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México pasmado

Seguramente somos el hazmerreír del mundo, cuando en México un gobernador desaparece sin más y nadie sabe dónde está.

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Escrito en OPINIÓN el

Al abrir las páginas de los periódicos de circulación nacional, leer las redes sociales y escuchar a los medios de comunicación en nuestro país, dos son las certezas que tenemos como mexicanos: la primera, es que el gobierno supone que nos creemos toda la cantidad de cosas que se empeñan en difundir por todas partes para intentar generar un cambio en la opinión que tenemos de la mayoría nuestros funcionarios y sus acciones de gobierno y, la segunda, para mi más grave, es que nuestros poderes públicos, los tres, están pasmados, en una especie de letargo en el que lo único que importa es el beneficio personal a costa de nuestro país.

 

El triunfo de Trump en el país vecino no hizo más que acrecentar esa hipótesis. Nada hizo el gobierno mexicano por infundir confianza y certeza a las y los mexicanos en México y en Estados Unidos, no sabemos cuáles son las medidas que se han tomado por el gobierno para preparar la llegada a la presidencia de Estados Unidos en enero de ese personaje. No vemos ajustes en economía, en el gabinete presidencial, ni en nuestra política exterior en la que sólo se emiten escuetos comunicados a las y los funcionarios públicos de nuestras embajadas y consulados en aquel país. Nada que nos dé confianza en que se están tomando las previsiones y realizando los ajustes necesarios para enfrentar un escenario mucho más complejo y poco amigable a partir de enero de 2017.

 

Internamente dos son los sorprendentes movimientos de circo con los que pretenden impresionarnos. El ofrecimiento de millones de pesos a quien provea información para localizar al gobernador con licencia de Veracruz, Javier Duarte y su esposa y, por otra parte, el auto de formal prisión en contra del ex gobernador de Sonora, Guillermo Padrés y su hijo, a quién por fortuna no tuvieron que buscar porque se presentó voluntariamente ante las autoridades.

 

El insulto a la inteligencia de los mexicanos es agraviante. Empeñarse en hacernos pensar que las autoridades mexicanas, entre las que se cuentan familiares políticos de Duarte y su familia, no tienen la menor idea del paradero de Duarte es ofensivo. El señor Duarte no sólo nos avisó a todos que se iba cuando pidió licencia sino que además nombró a su sucesor, salió del estado en un helicóptero del gobierno, que lo dejó en otro Estado para poder irse tranquilamente en los plazos y en los términos que le convenían. Ninguna prisa tuvo Duarte para planear pausadamente su retiro del escenario público.

 

No, el gobernador con licencia de Veracruz no se fugó, lo dejaron ir, y por lo tanto, son sus cómplices, los legisladores que autorizaron una licencia fast track, el impuesto como gobernador que además conocía de primera mano, como Secretario de Gobierno, la impunidad y corrupción del gobierno de Duarte. Son cómplices los funcionarios de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del Veracruz que no alertaron del uso de un helicóptero oficial y no proporcionaron datos transparentes y oportunos de su paradero. También el Cisen, que supuestamente se encarga de la inteligencia en nuestro país, porque seguramente somos el hazmerreír del mundo, cuando en México un gobernador desaparece sin más y nadie sabe dónde está. Por supuesto ya ni para que mencionar el patético papel de las autoridades encargadas de la seguridad o de la procuración de justicia. ¿Dónde están los legisladores federales y locales que revisaban la cuenta pública y aprobaron los presupuestos de ese estado año tras año? Sí, también ellos son cómplices. Los partidos políticos tampoco pueden eludir la responsabilidad que tienen en la selección de candidatos, es imperdonable que por beneficios personales se empeñen en apoyan a candidatos relacionados con actividades y grupos criminales.

 

La falta de acción de nuestras autoridades llega a tal extremo que hasta este momento no encontramos algún familiar o prestanombres de Duarte en la cárcel. ¿Qué pensarán que también nos creemos que los Duarte, Padrés, Borge y los que se acumulen actuaron solos? ¿Qué pensarían si les dijera que es al revés, que a los que vigilan las autoridades es a los ciudadanos de a pie: condicionan trabajos y exigen renuncias a aquellos que osaron escribir en redes sociales algo que sonara cercanamente crítico a su desempeño? Ese es el nivel de muchos de los funcionarios en este país, sólo buscan compañías complacientes con sus arbitrariedades y corruptelas.

 

Como ciudadanos debemos estar alerta y vigilar a los gobernadores que acaban de entrar en funciones. No esperar a los últimos meses de sus gobiernos para que rindan cuentas. No basta quejarnos en voz baja de los desfalcos que vemos. No es suficiente que sean chismes de sobremesa sino que deben denunciarse. Desafortunadamente, Padrés, Duarte, Borge, Duarte no serán los últimos a los que veremos que se enriquecen a manos llenas robándose el dinero, los recursos y los negocios que pertenecen a todos los mexicanos. Gobernadores, legisladores, jueces y funcionarios de diversos niveles lo hacen con toda impunidad. Vigilemos a sus familiares, compadres, compañeros de trabajo y amigos y atestiguaremos como amasan inmensas e inexplicables fortunas en cuentas y propiedades en México y en el extranjero con ayuda de prestanombres, empresas de membrete y asociaciones constituidas para esconder el saqueo al país.

 

Tengo un solo deseo para este país: ver a todos esos funcionarios corruptos en la cárcel pagando ellos y quienes los ayuden por todo el daño que le causan a nuestro país. No nos merecemos este país, nos merecemos uno en el que se respete y garantice el Estado de Derecho.

 

@C_Humphrey_J 

@OpinionLSR