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México dividido (5a parte): los dueños de la verdad

La “alianza por México” es un llamado a la división entre mexicanos, pues es un claro estás conmigo o en mi contra. | Ismael Jiménez

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Escrito en OPINIÓN el

Siempre es sano tener diversidad de opiniones y de pensamiento, eso le da sustento a una democracia en construcción, y permite mostrar los distintos matices que modelan el día a día de una sociedad.

El problema es que, ese modelo, no siempre es perfecto. Antes que eso, corre el riesgo de encontrar grupos que se apropian o pretenden adueñarse de la “verdad” o al menos de la palabra, y con ello, ostentar su opinión, como la única voz autorizada para platear y dilucidar, los problemas que atañen al país.

Esa autocracia informativa que vivimos por muchos años, comenzó su transformación a la par de la construcción de nuestra democracia en 1988. Bajo ese escenario, surgieron nuevas voces y otras se fortalecieron dando paso a nuevos medios y canales de comunicación que ayudaron a conformar nuevas corrientes de opinión y pensamiento.

El problema es que, con el tiempo, un grupo de opinadores y comunicadores, volvieron a sentirse “dueños de la verdad”, pues acaparar micrófonos, cámaras y las secciones de opinión de los periódicos, les provocó la sensación de ser los únicos con derecho a opinar y analizar desde su óptica, la realidad del país.

Lo mismo sucede con los políticos y sus partidos que gobernaron por años y que a su entender, nadie que no pertenezca a su gremio, puede ni debe opinar. Ni mucho menos gobernar.

Esa cultura de la descalificación y denigración contra quienes no consideran sus iguales, no es otra cosa, que una manera de perpetuar la subordinación y prolongar el servilismo. Esto se nota en sus discursos y en sus palabras que, en muchas ocasiones, acusan profunda intolerancia y una enorme ignorancia.

La ultraderecha vencida en las urnas, acudió a los medios masivos de comunicación “al menos a los preponderantes”, para que se asumieran como oposición. Pero, ¿por qué algunos medios y algunas de sus “brillantes” plumas se sumarían a la cruzada contra la 4T? ¿qué interés tendrían en perder credibilidad e imparcialidad? ¿la democracia? ¿no tener un gobierno autoritario o comunista? ¿perder privilegios?

El binomio ultraderecha-medios, empujó de nueva cuenta la teoría del miedo y la difamación, utilizadas en 2006, contra un proyecto ajeno a sus intereses, y que por supuesto, abona a la disparidad de ideas, al utilizar la propaganda como estrategia de división social. Como apunte histórico para los despistados, una táctica similar a la utilizada por el partido nacional socialista (Nazi), que no, por llevar ese nombre, proclamaba el socialismo. 

Antes que eso, promovían el odio y la denostación hacia esa corriente de pensamiento político, así como al comunismo, los gitanos, homosexuales y todas las manifestaciones étnicas y de pensamiento político, distintos al Nacional Socialismo de ultraderecha que promovían los Nazis. Discurso que se basaba, en infundir miedo y amenazas de lo que representaban los grupos de minorías sociales, a quienes además consideraban, “parásitos”.

Lamentablemente, algunos de quienes ostentan la oportunidad de dirigirse a las audiencias radiofónicas, televisivas, escritas y digitales, lo hacen con poca capacidad de análisis, con el desconocimiento de la historia y sin la menor idea de lo que significan conceptos como autoritarismo, dictadura, nacismo, fascismo, autocracia, plutocracia, totalitarismo, comunismo y otros términos que confunden, pero que difunden con el afán de dividir y enredar a los mexicanos como a sí mismos.

Existe un grupo de esos “librepensadores”, que sí entienden y conocen el significado de los conceptos que, con toda intención, arengan contra quienes en su momento denominaron de manera despectiva como “pejezombies”, “chairos” y “pejechairos” a quienes tipificaron como una amenaza a través del miedo y el odio, contribuyendo con ello, a la división y polarización entre mexicanos.

Ejercer la libertad de expresión conlleva una responsabilidad que, para muchos de los comunicadores que atacan a la 4T, se ha convertido en una campaña encaminada a “destituir” como sea posible, al gobierno actual. No importa cuánto se divida a los mexicanos, lo importante es no dejar avanzar lo que la ultraderecha considera un “peligro”.

El problema es que aún no reconocen, o no han analizado, por qué perdieron en las urnas tan contundentemente. La voz de millones de mexicanos se impuso y disolvió a los partidos de oposición, de tal suerte que, para las elecciones de junio, PRI-PAN-PRD se unieron en uno solo, algo que alcanza matices demenciales, pues según sus doctrinas, están unidas la ultraderecha, la izquierda y los de “centro”. Quizás por ello, algunos comunicadores confunden las doctrinas, pero promueven el “autoritarismo autocrático”.

La “alianza por México” es un llamado a la división entre mexicanos, pues es un claro estás conmigo o en mi contra. Eres pejechairo o “fifí”, como también se les llama despectivamente a quienes no simpatizan con la 4T. 

Libertad de opinión, libertad de pensamiento y libertad de elección, son los fundamentos de la democracia, pero son pervertidos cuando un grupo en el poder, o fuera de él, pretenden manipular los conceptos y principios de libertad bajo las simplistas consignas del miedo, el terror, la mentira, la difamación y el rechazo por lo que consideran inferior. 

Esto y los argumentos sencillos presentados en las entregas anteriores, es lo que divide a los mexicanos.