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¿Mandamos a los partidos al infierno?

Por: Roberto Rock L.

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Escrito en OPINIÓN el

Las elecciones programadas para junio próximo en 13 estados -12 de ellos con cambio de gobernador- enviarán una nueva señal de alerta para el sistema de partidos en México, hasta ahora uno de los más estables en América Latina, pero también uno de los más desprestigiados.

 

Desencanto por el rumbo del país, corrupción de gobernantes, pugnas internas en los partidos, candidatos mediocres y un estilo de campañas que ha privilegiado el espectáculo sobre las propuestas y los compromisos, serán sin duda algunos de los motivos para que los votantes se alejen de las urnas. Pero no el único.

 

La novedad real será representada por una proliferación de candidaturas independientes, que se multiplicarán por seis en relación con los procesos vividos en nueve entidades durante el pasado 2015.

 

Incluso en Baja California, donde sólo habrá comicios para los cinco alcaldes locales y el Congreso estatal, los registros destacan la presencia de candidaturas independientes.

 

Llama la atención la presencia de candidaturas independientes cercanas al sector privado, como es el caso de José Luis Barraza, en Chihuahua, cuya campaña parece estar siendo alentada por empresarios hartos de los excesos del gobernador priísta César Duarte, que entre otras acciones creó un banco, distrajo fondos públicos para hacerlo crecer, hizo negocios al amparo de su administración, endeudó al estado hasta límites no conocidos y dilapidó el erario en una campaña de promoción personal para posicionarse en el ámbito nacional, lo que nunca logró.

 

Duarte Jáquez basó parte de su campaña en supuestos logros de su administración en materia de seguridad pública. Pero los mismos empresarios deben sentirse ofendidos y amenazados en su patrimonio e integridad, pues los índices oficiales en materia de asesinatos –de mujeres, entre otros rubros- y de extorsiones en lugares clave como Ciudad Juárez, no hacen sino desmentir al mandatario.

 

Algo similar ocurre con el gobernador panista de Baja California, Francisco  “Kiko” Vega,  que presencia el surgimiento de cuatro candidatos independientes para las elecciones locales, destacadamente la de Gastón Luken Garza, uno de los empresarios de la región más conocidos en ambos lados de la frontera, ex presidente del Instituto Estatal Electoral, ex consejero nacional panista y ex diputado federal del propio PAN entre 2009 y 2012. 

 

Luken es representante de inversionistas clave en la zona, que han visto con frustración cómo Vega de Lamadrid ha entregado la obra pública a empresarios cercanos a su familia y a sus padrinos políticos, entre los que se identifica a Santiago Creel, el hombre más influyente en el ánimo del dirigente nacional blanquiazul, Ricardo Anaya.

 

Un reporte de la firma “Integralia”, que encabeza Luis Carlos Ugalde, ex presidente del entonces IFE, empezó a circular este arranque de semana con datos reveladores sobre la nueva generación de candidatos independientes. Por ejemplo:

 

  • En 2015 hubo cinco aspirantes para 9 gubernaturas en disputa. En 2016 hay 30 para 12 gubernaturas.

 

  • De los 30 aspirantes en 2016, sólo 12 nunca han tenido experiencia política o de gobierno. El resto han estado vinculados a partidos o cargos públicos.

 

  • El porcentaje de firmas requeridas para registrarse como independiente en los diversos estados fluctúa entre 2 y 3% de la lista nominal. En número va de 10,913 en Zacatecas a 165,578 en Veracruz. El tiempo promedio límite para recabar esas firmas es de 44 días.

 

  • Existe una enorme disparidad de financiamiento público a candidatos independientes vs candidatos de partido.

 

  • Los institutos electorales locales han registrado 30 aspirantes que buscan ser candidatos independientes a gobernador. 26 son hombres y 4 mujeres. 16 tienen experiencia política y/o de gobierno y 14 la tienen en el sector privado. Seis provienen de la academia o sociedad civil. Sólo 12 nunca han tenido experiencia política o de gobierno.

 

  • En 2015 hubo cinco aspirantes de los cuales tres lograron registro como candidatos al haber obtenido las firmas requeridas. De ellos uno finalmente ganó la gubernatura en Nuevo León. Todos ellos tenían trayectoria política o de gobierno.

 

Con estos antecedentes como telón de fondo, y si bien resulta aún pronto para darlo como un hecho, parece asomarse el escenario la consolidación en varias zonas del país, del fenómeno “Bronco” en Nuevo León, lo que puede atraer una nueva correlación de fuerzas no sólo en las entidades cuyos ciudadanos acudirán a las urnas este año, sino anticipar novedades en los comicios presidenciales del 2018.

 

Margarita Zavala, esposa del ex presidente Felipe Calderón pero que acumulaba brillo propio desde antes de la administración de su esposo, ha empezado a recorrer el camino para una candidatura independiente, lo que se antoja viable ante el bloqueo que se anticipa en su contra por parte de los principales polos en su partido, Acción Nacional, donde ni su presidente, Ricardo Anaya, ni el gobernador poblano Rafael Moreno Valle, parecen interesados en abrirle un espacio en la disputa interna por la postulación blanquiazul.

 

En otra parte del espectro ideológico y con sentido de oportunidad, Jorge Castañeda, analista político que alguna vez fuera cercano a Cuauhtémoc Cárdenas y luego se desempeñó como canciller durante la administración de Vicente Fox, lanzó en días recientes un libro que encierra su plataforma presidencial como candidato independiente. Los reflectores que ello le atrajo los usó también para sugerir que podría sumarse a una candidatura de izquierda, para la que mencionó expresamente al jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, quien a su vez no podrá llegar lejos en sus aspiraciones si no apela a cierta modalidad de candidatura ciudadana, pues el partido que lo apoya el PRD, parece caminar hacia el 2018 como un pato cojo.

 

En todo el espectro latinoamericano, sólo México y Chile guardan un esquema estable de partidos tradicionales. En el resto de la región, el sistema partidista ha fenecido o se halla en proceso de derrumbe. Los ciudadanos, simplemente, los tiraron de una patada al tacho de la basura. Los han mandado al infierno.

 

La semana recién concluida el PRI cumplió 87 años de existencia, en 2012 recuperó la Presidencia de la República y domina la mayoría de las administraciones estatales. Siguen en el panorama PAN y PRD, competitivos de acuerdo con las encuestas. Pese a escándalos, malos resultados y pugas internas, esas organizaciones aún dominan nuestro escenario político. ¿Por cuánto tiempo más?

 

¿Serán las próximas elecciones el verdadero inicio del fin de nuestro sistema de partidos tan pregonado durante años?

 

¿Habremos decidido los mexicanos mandar al diablo a nuestros viejos partidos?

 

robertorock@hotmail.com