurrir la vergüenza de la debilidad y el repudio social.
Pero resulta que no supo manejar políticamente un asunto en el que había culpabilidad de gobierno al retirar impunemente el Registro Civil y tampoco supo leer la propuesta weberiana del ‘uso legítimo de la fuerza’
El resultado está ahí: Uno que nunca hubiera esperado el muy famoso y gastalón gobernador Moreno Valle, quien ha entregado cantidades insospechadas a las televisoras nacionales y ha dispuesto recursos para la prensa local y para acercarse de todos aquellos que la reditúen ganancia política.
El mismo Rafael Moreno Valle quien, contra viento y marea, impuso como su encargado de la Seguridad Pública de Puebla a Facundo Rosas Rosas, un policía que fue cercano al ex Secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna y no muy bien averiguado.
Así que hoy el señor Moreno Valle está en un brete. Y Puebla también. Independientemente de la vida que costó el operativo en contra de campesinos que reclamaban un derecho, la situación se complica porque, lo dicho, el gobernador llegó mediante una coalición de partidos agua y aceite…
Y todos estos partidos ahora, frente a la tragedia, guardan silencio: ninguno se hace responsable: ni PAN tan engreído; ni PRD tan beligerante y defensor de la libertad de manifestación y, claro, los enanitos verdes, azules y morados que son los adláteres abajo firmantes: ninguno dice ni pío a favor de un gobernador que ‘soñaba que era rey’…