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OPINIÓN

Monreal: el cuarto jinete

Ricardo Monreal quiere ser candidato. Con o sin Morena. Antes va a enfrentar a quienes le cierren la puerta de la candidatura. | Joel Hernández Santiago

Escrito en OPINIÓN el

Ricardo Monreal es un político con un enorme colmillo archi-retorcido. Esto es, es un político mexicano de gran experiencia no sólo por sus casi sesenta y dos años transcurridos de vida, sino por el gran número de cargos y ocupaciones y partidos políticos en los que ha militado: PRI, MC, PRD, PT, Morena... 

Así que como quien dice, puede tronar nueces con las uñas. Ha sido diputado, gobernador, delegado en CDMX, senador ahora mismo y tanto más. 

Desde el principio de este sexenio fue encargado del bloque morenista  y presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) del Senado. Y como tal ha sido un férreo defensor de la 4T y de su actual partido: Morena. Ha llevado a cabo decisiones legislativas que surgen de la voluntad presidencial y con su discurso, a modo de maestro de escuela primaria, las ha defendido. 

Ricardo Monreal Ávila quiere ser presidente de México. Cree merecerlo y tener los arrestos suficientes. Son muchos años y muchísimas solidaridades ampliamente demostradas. Su paso por la administración pública ha estado más orientado al quehacer político que de gobierno... 

Pero cuando todo le hacía suponer que sería candidato de Morena en las elecciones de 2024 resulta que no, no y no. No está dentro de los elegidos por el presidente y sí parece ser el aspirante sin el sello distintivo y personaje político que incomoda a la dirigencia de Morena. 

Desde el año pasado, luego de las elecciones del 21 cuando el presidente de México comenzó a desgranar los nombres de quiénes podrían ser sus candidatos para esas las presidenciales, surgió de inmediato el nombre de Claudia Sheinbaum. 

Ella le ha sido fiel hasta las cachas al presidente. Le sigue los pasos en todo lo que dice o hace y repite, inmediatamente, ya en favor o en contra de tal o cual personaje u asunto. Ella siempre está dispuesta a la obediencia y la solidaridad, quizá mal entendida. Y ya con cuerda está segura de ser la candidata de Morena; “Si en consulta la mayoría así lo decide”. 

Surgió también el nombre de Marcelo Ebrard. Un político asimismo colmilludo y que ha ocupado puestos-cargos-mandos-partidos de distinto calado y responsabilidad. En todo está y es solícito y respetuoso del presidente y la 4T. Desde la cancillería tiene espacio para moverse y no oculta de ninguna manera sus aspiraciones para ser el candidato del presidente. Y ya comienza a encender motores para conseguir el ansiado “si” presidencial. 

Y está el tercero de ellos: de las “corcholatas” como el presidente denominó a los aspirantes a candidatos-Morena. Es Adán Augusto López Hernández. Un político hecho en el sur de México. De origen priista –como la mayoría de los actuales aspirantes–, es gobernador de Tabasco con licencia y actualmente ocupa la cartera de secretario de Gobernación. Un puesto muy relevante y cuyas acciones han merecido el aplauso presidencial. De hecho son muy amigos.

Y con la anuencia presidencial, los tres ya echaron a andar sus recorridos nacionales, ya tiene huestes que a cada uno en actos públicos les endilgan el “¡Presidente-presidente-presidente!”. Y ya se placean para todos lados como “corcholatas” y sin pudor asumen serlo. 

Pero resulta que Ricardo Monreal quiere ser el candidato. El grande, pero el presidente no lo ha invitado a la lista de sus candidatos y esto le ha calado hasta los huesos al Senador. Y ha sugerido que con Morena o sin Morena él estará en la boleta electoral de junio de 2024. 

Por supuesto no ha roto lanzas con el presidente, al que le reitera fidelidad, ni tampoco a su actual partido Morena. Sigue la ruta de la diplomacia política sin que esto signifique sometimiento y obediencia ciega. No. Ha dado muestras de que él está listo para ser candidato y que lo será. 

Tan es así que el domingo 26 de junio en la ciudad de Francisco I. Madero, del estado de Coahuila fue él quien se llevó las notas periodísticas; fue él con su presencia allí quien llamó la atención y fue él mismo quien en su discurso frente a dos de los aspirantes morenistas advirtió que competirá dentro de Morena –y recordó que es fundador de este Movimiento–. Dijo que se mantendrá en la lucha por ser candidato y porque ‘se impongan los procesos democráticos sobre los intereses de un grupo o facción, pues eso sería perder el objetivo trazado tras la fundación del partido’. Esto es: nada de dedazo. 

Ya le habían hecho el feo en la reunión que los morenistas tuvieron en Toluca el 12 de junio. No lo invitaron. Pero esta vez no había de otra para evitar un problema mayor dentro del partido. Pero nada. No lo ven con buenos ojos y el presidente guarda silencio. No lo nombra. Y tampoco quiere conflictos con el senador y mucho menos con la mayoría del Senado, a la que necesita, sobre todo ahora que perdió la mayoría calificada en la Cámara de Diputados. 

Pero ahí está Monreal. La piedra en el zapato. Y seguirá su lucha. El tema es que si el presidente no lo nombra y Morena no lo incluye dentro de los aspirantes, entonces ¿cuál será su camino? 

Por supuesto puede haber alguna negociación para que se esté quieto... O está su salida de Morena para contender con otro partido. Él sabe que le seguirán muchos y que tiene con qué luchar. Esto anularía a lo que queda de la oposición para llevar a un candidato resentido y marginado de Morena. De otro modo lo mismo. 

A menos que esta sea una oposición pactada –lo que sería verdaderamente escabroso–. Que él saliera de Morena para enfrentar a Morena y terminar luego como uno solo. 

Como quiera que sea Ricardo Monreal quiere ser candidato. Con o sin Morena. Antes va a enfrentar a quienes le cierren la puerta de la candidatura... llámese como se llame. Son cosas de la política y son cosas de nuestros días. Ya veremos el camino que tomará el zacatecano.