Una de las consecuencias provocadas por las crisis de partidos y de liderazgos es el apartidismo. Si bien el mal humor social no es un fenómeno exclusivo de nuestro país, los resultados de las encuestas confirman una situación que afecta a toda la clase política. La pandemia solo explica parte de esta problemática.
De acuerdo con el estudio más reciente de Buendía y Márquez para El Universal, 45% de los encuestados se considera apartidista. En contraste, solo uno de cada cuatro se identifica con Morena. Y peor aún: uno de cada 10 con el PAN o el PRI. Como se puede apreciar, la brecha es muy amplia y debería ser motivo de preocupación y ocupación.
Es cierto que existen diferencias técnicas y resultados diferentes entre las empresas encuestadoras al medir el indicador de la identificación partidista. Pero también lo es que casi todas muestran incrementos significativos. Las emociones y sentimientos que despiertan las crisis que estamos viviendo en los últimos años reflejan cambios profundos en las actitudes, creencias y prácticas políticas de la ciudadanía.
Entérate: Encuesta Enkoll. AMLO cae 8 puntos; ciudadanos creen más a medios. Especiales La Silla Rota, 27 febrero 2022.
Haciendo a un lado la pandemia por covid-19, buena parte del hartazgo que tiene la gente de los partidos políticos se explica por la creciente violencia e inseguridad, la corrupción y sobre todo por la situación económica, la pobreza, los bajos salarios y el desempleo. Los números que muestra la encuesta Enkoll del pasado 27 de febrero son más que elocuentes.
El malestar social sigue creciendo. Por eso cae la aprobación del presidente Andrés Manuel López Obrador. Y esto explica también los altos niveles de desencanto, apatía y desinterés en la política. En el mismo sentido, se entiende mejor el enojo, frustración o decepción que hoy están sintiendo millones de mexicanas y mexicanos.
Sin embargo, y a pesar de los embates, la esperanza en un futuro mejor se mantienen arriba. El hecho explica varias situaciones relevantes: Primera, que el gobierno pueda mantener la gobernabilidad. Segunda, que al tener una oposición debilitada, Morena siga encabezando con 62% de los encuestados las opiniones positivas, más de 20 puntos arriba que los otros partidos. Y tercera, que la alianza de partidos que apoya al presidente siga encabezando las intenciones de voto.
Consulta: Fondo Monetario Internacional (FMI). Pandemias, malestar social, desigualdad y crecimiento económico, Banco Santander, 16 octubre 2020.
En otras palabras. Por las características que tiene nuestro sistema electoral, el apartidismo manifestado por casi la mitad de la ciudadanía no tiene los impactos que se esperarían en el potencial de voto. Además, la tendencia a la baja en los niveles de aprobación y popularidad presidencial aún no afectan la supremacía de Morena para las elecciones que tendrá el país, al menos en el corto plazo.
Los hallazgos de las encuestadoras parecen contradecir el hecho de que la identificación partidista explica en buena medida el comportamiento electoral de las y los votantes. También que dicha identificación siga siendo el factor principal que explica las opiniones y actitudes de la ciudadanía. Por lo tanto, si el paradigma cambió, resulta obligado revisar las acciones y narrativas de las estrategias de comunicación en el marco de las campañas.
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Hay otros datos que corroboran la hipótesis y que deben ser analizados con mayor profundidad. Según la encuesta citada de Buendía y Márquez, los niveles de reconocimiento de las y los presidenciables son muy bajos. En el reconocimiento de nombre, Margarita Zavala y Marcelo Ebrard son los más recordados, con 64 y 63% de los encuestados respectivamente. En este rubro, Claudia Sheinbaum está apenas en el 48%.
Ahora bien, si se toman los números del reconocimiento visual, los números no son halagadores para ningún aspirante. Claudia Sheinbaum obtiene el 29%. Marcelo Ebrard, 24%. Y Margarita Zavala, 17%. Si se considera el tiempo que falta para la elección de 2024 y la relevancia que tiene en campaña conocer y generar empatía con las y los candidatos, es evidente que aquí hay otro problema a resolver.
Lee: Christopher Nehring. Los países más ricos no son necesariamente los más felices. Deutsche Welle (DW), 28 Diciembre 2021.
Y cuando la pregunta es por qué personaje nunca votaría para presidente la República, todas y todos quienes se incluyeron en la lista obtienen respuestas negativas de más del 50%. Tal vez por la misma razón, no extraña que los medios de comunicación tengan una credibilidad del 44%, 14 puntos arriba del presidente, según la encuesta de Enkoll.
El hallazgo de este fenómeno nos lleva a pensar que ha crecido el número de ciudadanos apáticos y apolíticos, lo que complica mucho más la forma en que autoridades, partidos, candidatas y candidatos deben comunicarse con sus audiencias objetivo. Pero eso no es todo. También queda claro que se tienen que hacer mayores esfuerzos para poner freno a la crisis de partidos y de liderazgos que se enfrenta desde hace más de dos décadas.
También puedes ver: José Woldenberg. Las claves de la crisis política en México. CasAmérica, 26 enero 2017.
Por supuesto que podría decirse que falta mucho tiempo para la elección y que el presidente López Obrador acapara a diario los reflectores mediáticos. Sin embargo, hay algo que no se puede ni se debe ignorar. De mantenerse esta tendencia durante los próximos dos años, el mayor beneficiario durante el proceso preelectoral será la candidata o el candidato que designe el primer mandatario.
Aunque resulte obvio, es necesario tener presente que no todos los apartidistas son independientes o podrían votar por candidatas o candidatos independientes. De la misma manera, no se puede negar que conforme se acerca la fecha de una elección la ciudadanía se va alineando con mayor nitidez en favor o en contra de las y los personajes. Más cuando se trata de una elección presidencial.
Lee más: PAN, PRI y PRD acuerdan candidatura única para las elecciones de 2024. Expansión Política, 11 Febrero 2022
Lo más probable es que las Elecciones 2024 modificarán sustancialmente las tendencias de hoy y que se registrará un alto nivel de participación. Sin embargo, lo que no resulta conveniente es ignorar el humor social que hoy prevalece en el país. Si los partidos de oposición quieren regresar al poder, tienen una gran tarea para insertarse de otra manera y modificar la agenda de conflicto y polarización que hoy domina el escenario político nacional.
Es preciso insistir. En caso de que todo siga por la misma ruta, la candidata o candidato que elija el presidente ganará la elección sin mayores contratiempos. Por supuesto que enfrentará una contienda difícil, más si no se pone pronto un freno al escenario multicrisis que hoy tenemos. Resulta paradójico, pero el aumento en el número de apartidistas es una variable que ya está operando en su favor.
Recomendación editorial: Juan Ramón de la Fuente. La sociedad dolida. El malestar ciudadano. México: Editorial Grijalbo, 2018.