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México no espera

Moctezuma no fue vencido más que por él mismo. El pueblo le volteó la espalda después de que él lo abandonó a su suerte.

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Escrito en OPINIÓN el

 

Cortés conquistó la Gran Tenochtitlan. Lo que nunca hizo fue vencer a Moctezuma. El gran Tlatoani fue abatido por las sombras de sus miedos e inseguridades mucho antes que Velázquez partiese, con Cortés de socio y consejero, a la conquista de Cuba.

 

Hernández de Córdoba aún no avistaba el Caribe mexicano, cuando Moctezuma se rendía a la espiga de fuego que rasgó la noche mexica, cayó prisionero en el infierno en que hirvieron los canales de la gran ciudad y sucumbió al llanto femenino que de madrugada penaba por la suerte de sus hijos.

 

Para cuando las naves del extremeño calzaron las arenas jarochas, Moctezuma ya había capitulado ante la profecía de Quetzalcóatl.

 

Temeroso, envió a sus embajadores con regalos, tesoros e instrucciones de comprar el regreso de los hombres barbados a sus tierras. Su diplomacia únicamente avivó la voracidad de los recién llegados y despertó la sublevación de los pueblos por él sojuzgados. En su imperial pasmo, recibió los informes del avance de los primeros y la suma en su torno de los segundos.  

 

Con grandiosa fastuosidad ocultó el temblor de su esqueleto al recibir a Cortés, para después enclaustrarse en sus palacios y fatalidad.

 

El Poder que no se ejerce se apaga y el del Gran Tlatoani se extinguió en lastimosa soledad. Preso en sus aposentos fue obligado a dirigirse al pueblo que se rehusaba a claudicar. No se sabe que llovió más, si rechiflas, flechas o pedradas. Moctezuma ya no mandaba, porque ya nadie lo obedecía. Una piedra en la cabeza se apiadó de su decaída desventura. Tres días después murió.

 

Moctezuma era el máximo jefe político, militar y religioso; de nada le sirvieron sus poderes cuando el pueblo le volteó la espalda por no ejércelos.

 

Cuauhtémoc se enfrentó al conquistador, fue vencido, si bien es cierto más por la viruela que por las armas; fue hecho prisionero, quemado de pies y manos, encadenado y finalmente muerto a garrote cuando Cortés temió una rebelión camino a las Higüeras. Su cabeza fue cercenada y exhibida en disuasión de cualquier levantamiento. Los dos últimos Tlatoanis murieron, más no compartieron muerte: Uno muere en soledad y a mordidas por sus miedos; otro, en la gloria del deber cumplido.

 

De noche a veces sueño a Luis Miranda mostrando tesoros de oro, plata y jade sobre mantas adornadas con bellas plumas multicolores a los nuevos "cortéses" del magisterio y sus “organizaciones” afines de fuego y piedras; luego, en el salón Benito Juárez pactando la entrada triunfal de los conquistadores por las cuatro calzadas del lago de Texcoco.

 

Otras veces sueño a Osorio informando a Peña de las pérdidas de territorios, base social y aliados políticos. La pesadilla  empieza cuando aparece un presidente reducido a actos protocolarios calcados unos de otros, bajo la estática de un discurso monocromo que nadie escucha y que a nadie convence. Afuera de estos escenarios encorsetados, el pueblo se exaspera y reclama su mandato: Gobierno.

 

Luego despierto a una realidad más dolorosa que los horrores oníricos.

 

Moctezuma no fue vencido más que por él mismo. El pueblo le volteó la espalda después de que él lo abandonó a su suerte.

 

Desconozco los "Quetzacóatls" que pueblan las soledades de Peña Nieto. De lo que estoy cierto es que su legitimidad no trasciende de ninguna divinidad y se debe sólo al pueblo de México, quien se sorprende más del pasmo en que está extraviado, que de las fosas guerrerenses cuyo cuño antecede a su gobierno. Sé también que su gallardía y arrojo originales lo han abandonado y algo lo mantiene paralizado, indeciso y enclaustrado en una presidencia acartonada, distante y medrosa. El problema es que México no espera.

 

Sus palabras: “Este momento en la historia de México, de pena, de tragedia y de dolor, no puede dejarnos atrapados; no podemos quedarnos ahí”, podemos revirárselas en: No debe dejarse atrapado; no debe quedarse ahí.

 

México necesita a su presidente funcionando al cien por ciento.

 

@LUISFARIASM