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Mente de tiburón, salario y oportunidades de charal

Letras y alegorías

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Escrito en OPINIÓN el

Mente de “tiburón” la tienen todos, pero las oportunidades reales son para unos cuantos. ¿Qué sería de Carlos Slim si no fuera hijo de un empresario libanés que le dio las bases para que a los 12 años hiciera sus primeras inversiones en la Bolsa Mexicana de Valores? ¿Qué futuro habría tenido sin capital para fundar Grupo Carso? No tengo la menor duda de su inteligencia y su potencial, pero ¿la historia sería la misma si hubiera nacido en una familia donde el salario mínimo no llega ni a los 200 pesos diarios?

¿Sería igual de millonario si sus padres le hubieran dado 5 pesos de domingo (o ninguno) porque los ingresos apenas y alcanzaban para surtir la despensa y pagar las deudas?

El discurso social de la mente de tiburón, mente de ganador o mente de triunfador está enquistado en las élites que -desde el privilegio- asumen que con “mucho esfuerzo y desde cero” cualquiera puede ser “triunfador”.

Pero ¿en realidad solo depende del esfuerzo?

El Informe Regional de Desarrollo HumanoAtrapados: Alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe” del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo señala que los latinoamericanos no son conscientes de que tan pobres son en realidad los pobres y que la desigualdad en el logro educativo de los padres aumenta las brechas de aprendizaje entre ricos y pobres.

Así que, en el segundo país de América Latina donde la mayor concentración de dinero se presenta en una pequeña cantidad de personas, tener ganas no es suficiente.

¿Cuántas veces tocaron a tu puerta ofreciéndote un nuevo servicio o producto, cuántos de tus amigos venden mercancía a través de redes sociales o realizaron un emprendimiento? ¿Crees que no tienen mente de tiburón?

La diferencia entre ellos y quienes tienen un capital de inversión no es que les falte potencial o que duerman más (porque hay quien piensa que el pobre es pobre porque quiere, porque no se levanta más temprano), es que probablemente ellos se endeudaron, vendieron pertenencias o se quedaron sin comer para poder iniciar su negocio.

Si una persona con un capital estable adquiere una deuda para invertir y el negocio funciona, pagará la deuda y crecerá su capital con las ganancias sin que su nivel de vida se vea mermado.

Sin embargo, si uno de los 11 millones 435 mil 809 mexicanos que ganan más de uno y hasta dos salarios mínimos (menos de 450 pesos diarios), o de los 23 mil 619 que ganan entre 141.70 y 213.39 pesos diarios realizara una inversión relativa a su capacidad económica, tendría que realizar cambios en su nivel de vida para cubrir la deuda de su inversión y esperar a que el negocio funcione para no quedar endeudado.

Por supuesto, eso no significa que no pueda lograr consolidar su inversión. Significa que le costará más trabajo que a quien tiene un capital base que no trastoca su nivel de vida.

Podemos concluir entonces que: mente de tiburón la tienen todos, solo que los menos tienen las posibilidades adquisitivas del gran pez, pues el grueso de la población tiene grandes aspiraciones con oportunidades de <<charal>>.

 

Twitter: @OliviaHdez_