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Mi escaño por un gol

La Comisión de Energía del Senado ha propuesto esta semana un calendario para los trabajos de análisis, discusión y, en su caso, aprobación de los dictámenes de las leyes secundarias de la reforma energética. La Comisión propone que el rediseño del sector de los hidrocarburos tenga lugar entre el 6 y 7 de junio; lo relativo a la industria eléctrica el 9 de junio; la transformación de las empresas del sector el 11 y 12 de junio; y el tema de los órganos reguladores y la agencia de seguridad industrial y protección ambiental los días 16 y 17 de junio.

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Escrito en OPINIÓN el

Cada uno de los principales partidos representados en el Congreso tiene su agenda y su estrategia ante el debate energético. El PRI busca desesperadamente acelerar la aprobación de las leyes secundarias como medio para cambiar el clima de incertidumbre provocado por la desaceleración de la economía. El PAN sabe que el PRI depende de sus votos y lo aprovechará para influir determinantemente en la redacción del dictamen. El PRD tiene como objetivo recurrir a todos los medios posibles (legales, políticos, sociales…) para detener un proceso de reforma con el que no está de acuerdo.

Hasta aquí no hay nada del otro mundo, sin embargo, desde la semana pasada el discurso del PRD se ha trasladado a la zona del ridículo. Para los legisladores amarillos el debate parlamentario debe suspenderse al “empalmarse con el Mundial”.

No falta la gran evocación a la responsabilidad nacional en este llamado, el enésimo, cuyo objetivo es paralizar los trabajos legislativos en torno a la reforma energética: en este debate, que debe darse de “cara a la nación”, y en el que “se juega” la soberanía nacional, los mexicanos no pueden andar por ahí distraídos por la euforia mundialista. Porque eso sí, el problema son los ciudadanos enajenados con la Selección, no los legisladores filibusteros que estratégicamente buscan detener los debates y, aunque lo nieguen, darse una escapadita para ver los encuentros entre selecciones. 

Dejemos de lado el paternalismo simplón o el abierto desprecio por la capacidad de los ciudadanos para elegir lo que más les convenga o interese seguir por televisión. Pasemos por alto el supuesto de que en otro momento, cualquier mes sin Mundial, los mexicanos estarían dispuestos a volcarse para seguir la transmisión del Canal de Congreso y escuchar absolutamente concentrados lo que tengan que decir nuestros senadores y diputados. Si el problema de fondo es que nadie debe estar distraído en otros temas al momento en que se discute el futuro del sector energético, entonces habría que actuar en congruencia y suspender todo tipo de actividad económica, política y social que pueda funcionar, de acuerdo con la psicología social del PRD, como un distractor potencial en el momento en que “se juega” la soberanía nacional.

Siguiendo la lógica de los senadores perredistas, ¿debo en mi calidad de profesor exigir que las autoridades de mi universidad suspendan cursos este verano, pues también mis clases se empalman con los partidos del Mundial? No tengo la menor duda que mis alumnos van a estar distraídos, de hecho completamente enfocados, con el desempeño Cristiano Ronaldo, las gambetas de Neymar O los goles de Messi. Pero también tengo muy claro que son capaces de asumir sus responsabilidades académicas independientemente que lloren de alegría o tristeza ante los resultados de la Selección. ¿No pueden los legisladores mexicanos asumir sus obligaciones de la misma forma independientemente de lo que transmita la tele?

Cambiando la perspectiva, ¿aceptaría el PRD que un tema prioritario de su propia agenda, más recursos (sin más transparencia) para sus gobiernos estatales o la reforma política del DF, fuera postergado ante la celebración del Mundial? ¿No acusarían en este caso a sus rivales políticos de frívolos e irresponsables por demorar un debate que debe darse “de cara a la nación”?

La defensa de una consulta al respecto de los cambios al modelo energético mexicano, tiene el mérito de impulsar una discusión pública sobre la el alcance de la figura de Consulta Popular establecida en el artículo 35 constitucional y al respecto de límites al acto mismo de reformar la Constitución. La invocación del Mundial es un pretexto tan tonto como frívolo.

El asunto relevante en este caso es si los tiempos de la Comisión de Energía son razonables para dictaminar las leyes secundarias, dada la complejidad de la materia y la cantidad de leyes que se van a afectar. ¿En serio un sólo día para dictaminar la transformación de la industria eléctrica? ¿Dos días para rediseñar a los órganos reguladores y para crear una agencia que, entre otras cosas, deberá atender las consecuencias ambientales de la fractura hidráulica? Más que dictaminar, pareciera que a la Comisión de Energía le urge dar trámite a lo que llega “planchado”. 

El Mundial no es el problema, sino legislar al vapor o sin un debate público desde las mismas comisiones. Más que buscar distractores o inventar pretextos absurdos para no permitir el dictamen de las leyes secundarias, el PRD tendría que estar más preocupado por impulsar una deliberación legislativa más razonada y transparente, aún con juegos de la Selección de por medio.

 

@ja_leclercq