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México y las necesidades de Trump

A dos puntas

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Escrito en OPINIÓN el

El mayor problema potencial para México en la relación con Estados Unidos y particularmente en la actual renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, está la cada vez más urgente necesidad del presidente Donald Trump de lograr triunfos políticos.

El mandatario enfrenta una serie de crisis que van del distanciamiento con el congreso (en especial con el liderazgo de las mayorías republicanas en ambas cámaras), a la renuencia de su propio gabinete a cumplir con algunas de sus demandas, incluso el abandono de la investigación sobre la presunta intervención rusa en las elecciones del año pasado y sus contactos con la propia campaña de Trump.

Es, como dice el reportero político Mike Allen, "una presidencia encogida", víctima de los errores de los últimos 222 días.

En ese marco, sin embargo, tiene que relanzar su presidencia y para ello no necesita tanto grandes victorias reales sino algo que se le parezca y México está en el centro de varias de sus más prominentes promesas de campaña electoral: la construcción de un muro fronterizo, la renegociación del TLCAN y la expulsión de indocumentados.

Curiosamente, de acuerdo con varias fuentes, uno de los puntos de conversación entre negociadores de Canadá y México en el TLCAN es qué tipo de victorias que sean aparentes, pero no de sustancia, podrían cederse a Trump.

Para Canadá y México la relación con su vecino común es de enorme importancia y no accidentalmente llegan a las conversaciones en mejor situación que los estadounidenses: el equipo de trabajo del Representante Comercial para Comercio Exterior (USTR), Robert Lighthizer, no tiene el nivel de expertos que los otros dos (aunque sí un "garrote" político y económico).

El Departamento de Justicia no necesita muchos alicientes para acelerar la deportación de indocumentados, en especial aquellos a los que puede encontrar sin problemas, como los "soñadores" cuyos permisos de estancia están a punto de concluir.

Pero esa en particular es una decisión más complicada que lo aparente.

Y está el tema del muro fronterizo, una promesa que despertó el entusiasmo de los seguidores de Trump, sobre todo ante la afirmación de que México pagaría por él. Pero México rechaza la mera noción y el congreso no quiere financiarlo.

Trump vuelve a la carga con ese tema. La relación es complicada per se y ahora más que nunca, pero ninguno de los dos países puede decir simplemente adiós y sí están obligados a jugar al largo plazo.