Una de las mayores decepciones colectivas de los últimos años a nivel global, es la certeza de que los marcianos no existen. Cientos de libros y películas se realizaron con ese eje central como narrativa recurrente. Destacando el escritor Ray Bradbury creador de “Crónicas marcianas” en 1950 y que fue uno de mis primeros libros de cabecera en la infancia.
En aquél libro de Bradbury se cuenta sobre los seis primeros viajes del hombre al planeta rojo y su posterior colonización. Eran historias fascinantes.
Pero resulta que el próximo 30 de octubre se cumplirán 83 años, de un fenómeno inédito, cuando la audiencia norteamericana fue testigo de un hecho que marcó la historia de los medios de comunicación.
Halloween fue el pretexto perfecto para un programa radiofónico histórico, cuando el talentoso Orson Welles arrancó la transmisión radiofónica de “La guerra de los mundos”, basada en la novela escrita en 1898. La narración radiofónica con actores de voz y toda la cosa, borró la delgada línea entre ficción y realidad que difundían los medios de comunicación de la época.
Una ingenua narración de una hora aproximada en radio, puso de cabeza a miles de personas que provocó pánico entre ellas, al mismo tiempo que salieron aterrorizadas a las calles convencidas de que el mundo estaba siendo invadido por un ejército de marcianos.
Es por todo eso que nos marcó el siglo XX, que a mi generación en particular todo lo que se diga de Marte nos atrapa. Si bien hace años fuimos testigos de imágenes increíbles tomadas desde allá, hoy me detengo en una imagen tomada aquí en la tierra que intenta emular al planeta rojo.
Resulta que un fotógrafo de la AFP, llamado Jack Guez retrató una pareja de astronautas de un equipo de la Agencia Espacial Europea en Israel caminando con trajes espaciales durante una misión de entrenamiento para viajar a Marte en un lugar que simula una estación fuera del mundo, concretamente en el cráter Ramon en Mitzpe Ramon, en el desierto del Negev, en el sur de Israel.
Y es esta imagen que hoy les comparto en donde habitan varios astronautas de España, Alemania, Israel y Austria que viven aislados del mundo. Donde este fotógrafo congela el momento en el que un par de ellos están saliendo de su hábitat con trajes espaciales como si de verdad estuvieran en Marte, sólo para hacer una pausa en el trajín del mundo.
Porque es justo este tipo de imágenes las que reivindican nuestra capacidad de soñar con un universo ilimitado y lleno de sorpresas. Así que sólo la consigno aquí como un descanso visual, en medio de tanta tragedia global. Y si protesta su corazón, dejen pasar la ansiedad y sean felices. Aprendan a soñar y disfruten su fin de semana.