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Michoacán y la imposibilidad de acatar la voluntad ciudadana

Uno de los principales aspectos que debe tener todo Gobierno, es el monitoreo constante de las diversas estructuras de una sociedad, su confluencia e interacción, el estudio de su dinamismo, de sus necesidades y demandas y, en consecuencia, la atención de las mismas

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Escrito en OPINIÓN el

Un Gobierno que emana de la voluntad de los ciudadanos que asisten a las urnas debe entender esa legitimidad como un proceso recíproco de sencilla aplicación: tú decides elegirme, yo debo ayudarte y protegerte.  Así de sencillo debiera de ser la operación del Gobierno para con los ciudadanos; sin embargo, resulta mucho más complejo que este simple binomio.  Un ejemplo claro de ello es lo que sucede con el problema de las drogas, las operaciones y movilidad del narcotráfico y la guerra que libran diversos grupos que encabezan este nefasto negocio que se maneja fuera de cualquier Estado de Derecho.

Lo que estamos viendo en el Estado de Michoacán a través de lo que reportan diversos medios de comunicación nos debe permitir ver una situación por demás preocupante por diversos motivos, el principal: la descomposición de nuestros Gobiernos, de Instituciones y con ello, el binomio que referí fracturado.

Ante esto, los ciudadanos deben sentirse por demás defraudados por que las autoridades que eligieron pareciera que no han respondido a sus expectativas, principalmente, es de su seguridad, ante ello, los propios ciudadanos tuvieron la necesidad de organizarse en muchos casos en lo que hoy se conoce como “autodefensas”, que responden a una demanda poblacional de defender su espacio, su entorno, su convivencia, su familia; en una palabra: recobrar su paz.  Pero este fenómeno, hay que decirlo, responde también en gran medida a la falta de atención del Gobierno (en sus tres niveles de Gobierno: municipal, estatal y federal).  Sin embargo, entre el creciente narcotráfico en dicha entidad federativa y la aparición de los “autodefensas” y con ello las luchas que han librado y los que fingen ser grupos civiles genera una confusión difícil de identificar: la cirugía que debe de hacerse a la entidad no es menor.

La incursión del Gobierno Federal, si bien puede ser certera, en mi opinión llega tarde y con un grado de desesperación en la población que parecía nadie atendía.  Así, seguramente pasarán días y semanas para que empiece a recobrarse la tranquilidad de la población, aunque lo que verdaderamente debe de atenderse es él difícil y creciente problema del narcotráfico.   Por ello, la situación prevaleciente debe ser atendido con toda diligencia, pensando primordialmente en la seguridad de los ciudadanos, sin tintes políticos, que puedan despertar en un mediano plazo suspicacias y malos entendidos.

Hoy el Gobierno Federal tiene en si una serie de tareas que se vislumbran por demás difíciles: recobrar nuestro territorio, la seguridad de la población, la operación real de Gobiernos Municipales, el libre acceso de los ciudadanos por localidades, carreteras y poblados, la instauración de un Estado de Derecho, con una policía segura; pero sobre todo, ganarse la confianza de la población.  Y con todo ello, tiene a su vez, una gran oportunidad: la de constituirse como el último tramo de esperanza para la población; ello, por supuesto, con base en los resultados que se obtengan.

El Gobierno Federal debe recobrar la esperanza de que nuestro país es un lugar en que los derechos de la población son garantía de estabilidad; debe generar la consolidación de las instituciones de los Gobiernos y erradicar, no sólo del Estado de Michoacán, el problema del narcotráfico que tanto afecta a nuestro país.

Recobrando a la población, teniendo su confianza, tanto Gobierno como instituciones crecerán y con ello la esperanza de un México mejor; pero sobre todo seguiremos conservando ejercicios democráticos para que los ciudadanos asistamos a las urnas a seguir manifestando nuestra voluntad por tal o cual Partido Político o candidato de nuestra elección, confiados en que serán nuestros auténticos representantes fieles a los intereses mayoritarios de la población.  De lo contrario, seguramente veremos en los procesos electorales una baja o nula participación de los ciudadanos lo que resultará en autoridades con poca legitimidad para gobernar.  Por ello, a mayor participación ciudadana mayor legitimidad de los gobiernos.

Por ello, e independientemente del Partido en el poder o de los servidores públicos en turno, deseamos la mejor de las suertes a las estrategias planteadas para recobrar nuestro territorio y para devolver a la población su paz, su tranquilidad y sobre todo, ¡esperanza de un México mejor!

@fdodiaznaranjo