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Mercenario iluminado busca chamba

Cuando los que se erigieron como los peores enemigos comienzan a remar para subirse a la nave, quizá significa que la nave va | Teresa Priego

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Escrito en OPINIÓN el

En el año 2006, Antonio Solá orquestó una excesiva y eficaz campaña en contra de Andrés Manuel López Obrador con el video: “Un peligro para México”.

México se derrumbaba ante nuestros ojos. Los rumores más obtusos circulaban: autoritario, despótico, desaparecería a las instituciones y expropiaría nuestros bienes. El horror tocaba a nuestra puerta.

Pese al exceso, la campaña circuló y causó un fuerte impacto. Se trataba de revertir el error del desafuero y el apoyo masivo que el candidato recibía. Lo lograron. La frase: “X es un peligro para…”, ha sido un clásico inscrito en la historia de la humanidad: “Los judíos son un peligro para…”; “Los extranjeros son un peligro para…”. Es una frase brutal, puesto que nos remite a realidades persecutorias. A un: “unámonos”, convirtiendo al otro, no en un adversario, sino en el peor enemigo a derrotar.


Después de aquella inolvidable convocatoria al odio hacia un candidato y sus simpatizantes, después de todo ese llamado a la polarización hace apenas once años, una no puede sino caerse de la silla al leer las últimas declaraciones de Antonio Solá. El vuelco inscrito en sus palabras. En resumen: Andrés Manuel, ya es casi otro.

¿Cómo? Ahora el señor Solá se permite hablar como vidente o lector del Tarot:

Andrés Manuel, tengo la certeza muy profunda, muy íntima, de que será Presidente de la República


¿Cómo le llegó la certeza?


El señor Solá no menciona las encuestas. No. Ningún tipo de mecanismo de medición. Pareciera que sus “certezas” le llegaron tendido en un diván o a mitad de una meditación.

Ahora, sospechosamente recién iluminado, da un giro que por un lado produce rechazo: ¿no lo contrató Anaya? ¿Mercenario busca chamba? Y por el otro nos revela las altísimas posibilidades de triunfo en las urnas que Andrés Manuel trae consigo.

Cuando los que se erigieron como los peores enemigos comienzan a remar para subirse a la nave, quizá significa que la nave va. En ese sentido, habría que leer el homenaje que Solá le hace al candidato de Morena. ¿Solá traiciona a sus antiguos patrones? Oh, no anden de quisquillosos y mal pensados, cambió de opinión, eso es todo.  Descubrió que Andrés Manuel no es la encarnación de Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Le preguntan si la frase “Andrés Manuel es un peligro para México” sigue vigente, y él sin despeinarse responde:

López Obrador ha evolucionado mucho estos últimos 12 años y para nada vemos que sea un peligro. Yo que estuve en la campaña en 2006 y que con ese equipo de Calderón trabajamos esa dinámica del peligro para México, hoy vemos que, efectivamente, no lo es

Es tan curioso cómo pasa de los plurales a los singulares: “… para nada vemos que sea un peligro”. ¿Él y quiénes más se incluyen en ese “vemos”? ¿Él y su conciencia? ¿Él y su equipo? ¿Él y millones de mexicanos?

“Yo que estuve en la campaña en 2006 y que con ese equipo de Calderón trabajamos…”. ¿El equipo de Calderón no era su equipo?

¡Qué barbaridad! ¿Cómo alguien podría “evolucionar” tanto? Inexplicable.

Hay una distancia (qué conveniente), en referirse así a sus ex compañeros de camino. “… hoy vemos que, efectivamente, no lo es”. ¿Quiénes lo ven? ¿Qué significa ese “efectivamente” atravesado allí de manera tan extravagante? Porque ese “efectivamente” solo podría responder a una afirmación previa. ¿Y cuál sería esa afirmación previa sino: “no es un peligro para México”. ¿En qué momento el señor Solá se planteó esa frase por primera vez?

Es él quien en realidad está más cerca de empatar los valores con los ciudadanos mexicanos, y creo que es ahí –en ese empalme–, como decía en mi conferencia, entre los valores que representa Andrés Manuel en los últimos 12 años…

En algún momento esos valores cambiaron bruscamente puesto que se han convertido en tan justos y deseables.

Y acá de nuevo en ese llamativo plural:

Si tenemos condiciones normales con un INE, árbitro electoral en toda regla, Andrés Manuel, tengo la certeza muy profunda, muy íntima, de que será Presidente de la República

O sea, “si tenemos” unas “elecciones limpias”, Andrés Manuel va a ganar. Pero además, nos dice que no puede suceder lo mismo que en Venezuela: “… la institucionalidad mexicana abraza con mucha fuerza, con mucha energía cualquier mínima posibilidad de salir a mear fuera del tiesto, eso significa que se violenten y no se respete la institucionalidad mexicana cuando uno quiera convertirse en tirano político”. Qué asociación evidente lo habrá llevado a citar ese elegante dicho de “fuera del tiesto”. Asociación libre, que le llaman.

Y sí, de tremenda pena ajena las declaraciones del señor Solá. En algún lugar, alguien tuvo una crisis identitaria que lo transformó en otro. ¿Andrés Manuel? ¿O más bien el señor Solá?


Poderoso caballero es don dinero.

Poderoso caballero es don poder


Antonio Solá asesoró la campaña de Josefina Vázquez Mota y no fue muy eficaz. Corrió a Tabasco a tomarse dos fotos con un candidato panista a gobernador que estaba más que hundido en una campaña cuajada de insultos y de violencia y a quien la foto con “su amigo Solá”, terminó de hundir. Cuando un violento, convoca a un violento verbal, hay que ponerse a temblar.

De golpe, frente al espejo, Antonio Solá tuvo una iluminación: “… hay que dar el bandazo de inmediato, rotundo y sonoro. ¡Cómo ha cambiado Andrés Manuel! ¡Cómo se han fortalecido las instituciones mexicanas! Andrés Manuel sí que representa a los mexicanos”. Y nada de Meade (en castellano), “fuera del tiesto”.

Parece que un mercenario busca chamba. No es indispensable sumar el adjetivo “traidorzuelo”, ¿verdad? Sería redundante.

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