El 2018 será la prueba de fuego para el actual sistema político. Los reflectores estarán sobre los dos principales rivales de la contienda: José Antonio Meade, ex secretario de Hacienda, quien ha confirmado que buscará la Presidencia de la República por la vía del PRI y Andrés Manuel López Obrador, del social izquierdista Movimiento Regeneración Nacional.
Los mexicanos votarán por el “mal menor” y le pasarán la factura a una clase política caduca, que insiste en viejas prácticas caciquiles en el marco de una creciente inconformidad ciudadana.
Esperamos que los comicios del 2018 no estén plagados de vicios, corruptelas, manipulación grosera, mapachismo y fraude porque entonces sí el desembalse será terrible en el marco de un clima de hartazgo social.
Que la democracia no se vaya...
Por la alcantarilla. Otra vez.
Más que un clima de quejas políticas, los ciudadanos queremos escuchar de los candidatos propuestas frente al ruido de las calles, las cacerolas vacías y la protesta social que se ha convertido en una permanente crítica para el saliente gobierno que no logró el cambio que los mexicanos esperábamos.
Un juego limpio se requiere para esta ocasión y que Meade no se preste a las otroras prácticas priístas de compra de votos, acarreos, carrusel, represión y coacción para frenar a Andrés Manuel López Obrador, que le lleva años de distancia en una campaña electoral permanente que nadie le sanciona.
Andrés Manuel también debe madurar y dejar de ser un “quejitas” que ve en todos los que no apuestan por él a un grupo de mafiosos y delincuentes, beneficiados por el gobierno de turno. Nada más falso si se toma en cuenta que hay un voto duro del PRI y hay ciudadanos que no apuestan por las radicales medidas que AMLO propone para cambiar el país.
Es cierto, nunca cuajó la meta trazada por el presidente Enrique Peña Nieto de lograr un México en paz, con mayor inclusión social, educación de calidad, prosperidad, reforma energética y responsabilidad global y eso lo ha sabido capitalizar el tabasqueño.
En México no se ha democratizado la productividad, lo que impide que haya oportunidades de desarrollo para todas las regiones, sectores económicos y grupos de la población. Tampoco ha logrado el actual gobierno ejercer un gobierno cercano y moderno, para responder con sensibilidad, oportunidad y eficacia a las demandas y necesidades de los mexicanos.
Hay un hartazgo en México donde no se logra recuperar la paz y la seguridad para los mexicanos. La tarea es difícil por la infiltración del narcotráfico en las corporaciones policiales y mandos militares.
Solo caminaba AMLO
La llegada de Meade al escenario político en el que solo caminaba Andrés Manuel le dará un oxígeno a las elecciones del 2018. En la víspera, el ex Secretario de Hacienda se despidió y solicitó ser precandidato a la presidencia de la República, al tiempo que deseó que este sea un país donde las familias tengan siempre comida en la mesa, seguridad en las calles, techo, salud y educación de calidad.
En las antípodas, una correspondencia pública del poeta, escritor y periodista chiapaneco Víctor Manuel Cruz Roque, remitida a AMLO, refleja parte del sentir ciudadano y en ella expresa a Andrés Manuel.
La tercera es la vencida
Dice el pópulo, y es cierto a fuerza de legitimar la perseverancia, máxime si es por la búsqueda del bien común, que es el fin primario de la política.
“En Chiapas no te equivoques nuevamente, como se asegura lo hiciste con Pablo Salazar, el rey de la egolatría y el disfraz (2000-2006); y con Juan Sabines, el bastardo (2006.2012).
Esa bien nombrada “mafia del poder”, tan recurrente en ti para denominar a la horda zoo política que nos gobierna, te acusa de ser émulo de Chávez, Maduro y Castro, además de lo que se les ocurra en su fiebre descalificativa, incluido eso de que eres un peligro para México. ¿Peligro para México? No tanto como lo son ellos, porque se te percibe como el menos malo, el menos dañino, el menos corrupto.
Como todos los humanos, tienes errores y desvíos a pesar de tus proclamas. Ya vez que cobijaste a los bejaranos y los ponces, que hoy están, a la vuelta de sus ambiciones, sobre todo en el Chiapas harto, que también intuye ganarás nuevamente la presidencia de la República en este venidero 2018.
Dices que eres peje y no lagarto, en alusión a ese pez tropical que abunda en tu natal Tabasco, y en comparativo con ese calificativo que se les da a los abusivos, a los desmedidos y arbitrarios. Demuéstralo AMLO, no inclines la balanza con tu dedo elector para beneficiar al compadre, al socio o al amigo, como se visualiza lo pretendes hacer con ese reptiliano personaje que trafica con la justicia, soez y altanero; y que te representa en estas latitudes de contrastes y contradicciones.
Aquí, donde llegó tarde la conquista, la independencia y la revolución, hay un pueblo que cree firmemente que merece un futuro más promisorio para todos. Aquí en el punto cardinal de las simulaciones, donde guajolotes en blanco y negro se visten de presuntuosos pavorreales democráticos. Aquí, donde la injusticia generó una vigorosa explosión de conciencias, creemos que tenemos derecho a un mejor porvenir. Aquí donde se cultiva la fe, no llegues tarde.
Que esa “honestidad valiente” que pregonas, se corporice, como lo hicieron un día lejano en el tiempo, pero cercano en el recuerdo imperecedero, Matías de Córdova, Bartolomé de Las Casas y Belisario Domínguez.
No, no te equivoques otra vez en esta tierra tan pródiga y tan-paradójica, explotada a más no poder. No lo hagas, porque si nos fallas, los chiapanecos te mandaremos directo a la chingada. No al espacio geográfico de tu ranchito en Palenque, sino a ese lugar donde moran los despreciados por los pueblos.
Es cuanto Andrés Manuel”.
Y mientras todos se preparan para las elecciones
El 2018 estará marcado por una severa crisis en el campo laboral y en materia económica. Las empresas que están ahorcadas por problemas financieros ya han comenzado a despedir a sus empleados y las mejores economistas del país, las amas de casa, ya no logran cubrir la canasta básica.
El gobierno necesita hacer urgentemente una reingeniería, incentivar las inversiones, mejorar los salarios y sobre todo dar certidumbre de que el país tiene horizonte y es aún viable.
Urge, además, achicar el aparato estatal y deshacerse de empresas lastre como la inexpugnable Petróleos Mexicanos que no sirve para nada en un país que se dice productor de carburantes y tiene los precios más elevados del mundo.
Este país se está yendo por la denominada ruta del precipicio. No hay poder político, al menos es lo que se percibe, que logre darle un golpe de timón a México. En pocas palabras nos estamos yendo al carajo. El dinero no está fluyendo adecuadamente, no logra permear y las clases más desprotegidas subsisten comiendo frijoles y tortillas y otros mendigando apoyos gubernamentales.
Si fuéramos un país justo, de leyes, se aplicaría en México la denominada "muerte civil" (pérdida de derechos civiles) para los funcionarios que incurran en corrupción como ocurre en otros países como Perú, ejemplo que debiera ser imitado.
Con la muerte civil se frenaría la extracción escandalosa de dineros estatales. La corrupción cuesta cada año a México un promedio de 350 mil millones de pesos y representa algo así como el 15 por ciento de la inversión pública una cantidad escandalosa. Si en lugar que esos recursos fueran a parar a las bolsas de malos funcionarios se destinaran a construir escuelas u hospitales, otro sería el destino de los mexicanos.
Los mexicanos votarán por el “mal menor”: Meade vs. AMLO. Estamos alertados, se avecinan tiempos difíciles.