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Modernización y crisis

El paquete del PEF 2016 presentado por la Defensa Nacional es el más nutrido y ambicioso de los últimos años.

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Escrito en OPINIÓN el

La segunda mitad del sexenio de Enrique Peña Nieto significará para las fuerzas armadas mexicanas un empujón, un nuevo arranque sobre la marcha en su camino modernizador.

 

La dependencia que encabeza el general Salvador Cienfuegos Zepeda lanzará al pozo de los deseos contables toda la carga de mecanismos para la compra de aviones, blindados, municiones, vehículos, equipo táctico y material bélico necesario para mostrarnos a un Ejército y Fuerza Aérea casi de primer mundo.

 

Modernizarse o está mal. Es necesario y deseable, pero, en el caso de México, el tema no pasa y se queda únicamente en el terreno de lo operativo y lo táctico.

 

Modernizarse implica también el ejercicio de la transparencia real, de la apertura y la correcta rendición de cuentas; implica erradicar los viejos vicios del ocultamiento de datos entorno a hechos irrefutables; significa también una revisión y transformación a fondo del sistema de justicia militar (militares juzgados por abogados castrenses altamente especializados), un seguimiento escrupuloso del manejo financiero de la secretaría y un urgente saneamiento de sus relaciones con los civiles.

 

Comprar o invertir en material bélico es menos problemático que reconstruir a una fuerza armada renovada en lo operativo, por desgastada en lo doctrinario, humano y político.

 

La segunda mitad del sexenio, la del inevitable declive en casi todos los aspectos de las administraciones presidenciales, será también la de las compras de material bélico que consolidarán la parte estratégica de la modernización militar.

 

Será también la mitad del sexenio en la que la Sedena adquirirá toda clase de equipos sin exceder su presupuesto, cargándole la deuda a otras entidades como Banobras, mediante la cual ha comprado armamento y material diverso desde finales del sexenio de Felipe Calderón a través del mecanismo de arrendamiento financiero, cuyos detalles están reservados a la ciudadanía por la Ley Federal de Acceso Información.

 

El Presupuesto de Egresos de la Federación 2016 (PEF 2016), en el que la Sedena ejercerá 72 mil 250 millones, 719 mil 526 pesos, comprende 116 Programas y Proyectos de Inversión (PPIs), de los cuales solo 18 cuentan con asignación presupuestaria.

 

En este selecto grupo se mantienen, por ejemplo, la compra de seis helicópteros EC-725 (Cougar) para operaciones de alto impacto, así como la adquisición de una flotilla de aviones CASA C-295 para transporte de tropas.

 

La Sedena colocó en su PEF 2016 este y otros proyectos y dejó en una larga lista de 98 requerimientos que deberán ser solventados por etapas (hasta el 2018 y más allá) para darle solidez a la modernización militar.

 

Los proyectos restantes forman parte del universo de adquisiciones que se cubrirán con esquemas financieros complementarios al de la Sedena, muchos de los cuales seguirán aplicándose más allá del 2019, de acuerdo con lo esperado por la dependencia y por la SHCP.

 

El paquete del PEF 2016 presentado por la Defensa Nacional es el más nutrido y ambicioso de los últimos años, triplicando en algunos casos los proyectos presentados en otros sexenios.

 

Los últimos años del sexenio de Cienfuegos al frente de la Sedena estarán enfocados en el rearme de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), una vez rebasada la contingencia del combate frontal al narco.

 

Con la sombra de los errores, los excesos y omisiones marcando cada paso de la administración de Pela Nieto, retener el poder desde Los Pinos se antoja complicado y turbulento.

 

De ahí la necesidad de programar gastos, como los bélicos, que en unos años más una eventual oposición en el poder mandará sin chistar a la congeladora.

 

CENTINELA.-

 

Lo que quedará pendiente, una vez más, es la compra de un nuevo escuadrón de cazas supersónicos. Cuando todo apuntaba a la compra de 12 jets F-16 norteamericanos de medio uso, las negociaciones se cayeron por la debacle financiera mundial.

 

Un segundo y un tercer escenario se materializaron con la posible adquisición de 12 aviones checos Albatros. Ocurrió muy poco en las negociaciones. A tercera ventana de oportunidad surgió en Suecia, con una flotilla de aviones Saab. Todo quedó en acercamientos, nada más.

 

 

Aquí y en otras esferas de negociación para compra de armamento y equipo bélico, el tema del IVA ha sido factor determinante en contra.

 

La Marina sabe de esto un largo rato.

 

@JorgeMedellin96