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Metrobús Tasqueña Perisur

La ciudad debe plantearse soluciones completas de movilidad y no soluciones fraccionadas. | Roberto Remes

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Escrito en OPINIÓN el

El Metrobús es un traje a la medida, y en ese sentido es un instrumento del transporte público que deberíamos seguir expandiendo hacia todos los rincones de la ciudad, para agilizar movimientos de corta y mediana distancias. En este contexto, en el marco de las recientes campañas, Giovanni Gutiérrez, alcalde electo de Coyoacán, propuso un Metrobús entre Tasqueña y Perisur.

Participé en el desarrollo de esa propuesta. La comunicación política muchas veces se basa en mensajes cortos y repetitivos, en los que es difícil detallar los contenidos, pero se tienen. Lo primero es hablar de las atribuciones de un alcalde en algo que tendría que ser instrumentado por el Gobierno de la Ciudad de México con la colaboración de la Alcaldía y no al revés. 

La Ley Orgánica de las Alcaldías da facultades en materia de movilidad, incluida la de proponer al gobierno central; y al concejo da atribuciones para opinar sobre la concesión de servicios públicos. Es decir, más allá de la propuesta del metrobús de Tasqueña a Perisur hay un planteamiento más profundo: que las alcaldías atiendan las necesidades de su demarcación en materia de movilidad y sean proactivas para lograr su transformación cuando los temas estén a cargo del gobierno central, con información mucho más detallada.

El Metrobús ha generado distintos sentimientos entre la comunidad. A los vecinos les gusta, a los transportistas les genera dudas, también a comerciantes del corredor. En realidad nada está dicho, hay que estudiar múltiples factores. Por ejemplo, nos llegaron a comentar que las pendientes eran muy pronunciadas; por lo que llegamos revisar, la máxima pendiente es de 3.2%, presente ya en algunos otros tramos de la red de Metrobús. Nos dijeron que no habría suficiente demanda. Al respecto hay varios escenarios, uno de ellos es operar con autobuses de 11 a 14 metros, y no con articulados de 18 a 20 metros.

La ruta propuesta sale del Metro Tasqueña, en una primera etapa toma unos metros de División del Norte para continuar por Monserrat, luego Avenida Aztecas y rematar frente a Perisur sobre Avenida de la Imán. En la instrumentación se deben revisar a detalle los retornos, la ubicación de estaciones y los giros.

Si el proyecto es instrumentado con una perspectiva de mayor alcance, hay varias etapas adicionales, como la posibilidad de operar en otras dos avenidas de la zona, Delfín Madrigal y Pedro Henríquez Ureña, e integrar todos los servicios de baja escala que hay en calles secundarias de los Pedregales. En una visión de mayor alcance, el metrobús podría tener un túnel para entrar de forma directa a Tasqueña, evitando el tráfico de su entorno; e incluso dos túneles, para que su terminal sea el CCH Sur.

El proyecto puede ser tan básico o tan ambicioso, como queramos. Podemos partir de una estructuración muy simple que sólo atienda el carril del autobús y estaciones ligeras, o podemos apostar por cubrir el 100% de los viajes en transporte público que ocurren entre Insurgentes y Tlalpan, al sur del Eje 10 Sur.

Lo que podemos anticipar es que si comparamos el costo efectividad de la versión más ambiciosa de esta propuesta con otros proyectos que está instrumentando la ciudad (teleféricos o trolebús elevado), con montos muy similares el metrobús podría alcanzar un número mayor de usuarios y con la diferencia de que se cubran todos los viajes de la zona.

Vuelvo al tema del traje a la medida. La tecnología BRT, o Metrobús para el caso de la Ciudad de México, puede ser presentada como una estrategia regional en la que alimentadores y troncal (el carril confinado con estaciones) se articulen como si fueran un sólo servicio. Incluso, este Metrobús Perisur-Tasqueña podría crecer utilizando el derecho de vía del Eje 1 Oriente y llegar hasta el centro de la ciudad, o tener algún giro hacia el poniente, para atender mejor la vinculación entre los hogares y los destinos laborales.

Muchas zonas completas de la ciudad pueden ser atendidas con la misma estrategia: San Juan de Aragón, Tláhuac o la parte baja de Iztapalapa, sólo es cuestión de que desde las Alcaldías surja la propuesta a partir de las necesidades de la población. La ciudad debe plantearse soluciones completas y no soluciones fraccionadas: Impactar con un buen transporte público que llegue a menos de 300 metros de cualquier hogar.