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Miguel Osorio: Difama que algo queda

Hoy se sabe que las dos propiedades han estado en renta a favor de la familia del exgobernador de Hidalgo.

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Escrito en OPINIÓN el

El pasado fin de semana -como se sabe- el semanario Proceso dio a conocer “un reportaje” en el  que se sugiere que Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, sigue los pasos de su jefe, Enrique Peña, en la compra de casas en las que habría conflicto de interés.

 

El citado “reportaje” sugiere que dos propiedades de alto valor económico enclavadas en las Lomas de Chapultepec -muy cerca de la llamada “casa blanca”-, pudieran ser de la familia del secretario de Gobernación, una de ellas supuestamente escriturada a su esposa y la otra propiedad de “el constructor preferido” de Osorio durante su gestión como gobernador en Hidalgo.

 

El trabajo periodístico se desplegó, desde la tarde del sábado y el domingo ya había conseguido su objetivo. Es decir, difundir la especie de que el responsable de la seguridad interna del país era un ciudadano que, igual que el presidente de la República y que el secretario de Hacienda, habían llegado para favorecerse del conflicto de interés.

 

La tarde del domingo en un comunicado severo, en donde Osorio Chong recuerda dos ataques anteriores lanzados por el semanario -en donde también fue víctima de calumnias y mentiras- el secretario de Gobernación desmiente la propiedad de los dos inmuebles incluso el que se le acredita a su esposa. En suma, queda claro que el mismo semanario incurrió, por tercera ocasión en una difamación.

 

Hoy se sabe que las dos propiedades han estado en renta a favor de la familia del ex gobernador de Hidalgo. Se sabe que Osorio  y su esposa intentaron comprar una de las casas, pero que hasta el momento del reportaje no sólo no se concretó la operación sino que se habría cancelado.

 

Además, Osorio Chong expuso que todas sus propiedades fueron reportadas a las instancias públicas que obliga la ley.

 

Frente al desmentido de Miguel Osorio, la revista se concretó a justificar las presunciones de su “reportaje” sin convencer a nadie.

 

Sin embargo, el daño que provocó la calumnia, la difamación y la mentira, ya estaban hechos -en redes sociales en donde no impera la razón sino el odio y la pasión-, Osorio era visto como uno más de los funcionarios del gobierno de Peña Nieto que se han servido del poder.

 

Y como queda claro, la difamación, la calumnia y las mentiras difundidas por el semanario quedarán impunes. Esa revista suele cometer con frecuencia esas fallas y nunca acepta los errores, no se diga resarcir el daño a quienes difama, calumnia e inventa historias.

 

Difama que algo queda, dice el refrán popular. Y en esta ocasión Miguel Osorio fue víctima de ese cuestionable periodismo. ¿Por qué?

 

Al tiempo

 

@RicardoAlemanMx