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México le da la espalda al futuro

El México del siglo XXI apuesta por energías fósiles y extremadamente contaminantes, caminando en contrasentido de la gran mayoría de los países. | Guillermo Sesma

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Escrito en OPINIÓN el

Lo único que no se puede comprar es tiempo…

Todos los gobiernos tienen que, en la medida de sus posibilidades, apostar por la innovación, no todas las naciones pueden ir al mismo ritmo ni cuentan con las mismas herramientas para hacerlo, sin embargo, una visión positiva del futuro tiene que permear los proyectos y acciones de quienes nos gobiernan.

En México nos estamos quedando atrás, si bien es cierto que nuestro país no necesariamente ha sido parte de las vanguardias mundiales, sí nos habíamos permitido caminar en esa dirección. 

Hoy en día México no sólo ha dejado de dar pasos hacia un futuro más prometedor, sino que da la impresión de ir en retroceso. La política actual nos ha cerrado la puerta a proyectos ambiciosos, también pone en entredicho nuestra capacidad para integrarnos a un mundo que tiene una visión mucho más amplia y sobre todo sustentable.

La ya muy comentada cancelación del nuevo aeropuerto para dar paso a la “Central avionera” que es Santa Lucía es solo una de muchas acciones gubernamentales que comprometen el desarrollo nacional.

El México del siglo XXI nuevamente apuesta por energías fósiles y extremadamente contaminantes, caminando en contrasentido de la gran mayoría de los países. Obras y acciones “emblemáticas” de la actual administración dejan a nuestro país sentado en la esquina y con orejas de burro.

Aquí decidieron cerrarles el paso a las energías renovables, gastar un presupuesto gigantesco en obras obsoletas y regresaron el reloj por lo menos medio siglo. Parece que no hemos entendido que retroceder en esta materia no solo afecta el medio ambiente, afecta nuestra imagen hacia el exterior, las inversiones extranjeras, y la ya escasa confiabilidad que tenemos en materia económica. 

Para pensar en el México del mañana es indispensable pensar en el México de hoy. Se requiere de manera urgente democracia y separación de poderes; expertise de nuestros gobernantes y certeza jurídica.