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Medir a los municipios

“Cuando administréis el dinero de vuestro pueblo, hacedlo como si fuera el vuestro, y así evitaremos tantos dislates y excesos": Junci, Filósofo chino.

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Escrito en OPINIÓN el

Este año, con el propósito de actualizar las estadísticas sociodemográficas entre los censos de 2010 y 2020, el  INEGI realizará en marzo de este año una Encuesta Intercensal en la que se medirán los logros de los estados y municipios en materia de pobreza.

 

Éste es el tercer conteo poblacional que se realiza en México; el primero se llevó a cabo en 1995 para tener información actualizada entre cada censo, ya que estos se realizan cada 10 años desde 1900, desde antes de la revolución.

 

El objetivo de este conteo será generar información estadística sobre la calidad de los espacios y servicios básicos de la vivienda, el acceso a la salud, a la seguridad social y a la alimentación; servirá también para conocer cuál es el nivel de estudios y el ingreso per cápita de los mexicanos. En general, permitirá saber cómo va la cuestión social en el país.

 

El conteo de este 2015 es especial, ya que se realiza cuando termina el periodo meta para dar cumplimiento a los Objetivos del Milenio, de acuerdo con los planteamientos de la ONU, y además para conocer los resultados de lo que se ha hecho en esta primera etapa de la actual administración federal.

 

La importancia de este conteo es mayor si tomamos en cuenta que, de acuerdo con la Ley General de Desarrollo Social, el Consejo Nacional de Evaluación (CONEVAL), con base en los resultados del INEGI, cada dos años mide la pobreza a nivel estatal y cada cinco lo hace a nivel municipal.

 

El INEGI, en los documentos explicativos del ejercicio censal, señala que permitirá “conocer el avance en las metas establecidas y tener la posibilidad de evaluar las políticas públicas a mitad del camino, coadyuva a diseñar los cambios necesarios que permitan dar continuidad al desarrollo del país”.

 

A diferencia de sexenios anteriores, en materia de Política Social, la instrucción es no gastar un solo peso sin contar con el acuerdo, la coordinación y la mezcla de recursos de la federación  con los estados y los municipios, fortaleciendo la concurrencia de recursos con los 70 programas de las diferentes dependencias federales involucradas en la Cruzada Nacional Contra el Hambre.

 

El artículo 9 de la Ley General de Desarrollo Social establece que “los municipios, los gobiernos de las entidades federativas y el Poder Ejecutivo Federal, en sus respectivos ámbitos, formularán y aplicarán políticas compensatorias y asistenciales, así como oportunidades de desarrollo productivo e ingreso en beneficio de las personas, familias y grupos sociales en situación de vulnerabilidad, destinando los recursos presupuestales necesarios y estableciendo metas cuantificables”.

 

Además,la Reforma a la Ley de Coordinación Fiscal del 2014 facultó a la Secretaría de Desarrollo Social a retomar el seguimiento y la evaluación del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS), lo que permitió multiplicar y focalizar los recursos para el combate a la pobreza, convocando a las autoridades municipales a apretar el paso y terminar  con el letargo que tradicionalmente registraban al implementar acciones para combatir la pobreza en sus territorios.

 

Tan sólo el año pasado, la mezcla de recursos permitió que se alcanzara una histórica bolsa de más de 90 mil millones de  pesos (en el 2013 la suma fue de 35 mil millones) misma que se constituyó en el instrumento principal para enfrentar desde los municipios tres carencias básicas: alimentación, servicios y calidad en la vivienda.

 

Es de esperarse que si los municipios usaron de manera correcta los recursos del FAIS, lograron multiplicar sus aportaciones, y focalizaron las acciones de la Cruzada hacia quienes realmente lo necesitaban, seguramente los resultados que arrojará la Encuesta Intercensal 2015 serán alentadores.

 

De entrada, ya son 4.2 millones de mexicanos los que comen mejor en este año, y al paso que vamos, a finales de este 2015, en apenas tres años, (la meta era para seis años) estaremos  cercanos a lograr que los 7 millones de mexicanos que el CONEVAL detectó como pobres extremos alimentarios tengan una mejor alimentación y, sin duda, una mejor condición en cuanto a sus carencias.

 

Y si usted, lectora, lector querido, no tienen inconveniente, muchas gracias por sus amables comentarios y aportaciones, nos leemos el próximo jueves.

 

Facebook: Pedro de Leon Mojarro

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