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Más dudas que certidumbres

En un Estado político, como el mexicano, ejercicios como la crítica y el señalamiento son las únicas herramientas de denuncia

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Escrito en OPINIÓN el

Muchas ocasiones la clase política subestima o menosprecia la capacidad de inteligencia de la ciudadanía quien perfectamente comprende todo lo que sucede alrededor de la vida pública de nuestro país.

Sabe perfectamente que el sistema de justicia en nuestro país no está diseñado para procesar y llevar a la cárcel a los servidores públicos que, en el ejercicio de sus funciones, cometan delitos en contra del buen desempeño del servicio público; o bien, que los partidos políticos dispongan de una parte de sus prerrogativas y nos la ofrezcan como donativo, cuando el dinero es de la ciudadanía y no de los partidos.

En el primer caso se sabe que al tomar posesión de algún cargo público o de elección popular, los integrantes de la clase política verán incrementado su patrimonio, en proporción al grado de corruptibilidad que les sea permitido o que ellos impongan.

Que cuando lleguen a ser diputados o senadores, hay quien crea que es suficiente hacer caso omiso a la ley y tomar lo que alcancen, sin pudor ni rubor alguno. Así han pasado 14 años con la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en los que ha documentado 458 expedientes y sólo se han consignado a 7 presuntos responsables de delitos, cuando sólo en el Senado la ASF en la Cuenta Pública 2016 documentó que se omitió comprobar 1,200 millones de pesos, como si se tratara del cambio de las tortillas, caray.

No contrasta que sólo 7 personas hayan sido procesadas, cuando el daño patrimonial es por miles de millones de pesos, en irregularidades graves y no reparables en perjuicio de la función pública a la que juraron servir.

Pero no sólo eso, sino que también la ciudadanía sabe que la mayor parte de las candidaturas a cargos de elección popular, son compradas a las dirigencias de sus partidos o son heredadas, como si los cargos de elección fueran patrimonio personal o a la espera de colonizar el poder político.

Es del conocimiento ciudadano que parte del flagelo de inseguridad que vive el país, es producto de la colusión de servidores públicos o candidatos a puestos de elección popular, con la delincuencia organizada. El ejemplo mejor documentado es, Julio César Godoy, hermano del exgobernador perredista de Michoacán, Leonel Godoy, cuyo grupo parlamentario introdujo en la cajuela de un automóvil al delincuente para que ingresara al Palacio Legislativo, rindiera protesta y se le otorgara fuero constitucional.

Por supuesto que hasta esta legislatura se hizo del conocimiento público, la práctica de los moches, consistente en solicitar un porcentaje del costo total de alguna obra para gestionar recursos públicos. En 2015 se supo que en Inglaterra un político del Partido Conservador y otro del Partido Laborista fueron sorprendidos pidiendo moches, lo que les costó su carrera política. ¿Y en México?

Es posible que una de las soluciones lo constituya, la inteligencia ciudadana que, por vía de la denuncia, se pueda evitar que personas no deseables o con un historial poco honorable, accedan a un cargo de elección popular, a propósito de la ciudadanización de las candidaturas"

Por eso, ejercicios como la crítica y el señalamiento son las únicas herramientas de denuncia, cuando en un Estado político, como el mexicano, se hace todo lo posible por evitar medidas anticorrupción y, por el contrario, nuestro país sobresale tristemente por ser uno de los países donde se pagan más sobornos, según Transparencia Internacional.

Les guste o no, hay quien debe entender que este país le pertenece a quienes estamos del lado del estado de derecho, de sus instituciones y de sus ciudadanos que, como usted, se busca de manera honesta el sustento para llevarlo a casa.

@racevesj | @OpinionLSR | @lasillarota