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Más allá de las políticas

Es difícil olvidar que detrás de una desaparición forzosa, está la colusión de servidores públicos y el pacto de impunidad de los partidos políticos para protegerse y cubrirse entre unos y otros.

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Escrito en OPINIÓN el

La crisis en Guerrero no termina y para apoyar el proceso de cicatrización económica y social en ese estado, el Gobierno Federal implementó una serie de políticas públicas, en apoyo a la reactivación de la economía.

 

Primero, envió a efectivos de la Policía Federal a fin de evitar que manifestantes bloqueen la autopista del Sol. Luego, en una gira que había sido pospuesta, el Ejecutivo Federal inauguró el puente de Coyuca de Benítez e implementó acciones sociales y productivas, previstas en el Plan Guerrero, derivado de los hechos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.

 

Pero a pesar de implementar programas y reformar políticas existentes, parece que no se contiene el descontento que trajo consigo los hechos de los 43 estudiantes.

 

Por cierto que el presidente de la República en Guerrero, pidió a quienes nos sintamos agraviados que “Ya Supérenlo”, seguramente para dar por terminada esa grave crisis.

 

Es una petición difícil de olvidar, cuando no satisfacen las explicaciones que se ofrecieron sobre la Casa Blanca y que obligadamente conduce al irregular proceso de licitación del Tren Rápido México-Querétaro.

 

Es difícil olvidar que detrás de una desaparición forzosa, está la colusión de servidores públicos y el pacto de impunidad de los partidos políticos para protegerse y cubrirse entre unos y otros.

 

 

Causa prurito saber que se pide olvidar un hecho que enlutó a 43 familias y a un país, y en contraste, no haya sido debidamente superada la crisis por el hallazgo de 66 cuerpos en las inmediaciones de La Barca en Jalisco en noviembre de 2013 y cuando el presidente de la República involucra a ese estado en su iniciativa para implementar el mando único. Tristemente se comprende que haya sido implementado en Guerrero, en Michoacán y en Tamaulipas, pero cuando se sabe que en Jalisco también se propone el mando único, sobresale el señalamiento contra Luis Carlos Nájera, Fiscal General de Jalisco, de quien se dice, según el periodista Raymundo Riva Palacio en su columna del 1 de diciembre pasado en Eje Central, que la PGR investiga a dicho servidor público por sus presuntos vínculos con el Cartel Jalisco Nueva Generación. Y cito:

 

"La PGR está investigando al fiscal general Luis Carlos Nájera, denunciado en los medios de comunicación de tener vínculos con el crimen organizado. Durante el gobierno de Sandoval y la procuración de justicia de Nájera, el Cártel Jalisco Nueva Generación, derivación del Cártel del Pacífico (antes Sinaloa), se ha expandido significativamente y realizado asesinatos de alto impacto, como el del diputado federal Gabriel Gómez este año, y su presunto nexo con criminales ha sido tema en el Congreso local. No ha pasado más allá, aunque Nájera, no ha desmentido nada". (Se puede leer más aquí).

 

Lo anterior podría explicar el estado de inseguridad que se vive en Jalisco: de enero a octubre de este año Jalisco lleva más de 77 mil delitos contabilizados, en contraste, los estados de Guerrero, Michoacán y Tamaulipas no llevan ni la mitad de estos. De 2013 a 2014, en Jalisco los secuestros aumentaron 200%, sí doscientos por ciento, según la organización Alto al Secuestro de Isabel Miranda de Wallace.

 

 

Nájera Gutiérrez es un mando que lleva 8 años en el cargo, con un desempeño que carece de doctrina de seguridad pública, debido a la falta de protocolos en materia de seguridad ciudadana en eventos deportivos. (Recuérdense incidentes en estadio Jalisco).

 

Sus subordinados son producto de la improvisación, lejos de la profesionalización y cuyo talón de Aquiles ha representado los exámenes de control de confianza. Como ejemplo podemos mencionar al director del centro del 066 en Jalisco, quien es ingeniero agrónomo, sin formación policial y cuyo mérito es haber sido Director de la Policía Rural en Jalisco, con experiencia operativa, pero en un cargo que requiere experiencia táctica y en estrategia para no desaprovechar el potencial de los sistemas, a efecto de generar inteligencia para combatir la delincuencia.  

 

Contrasta además que en días pasados renunció el titular de seguridad pública de la ciudad de México, por los excesos de la policía, mientras que en el gobierno de Jalisco, el Fiscal Nájera con señalamientos graves de relaciones con un cartel, no se le toca ni con el pétalo de una rosa, y por tanto, parece que tiene razón el presidente de la República de incorporar a Jalisco en ese esquema, no así la permanencia del servidor jalisciense.

 

Más allá de las políticas públicas se encuentra el descontento ciudadano, tanto en Jalisco como en el resto del territorio nacional y persisten en el extranjero. Parece que no hay política pública que ayude a “superar” el estado de enojo y molestia en la ciudadanía.

 

Dicho estado ciudadano tiene origen en los abusos, excesos y corrupción de la clase política: los moches en los diputados, la casa blanca, la irregular licitación, la narcopolítica.

 

Súmele la incertidumbre producida por la inestabilidad del peso frente al dólar cuya paridad casi llega a los 15 pesos por dólar; agréguele los aumentos mensuales de la gasolina que genera que bienes, productos y servicios aumenten proporcionalmente; para concluir, la impunidad en que habita y conviven muchos integrantes de la clase política.

 

En seguridad nacional se encuentra vulnerado el campo social; la clase política es superada ante la falta de decisiones rápidas y contundentes, y esto, ha arrastrado al campo económico a un riesgoso futuro inmediato.

 

@racevesj