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Matar al mensajero

Desde la antigüedad "matar al mensajero" ha sido la salida más fácil para quien pierde una batalla. | José Luis Castillejos

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Escrito en OPINIÓN el

Desde la antigüedad "matar al mensajero" ha sido la salida más fácil para quien pierde una batalla.

Sacrificar a quien trae las "malas nuevas" es en sí un acto de terror y hacerlo desde el Estado es peligroso. 

Lo sabe Andrés Manuel López Obrador, actual presidente de México y su partido Morena. No le importa las formas. Sacrificar al INE es ahora su objetivo inmediato.

Sometido a intensas presiones, descalificaciones y amedrentamiento oficial, el Instituto Nacional Electoral (INE) tendrá que resistir el embate y garantizar la legalidad en las elecciones.

El trabajo central de este organismo es arbitrar con transparencia para consolidar la endeble democracia mexicana.

Sigmund Freud consideraba el hecho de matar al mensajero como un caso marginal de este tipo de defensa para enfrentar lo insoportable.

AMLO quiere hoy sacrificar a una institución y a sus directivos para salvar sus escollos políticos. Siente que la independencia del INE es para el líder de Macuspana una afrenta.

En el famoso lamento de los moros españoles "Ay de mi Alhama" se relata cómo el rey Boabdil recibe la noticia de la caída de Alhama. 

Pero el rey siente que su pérdida significa el fin de su mandato. No está dispuesto a permitirlo y por ello tiró las cartas al fuego y mató al mensajero.

Freud precisa que otro factor determinante fue la necesidad de combatir su sentimiento de inutilidad. Al quemar las cartas y matar al mensajero, Boabdil todavía estaba intentando demostrar su poder absoluto.

López Obrador, que no quiere sentirse inútil al prohibirle el INE hablar de temas electorales en las mañaneras, quiere como Boabdil quemar o matar al mensajero. 

El INE considera necesario que el presidente no intervenga con sus declaraciones en el proceso electoral y no afecte la equidad en la contienda. Por tanto AMLO debe abstenerse de hablar sobre el proceso electoral en curso durante sus conferencias.

El Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) señaló que en acatamiento a una sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) elaboró un acuerdo para fijar parámetros en los mensajes del mandatario y, con ello, evitar una posible afectación a la equidad en la contienda. 

Pero después el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) "tumbó" las restricciones que el Instituto Nacional Electoral (INE) impuso, el pasado 15 de enero, a Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, para que dejara de emitir su opinión acerca de las elecciones que se llevarán a cabo en junio.

Pero ya la estocada a AMLO había sido dada y este, soberbio como es, no perdona nada.

El consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello advirtió que la polarización no es propia de México, es mundial, pero, alertó: algunas democracias han cedido a expresiones autoritarias del ejercicio del poder, el surgimiento de regímenes totalitarios, en contextos democráticos.

Las cartas hoy están echadas: o AMLO insiste en su idea de desmantelar el INE o este organismo se atornilla bien y manda al presidente a su rancho de Palenque que, curiosamente, se llama "La Chingada".