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Marcelo Ebrard; ¿está muerto?

Por supuesto que nos referimos a la muerte política del ex Jefe de Gobierno, quien hasta hace algunas semanas aún era un importante candidato a la presidencia del PRD y sigue siendo un potencial aspirante a 2018.

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Escrito en OPINIÓN el

Sin embargo, aquí creemos que sí, que Marcelo Ebrard está muerto políticamente. Y la siguiente pregunta es elemental; ¿Por qué creemos eso?

1.- Porque, a querer o no, el misil que significó para el ex Jefe de Gobierno el fracaso –real y/o inducido-, de la Línea 12 del Metro, literalmente hundió todas las posibilidades que tenía Marcelo Ebrard para convertirse en el nuevo líder nacional del PRD.

2.- Porque para construir una candidatura presidencial, en México y en casi todo el mundo, una condición sine qua non es tener el control de un partido político, sobre todo si se trata de los tribales partidos de la izquierda mexicana.

Basta recordar el control vertical, autoritario y nada democrático que ejercieron Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador. Basta recordar el control partidista que asumieron Vicente Fox y Felipe Calderón, y recordar que, en el caso del PRI, Peña Nieto alcanzó la candidatura luego que se apoderó de la dirigencia del tricolor.

3.- Porque cada vez son más evidentes las pruebas de que la crisis de la Línea 12 del Metro resultó, en el fondo, un montaje preparado por los leales a Miguel Ángel Mancera. Es decir, que se trató de un golpe de precisión para demoler la obra emblema de Marcelo Ebrard y, con ello, derribar todas sus posibilidades  para alcanzar la dirigencia nacional del PRD y, por tanto, para dinamitar buena parte de su capital político rumbo a la presidencial de 2018.

4.- Porque es evidente que Miguel Mancera pretende brillar con luz propia, intenta construir su propia carrera política, establecer sus propias alianzas y convertirse, como objetivo central, en el más viable precandidato presidencial de las izquierdas. Para ello, debió recurrir a la misma estrategia de parricidio político, empleada por Andrés Manuel López Obrador a partir del año 2000.

5.- Una de las grandes debilidades de Marcelo Ebrard fue, precisamente, la de creer en su “padrastro” político; Andrés Manuel López Obrador. Dicho de otra manera, que si Marcelo Ebrard hubiese cometido parricidio político contra López Obrador, Marcelo habría sido candidato presidencial en 2012. Sin embargo, le dio miedo, lo asustó la posibilidad de ser candidato presidencial y permitió que AMLO fuera candidato por segunda ocasión consecutiva.

6.- Porque hoy, Marcelo no tiene grupo político consistente, tampoco posee una alianza que le permita tener el control de uno de los dos principales partidos de la izquierda mexicana –PRD y Morena-, y menos cuenta con el capital político suficiente como para construir una candidatura presidencial viable y triunfadora.

Por todo lo anterior, aquí creemos que Marcelo Ebrard está muerto, no sólo para 2015, sino para 2018. ¡Claro!, a menos que regrese a la casa paterna, y desde Morena intente una reconstrucción. Al Tiempo.

@RicardoAlemanMx