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México-EUA: Junta de vecinos

Los temas que se traten en tierra estadounidense son aquellos en los que Donald Trump quiere imponer su criterio populista.

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Escrito en OPINIÓN el

El 31 de enero próximo se van a reunir los presidentes de México y Estados Unidos en la Casa Blanca, Washington. Esto según informó el vocero del gobierno de aquel país, Sean Spicer, quien dijo que el Ejecutivo estadounidense hablará con el  ‘primer ministro mexicano’ Enrique Peña Nieto sobre comercio, seguridad e inmigración.

 

Cualquiera que sea el tema, o los temas que se traten en tierra estadounidense, son aquellos en los que Donald Trump quiere imponer su criterio populista, nacionalista y patriótico.

 

… El mismo que utilizó durante su discurso de toma de posesión el 20 de enero y el mismo que ha enarbolado desde su campaña y que algunos suponían que habría de moderar una vez que asumiera el mandato. Pero no. Y de hecho lo ha endurecido, por ejemplo cuando el 23 de enero se reunió con representantes de sindicatos de trabajadores estadounidenses, a los que dijo que bajo toda circunstancia habría de proteger  mediante su política económica proteccionista.

 

Cuando Trump intentó acusar a Alemania y a su canciller Angela Merkel de errores de gobierno en su política de recepción de inmigrantes en Europa, ésta le contestó inmediato que Trump no estaba en condiciones de referirse asuntos domésticos germanos… Al mismo tiempo Trump intentó referirse a temas de política interna de Francia y el presidente Francois Hollande la reviró que su país no aceptaría consejos externos de nadie. Y así…

 

El problema que los mexicanos percibimos es que el presidente Peña Nieto no ha dado muestras de fortaleza política para hacer defensa de los principios e intereses de México frente a la andanada de Donald Trump.

 

A México el estadounidense se ha referido en reiteradas ocasiones de una manera poco comedida e irrespetuosa. Desde su campaña México ha sido el país al que más se ha referido en tono hostil. Las acusaciones de que nuestro país se ha aprovechado del suyo estuvieron, incluso, en su discurso de toma de posesión al referirse a que retomarían sus fronteras y que su gobierno no permitiría más abusos de nadie…

 

Digamos que en términos de diplomacia el gobierno mexicano se ha mostrado prudente. Acaso en algún momento el presidente Peña Nieto se refirió a que México de ninguna manera pagaría el costo del muro que quiere construir el estadounidense a lo largo de los más de 3 mil kilómetros de frontera.

 

De inmediato esta declaración fue objeto de la burla de Trump, menospreciando tanto lo dicho como a la persona y la personalidad política del mexicano.

 

Pero esta prudencia está calando en el ánimo de mexicanos que quisieran ver una respuesta firme y definitiva, vigorosa y digna frente a todo lo que amenaza y viene diciendo “el presidente del terror”, como ahora se le llama en Europa. No. No se trata de confrontar, sí de utilizar los instrumentos de la política como los de las relaciones internacionales para referirse a los temas que interesan a las dos partes: no sólo a una.

 

En  todo caso queda claro que la visita de Peña Nieto a Trump nos pone de nervios en México. No porque esta reunión fuera definitiva en lo que habrá de ser la futura relación comercial o política entre ambas naciones; sí porque se percibe debilidad en la parte mexicana que, hasta ahora, no ha mostrado que cuenta con una estrategia de respeto, defensa, seguridad y beneficio común.

 

Muy probablemente en el ‘cuarto de guerra’ del presidente mexicano se esté trabajando en los temas a tratar el 31 de enero y en adelante, para poner en el portafolios de Enrique Peña Nieto las carpetas con la perspectiva mexicana y aun la defensa de lo mexicano.  

 

Pero aun esto preocupa. Ya hemos visto que desde que se vio que Trump iba a la cabeza del proceso electoral y aun cuando se anunció su triunfo, el gobierno mexicano no ha hecho más que cambiar a la canciller mexicana, Claudia Ruiz Massieu, por Luis Videgaray, el mismo que cometió el error de traer al candidato republicano a México en pleno derroche de agravios en contra de nuestro país en una idea provinciana del trato entre personas, que no es lo mismo que el trato entre naciones.  

 

Se cambió al embajador en Estados Unidos por cuarta ocasión en lo que va de la gestión Peña Nieto y todo hace suponer que quieren establecer conexión con los gobiernos estatales en EUA con los que se tienen acuerdos comerciales y de relación política y trabajo: hasta ahí.

 

Por lo demás, el presidente mexicano ha dicho, en el discurso, que su trato con el mandatario estadounidense será el del respeto y la dignidad…

 

Y está bien. Porque respeto y dignidad es lo que se debe llevar en uno de los bolsillos, pero también contraposiciones y argumentos, estrategias comerciales y políticas, defensa de los trabajadores mexicanos allá y acá, así como una relación de negocios e inversión que garantice que la política de Trump no nos afecte tanto como ya se supone ahora.

 

Sí, es bueno invocar a la unidad nacional y al nacionalismo frente a los malos presagios. Pero no es suficiente. La fortaleza del país será, también, contar con nuevas alianzas y la apertura de modelos de relación y comerciales con países a los que no atendió durante tantos años por sentirse seguro en su asociación con EUA.

 

La relación con Centro y Sudamérica habrá de fortalecerse. Conviene el fortalecimiento de la relación con China o Japón; Europa es un territorio descuidado y atraer capitales de allá, no sólo de España, es una tarea pendiente que habrá de darnos seguridad.

 

La carta de la seguridad nacional estadounidense que un asociado como México le garantiza como amigo y como socio es una buena carta. La mano de obra, el intercambio de inversión y los muchos intereses que existen entre ambos deberán ser atributo de negociación… Y mucho más.

 

Todos en México esperamos que la presencia de Peña Nieto en Washington sea la carta firme de un presidente que defienda los intereses territoriales, patrimoniales y humanos de los mexicanos, bajo toda circunstancia y en términos de política moderna.

 

En contra de agravios los mexicanos estaremos unidos, sí, pero en torno a un proyecto certero, operativo, útil y digno y con un liderazgo impecable. Eso lo sabremos luego de esta primera reunión. Y entonces los mexicanos decidiremos lo que hay que hacer y cómo. 

 

@joelhsantiago 

@OpinionLSR