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Mapa de riesgo electoral

Mapa de Riesgo Electoral debe integrar información relacionada con posibles conflictos sociales e información relacionada con el factor seguridad.

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Escrito en OPINIÓN el

Ante la proximidad de las elecciones tanto locales como federales que tendrán verificativo en el mes de junio del año que entra es necesario empezar a trazar un Mapa sobre aquellos lugares que puedan significar algún tipo de riesgo para la celebración de dichos procesos electivos.

 

Como sabemos, el año que entra se renovarán los 500 Diputados Federales (300 electos por la vía de mayoría relativa en cada uno de los Distritos Electorales Uninominales Federales en que se conforma nuestra República y 200 por la vía de la representación proporcional a través de cinco circunscripciones plurinominales); asimismo, habrá elecciones en 17 entidades federativas y el Distrito Federal, en donde destacan la renovación de 9 gubernaturas, así como la renovación de cerca de más de 600 cargos de Diputados Locales por ambos principios y elecciones en Ayuntamientos y Jefes Delegacionales, éste último para el caso del Distrito Federal, con excepción del estado de Yucatán en donde sólo se renovará el Congreso Local.

 

Ante este panorama considero que es necesario que las diversas instancias electorales con el apoyo de otros entes que se consideren convenientes y sin vulnerar la autonomía de las instancias electorales, establezcan un Mapa de Riesgo Electoral, con el único objetivo de que se tenga especial atención en donde, con base a lo registrado en procesos electorales anteriores o bien, con el uso de información alterna, como por ejemplo, los datos publicados por el INEGI, puedan establecerse diversas estrategias que permitan el buen desarrollo de las elecciones ya en puerta.

 

Este Mapa de Riesgo Electoral no sólo debe integrar información relacionada con posibles conflictos sociales como los que hemos visto en los últimos días en especial en el estado de Guerreo, sino también, información sobre relacionada con el factor seguridad, a la que bien valdría la pena darle un vistazo a la “Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana”,[1] entre otros indicadores integrados por el INEGI; dicha encuesta levantada apenas en el mes de septiembre de este año, resalta datos que son de llamar la atención. Así, en términos de delincuencia, 67% de la población de 18 años y más consideró que vivir en su Ciudad es inseguro; en marzo de 2014 dicho porcentaje alcanzó la cifra del 72.4.

 

No estaría de más que el Mapa de Riesgo Electoral incluyera también, como parte un auténtico plan de estrategia electoral, propuestas de alternativas en caso de que pudiese presentarse algún evento, como por ejemplo, capacitación especializada a funcionarios que integrarán las mesas directivas de casillas para solicitar el auxilio de la fuerza pública en caso de ser necesario (que ya lo contempla la Ley pero que en todo caso sería necesario reforzar), entre otras.

 

Otros datos que bien pudiera contener este Mapa de Riesgo Electoral sería el relativo a factores que pueden predecirse en términos climáticos con objeto de contar también con escenarios y alternativas que faciliten los trabajos electorales.

 

El fin último de este Mapa de Riesgo Electoral sería en todo caso, que las autoridades electorales cuenten con todos los elementos posibles, sociales, políticos y/o climáticos para que puedan tomar las mejores decisiones con base en estrategias bien planeadas que hagan posible que las elecciones se desarrollen con toda normalidad y con ello se pueda arribar a buen puerto a la jornada electoral concurrente del 7 de junio próximo.

 

México necesita elecciones libres y pacíficas y los hechos que se han suscitado en últimas fechas son ya una manifestación social que debe institucionalizarse a través de la participación ciudadana en las elecciones en donde cada elector vote por el partido político o candidato de su preferencia; para ello, es necesario, que la autoridad electoral tanto federal como los llamados OPLE´S realicen sus funciones que las leyes le imponen y pongan la mesa para que asistan los electores con todas las garantías de que podrán votar de forma segura.

 

El proceso electoral que viene, al menos a nivel federal está considerado como una elección “intermedia” previa a la elección llamada “grande” en donde se renovará la Cámara de Senadores y el Ejecutivo Federal (2018), y generalmente la participación oscila alrededor de un 40 por ciento.  Por ello, debemos participar y no dejar que otros tomen la decisión del rumbo de país que queremos; además el proceso electoral próximo debe ser un referente de estabilidad social, así que participemos en dichas elecciones y manifestémonos; con ello daremos una señal de que en México la democracia y las decisiones mayoritarias son el referente de institucionalidad y gobernabilidad.

 

¡Al tiempo veremos!

 

@fdodiaznaranjo

 

[1] Fuente: inegi.org.mx Link: PDF