Main logo

Migración

Estados Unidos y México desplegarán en los próximos meses esfuerzos encaminados a hacer frente a la crisis migratoria. | José Luis Castillejos

Por
Escrito en OPINIÓN el

Estados Unidos y México desplegarán en los próximos meses esfuerzos encaminados a hacer frente a la crisis migratoria que constituye uno de los principales temas de la agenda bilateral.

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris ya esbozó el compromiso del gobierno de Joe Biden con las políticas de inmigración "ordenadas y humanas".

El problema, por ahora, está focalizado en México  tras el alud de centroamericanos, caribeños y sudafricanos que buscan llegar a Estados Unidos.

Pero al no lograr esa aspiración, de cruzar el río Bravo, hoy vienen tras el sueño mexicano y con ello un alud de problemas para esta empobrecida nación.

En esa aventura por llegar a la tierra del "Tío Sam", cientos de miles de personas siguen buscando la forma de burlar la vigilancia fronteriza de México y Estados Unidos.

Son varios miles de kilómetros que deben transitar quienes sueñan con llegar a la tierra de Joe Biden, el actual presidente de Estados Unidos.

Pero algunos se van quedando en el camino y se instalan en ciudades como Tapachula o Tijuana donde su presencia se va convirtiendo en una bomba de tiempo para los gobiernos locales.

A la par de esta creciente presencia de migrantes se viene dando problemas de salud, inseguridad y desplazamiento de la mano de obra mexicana.

A diferencia de la radical postura del gobierno que encabezó Donald Trump, el enfoque más humano de Biden hacia la inmigración ha generado una crisis fronteriza para México. 

La vicepresidenta Kamala Harris, a quien Biden encargó la supervisión de los esfuerzos contra la crisis migratoria, recalcó que la administración norteamericana está comprometida a asegurar que su sistema de inmigración sea ordenado y humano.

Pero esa posición humanitaria de la administración Biden alienta la migración. Y esa posición de los norteamericanos de humanizar su política migratoria y "resolverlo de una manera productiva" afectará al gobierno mexicano que tendrá que aguantar en su territorio la presión migratoria.

La reciente gira de la vicepresidenta estuvo encaminada a reforzar el principio de encarar la naturaleza de esas causas (violencia e inseguridad en Centroamérica y México) o enfrentarse a una crisis fronteriza continua.

"Se podría lograr más si la gente dejara la retórica sobre el tema", alertó sin aludir a la verborrea sobre el tema del presidente mexicano Andrés López Obrador.

Agencias de noticias indicaron que la reciente visita de viaje de Harris ocurre antes de que Trump visite con el gobernador de Texas, Greg Abbott, la frontera sur, convertida según el exmandatario en una zona "sin ley" desde la llegada al poder de Biden.

Las medidas de Trump redujeron el flujo de migrantes, pero durante el gobierno de Biden las detenciones batieron récords todos los meses desde marzo. En mayo, alrededor de 180,000 personas fueron arrestadas después de cruzar la frontera ilegalmente, un máximo en 15 años.

Aquí los gobiernos de AMLO , Biden y los de América Central aún no se han sentado para delinear estrategias, más que militares, de tipo económica que contengan la fluidez humana.

Cruzar el río Suchiate, en los límites con Guatemala, no representa mayor obstáculo para los migrantes que cruzan el afluente a pie en época de estiaje o nadando.

La Guardia Nacional y la Policía de Migración así como el Ejército no resguardan nada. De ahí que el problema sea latente y constituya un peligro para la población mexicana en el sur del territorio.

Es tiempo de rediseñar una estrategia y comenzar a dialogar de gobierno a gobierno antes de que sea demasiado tarde.